¡°Hay que reconstruir Italia¡±
El dirigente del Partido Democr¨¢tico alerta de que el pa¨ªs transalpino no solo tiene que liberarse de Berlusconi, sino del berlusconismo
Pier Luigi Bersani usa a menudo el verbo ¡°reconstruir¡± cuando habla de su proyecto pol¨ªtico para Italia. El concepto evoca la idea de un pa¨ªs dejado en ruinas por la era berlusconiana, aunque el l¨ªder del progresista Partido Democr¨¢tico (PD) no llegue a explicitarlo. Como secretario de la principal formaci¨®n de la oposici¨®n, Bersani (Piacenza, 1951) tiene muchas posibilidades de ser el candidato de la coalici¨®n progresista para las pr¨®ximas elecciones generales, previstas para 2013, pero que parece cada vez m¨¢s probable que sean adelantadas. Exministro de Desarrollo Econ¨®mico, formado pol¨ªticamente en las filas del Partido Comunista, Bersani gan¨® en 2009 las primarias para liderar el PD, formaci¨®n que hoy ronda el 30% en los sondeos. En una entrevista concedida en Madrid, el pol¨ªtico advierte que Italia no solo tiene que dejar atr¨¢s a Berlusconi. ¡°Hay que superar la enfermedad, no solo el hombre¡±, dice.
Pregunta. ?C¨®mo explica que los italianos hayan decidido tres veces en las urnas dar el poder a un pol¨ªtico como Silvio Berlusconi?
Respuesta. Si Berlusconi fuese solo un personaje de comedia, esta realidad ser¨ªa inexplicable, y los italianos, simplemente, unos tontos. Pero Berlusconi -con un mecanismo de anticipaci¨®n que a menudo Italia ha protagonizado en la historia- ha sido protagonista de una plataforma pol¨ªtica de derechas que luego se ha demostrado muy exitosa en el mundo, con un discurso anti-impuestos, anti-p¨²blica administraci¨®n, anti-inmigraci¨®n. A esta plataforma, Berlusconi ha dado un corte claramente populista, con una fuerte afirmaci¨®n del aspecto personal y la constante agitaci¨®n del fantasma del enemigo, sean los jueces, los comunistas o los inmigrantes. Adem¨¢s, Berlusconi ha utilizado su poder econ¨®mico y medi¨¢tico. Esta formula populista no es ausente en otros pa¨ªses europeos, aunque por suerte no est¨¢ en el poder. Por tanto, cuidado: Berlusconi no es un fen¨®meno completamente aislado de las grandes tendencias pol¨ªticas que se han desarrollado en nuestro tiempo. Si Italia logra digerirlo y superarlo, tendr¨¢ una lecci¨®n interesante para los dem¨¢s.
¡°Hay que superar la enfermedad, no solo el hombre¡±
P. ?En esta explicaci¨®n no habr¨ªa que incluir las responsabilidades de la izquierda?
R. El deporte preferido de la izquierda es machacarse y autoinculparse. Puedo participar. Hemos cometido errores. Uno de ellos ha sido no tener plena constancia de lo que acabo de decir: que este hombre no ha sido simplemente una caricatura, sino el portador de una pol¨ªtica. Adem¨¢s, no siempre hemos logrado fundir la indignaci¨®n moral y c¨ªvica con las cuestiones sociales. As¨ª, durante mucho tiempo, la gente, incluso en este marco inaceptable, prefiri¨® creer en las promesas de Berlusconi. Hasta que fueron m¨ªnimamente cre¨ªbles las promesas, ciertas¡ llam¨¦moslas caracter¨ªsticas¡ de Berlusconi han sido toleradas.
P. ?Ha sido una suerte de cinismo social? ?Votarle, a pesar de todo, para defender intereses ego¨ªstas?
A estas alturas es humillante para los italianos ir al extranjero
R. S¨ª. Hasta cierto punto, pese a la indecencia, los intereses se han quedado ah¨ª, de su lado. Ahora, desde varios ambientes del establishment ha surgido la petici¨®n de que Berlusconi d¨¦ un paso atr¨¢s. Yo sigo diciendo que pod¨ªan haberlo exigido antes. Y que no haberlo hecho ten¨ªa esa explicaci¨®n tambi¨¦n.
P. ?Piensa en la Iglesia y en la patronal?
R. Yo la Iglesia la dejo a parte. Ellos hacen sus reflexiones. Pero s¨ª, sin duda los industriales, sectores de la finanza y grandes peri¨®dicos han concedido demasiado. Es justo decirlo, porque en el futuro no ser¨¢ posible aceptar formas de ego¨ªsmo social. Algunos han pensado que qued¨¢ndose cerca de Berlusconi y del centroderecha se habr¨ªan quedado protegidos.
P. ?Cree que Italia sale de este oscuro periodo debilitada solo econ¨®micamente, o tambi¨¦n con un declive civil y cultural?
R. Yo creo que la que tenemos enfrente es una tarea de reconstrucci¨®n. Esta es la palabra clave. Nuestra batalla. Ahora no se trata solo del cambio de un Gobierno a otro. Iremos m¨¢s all¨¢ y preguntaremos a los italianos: ?Queremos seguir en la excepcionalidad italiana, en la b¨²squeda del salvador de la patria, en un sistema en el que los nombres propios cuentan m¨¢s que los partidos? ?O queremos reformar nuestra democracia representativa y volver a una senda s¨®lidamente constitucional? Hay que comprender que el populismo es una democracia que no decide. No hemos tenido ni una reforma en estos a?os. Porque los populistas no usan el consenso para gobernar, sino usan el Gobierno para retener el poder. Esto nos ha paralizado. Hay que superar esta situaci¨®n. Esta tarea la llamamos reconstrucci¨®n democr¨¢tica y social de Italia. Porque, ?cuidado!, no es autom¨¢tico que, liberados de Berlusconi, nos liberemos de la enfermedad. Nosotros estamos en contra de la enfermedad, no solo en contra de un hombre. Hay que recuperar el prestigio de Italia, que ha sido destrozado, empezando por nuestro papel en Europa. Berlusconi nos ha dejado fuera de todo. No hay nadie que quiera hacerse una foto con Berlusconi. Hasta se ha hecho humillante para los italianos -empresarios, estudiantes, pol¨ªticos, etc¡- ir al extranjero.
P. C¨®mo pretende impulsar este proyecto de reconstrucci¨®n? Cuando el centroizquierda ha formado coaliciones amplias, ha ganado, pero no pudo gobernar. Cuando las ha hecho m¨¢s homog¨¦neas, ha perdido. ?Cu¨¢l es su plan?
R. Esta es una buena pregunta. Respondo as¨ª: ya que la palabra de orden es reconstrucci¨®n, la propuesta pol¨ªtica tiene que ser amplia. Un encuentro entre fuerzas progresistas y moderadas. Pero estas fuerzas tienen que dar garant¨ªas de gobernabilidad. Estamos trabajando para que haya un pacto vinculante en los puntos cr¨ªticos y un mecanismo que establezca y garantice la estabilidad.
P. ?Cu¨¢l es, en s¨ªntesis, su propuesta para resolver la grave crisis econ¨®mica que atenaza Italia, tras 15 a?os de estancamiento y con una deuda p¨²blica desorbitada?
R. En s¨ªntesis, hay que decir que es la batalla ser¨¢ dura y larga. Que todos tendr¨¢n que hacer un esfuerzo, pero quien tiene m¨¢s tiene que dar m¨¢s. Hay que poner mano al mercado laboral, para que el trabajo estable cueste un poco menos, y el precario un poco m¨¢s. Hacer liberalizaciones en algunos sectores. Reequilibrar el Estado de bienestar para redirigir algunos recursos hacia los j¨®venes. Y cuidar la pol¨ªtica industrial. Somos el segundo pa¨ªs exportador de Europa, la s¨¦ptima potencia industrial del mundo.
P. ?Est¨¢ Italia lista para un l¨ªder, como usted, que no proceda del surco democristiano, de la historia cat¨®lica?
R. Yo creo que Italia est¨¢ lista. No niego algunas dudas al respeto. Pero creo que Italia tiene otros problemas. Yo creo que Italia necesita una voz serena, confiada, que digas verdades. Italia necesita alguien que diga la verdad sin temor a las consecuencias electorales. Si esto es cierto, luego lo otro no importa tanto.
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