Leymah Gbowee: sin paz no hay sexo
La activista lider¨® a las mujeres de su pa¨ªs para presionar a sus maridos a poner fin a la guerra civil
Como Martin Luther King, la lucha de Leymah Gbowee comenz¨® con un sue?o. En 2002, tras 13 a?os de una sangrienta guerra civil que se hab¨ªa cobrado m¨¢s de 150.000 vidas, Gbowee so?¨® que encabezaba una reuni¨®n en una iglesia y que comenzar¨ªa a pelear por la paz en su pa¨ªs. Se despert¨® y lo hizo. La trabajadora social liberiana y entonces madre de tres hijos (ahora tiene seis) reuni¨® a un grupo de mujeres en un mercado y, acompa?ada por otra mujer, la musulmana Asatu Bah-Kenneth (Gbowee es cristiana) comenz¨® un movimiento que desemboc¨® en la paz definitiva en Liberia y con la hist¨®rica elecci¨®n de la primera presidenta africana, Ellen Johnson Sirleaf.
Al principio eran decenas, al final eran miles. Las mujeres se reun¨ªan en el mercado porque era el sitio donde las tropas del entonces presidente Charles Taylor reclutaba ni?os para llevarlos al frente en camiones que part¨ªan llenos y volv¨ªan vac¨ªos. As¨ª naci¨® el Movimiento de Mujeres por la Paz en Liberia. Primero les dijeron que se fueran a su casa. No lo hicieron y, por el contrario, aumentaron las medidas. Marcharon en silencio, amenazaron con maldecir a los que contribuyeran a la guerra y se pusieron en huelga marital. Es decir: se negaron a mantener relaciones sexuales con sus maridos. ¡°Alguien ten¨ªa que decir: ¡®?Basta!¡¯. [A los hombres] solo dijimos ¡®no m¨¢s sexo¡¯. Est¨¢bamos hartas¡±, recuerda en una entrevista concedida al programa estadounidense The Colbert Report en 2009.
Cuando los hombres amenazaron con romper el di¨¢logo, las mujeres los encerraron hasta que llegaran un acuerdo
Tras meses de presi¨®n, las mujeres consiguieron una reuni¨®n con Taylor, y le obligaron a prometer que establecer¨ªa un di¨¢logo de paz con los grupos rebeldes en Ghana. Gbowee encabez¨® una delegaci¨®n hacia Acra para supervisar el proceso. Cuando las partes estaban por romper el di¨¢logo, tras seis semanas de conversaciones, las mujeres colocaron barricadas en cada uno de los accesos al sal¨®n donde las partes se reun¨ªan y encerraron a los hombres. Solo les permitir¨ªan salir si firmaban un acuerdo que pusiera fin a la guerra. Sus acciones trajeron la paz a su pa¨ªs y facilitaron el camino para la elecci¨®n de la primera presidenta africana: la tambi¨¦n ganadora del Premio Nobel de la Paz 2011,
A ra¨ªz del movimiento, las mujeres liberianas han asumido un papel de mediadoras, reuni¨¦ndose regularmente para compartir informaci¨®n sobre los problemas de sus comunidades. Las reuniones congregan hasta a 200 personas y se han convertido en un importante agente social en su pa¨ªs. Denuncian violaciones, resuelven conflictos ¨¦tnicos y religiosos, ayudan a la polic¨ªa para capturar a sospechosos de cr¨ªmenes de g¨¦nero (y se aseguran que sean juzgados) y han emprendido programas para la alfabetizaci¨®n de su pueblo. ?Cu¨¢l es el motor? ¡°Nos merecemos tener un futuro. Yo quiero uno, ?tengo hijos!¡±, afirm¨® en la citada entrevista.
Su historia inspir¨® el documental 'Pray the Devil back to hell'. estrenado en 2008
El tes¨®n de Gbowee y el Movimiento de Mujeres por la Paz en Liberia ha inspirado movimientos similares en Costa de Marfil y Nigeria, adem¨¢s del documental Pray the Devil back to hell (Reza para que el diablo vuelva al infierno), estrenado en el Festival de Cine de Tribeca (Nueva York) en 2008. ¡°Hemos avanzado en nuestras metas pero los liberianos saben que, si las cosas vuelven a empeorar, volveremos¡±, dice en el documental.
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