Un israel¨ª, mil palestinos

Cuando menos en una cosa estaban ayer de acuerdo la opini¨®n p¨²blica israel¨ª y la palestina: en su aprobaci¨®n, muy mayoritaria, del canje del soldado Gilad Shalit ¡ªya ascendido a sargento¡ª por algo m¨¢s de mil presos palestinos. El militar, que hab¨ªa pasado m¨¢s de cinco a?os en cautiverio, cruzaba la frontera de Egipto con su pa¨ªs, y horas m¨¢s tarde hac¨ªan otro tanto, en una primera fase, casi quinientos ¨¢rabes, prisioneros de Israel, entre los que se hallan algunos condenados a cadena perpetua por terrorismo. Las coincidencias, sin embargo, acababan ah¨ª.

M¨¢s all¨¢ de la natural alegr¨ªa familiar y nacional, en ambos casos, por las liberaciones, la m¨¢s obvia consecuencia del canje no es positiva. Mientras la Autoridad Palestina, que preside Mahmud Abbas, no consigue que Israel detenga la colonizaci¨®n de los territorios ocupados, razonabil¨ªsima condici¨®n para reanudar las negociaciones, Ham¨¢s obten¨ªa un canje ventajos¨ªsimo, aunque entre los liberados no figurara Maru¨¢n Barguti, al que muchos jalean como eventual sucesor de Abbas. La implicaci¨®n era obvia: la moderaci¨®n de la AP no conmov¨ªa al Gobierno israel¨ª, mientras que la fuerza ¡ªel apresamiento de Shalit¡ª s¨ª que forzaba al Estado sionista a ese mil por uno. Y tras alguna operaci¨®n similar anterior, unos cuantos palestinos liberados hab¨ªan sido apresados de nuevo, acusados de reincidencia en el terror.

Egipto, que ha obrado de mediador, s¨ª que puede, en cambio, estar satisfecho. El canje le devuelve a primer plano pol¨ªtico en la zona, pese a lo accidentado de la transici¨®n cairota y las dudas sobre si culminar¨¢ o no en una situaci¨®n democr¨¢tica. Y aunque Shalit ha expresado p¨ªamente su deseo de que su liberaci¨®n contribuya a la paz, no cabe esperar gran cosa en ese frente. Mientras Israel siga colonizando Palestina, no habr¨¢ conversaciones de paz, y en esto s¨ª que el Estado sionista tiene raz¨®n: solo negociaciones directas pueden poner fin a la contienda.