Las elecciones regionales en Colombia refuerzan al presidente Santos
Los comicios marcan el divorcio entre el mandatario y su antecesor, ?lvaro Uribe.- El expresidente sufre un rev¨¦s al ser derrotados los candidatos que ¨¦l hab¨ªa apoyado
Las elecciones regionales y municipales celebradas el domingo en Colombia han confirmado el enorme apoyo que tiene el presidente, Juan Manuel Santos, y han situado al frente de la alcald¨ªa de Bogot¨¢ a un exguerrillero, Gustavo Petro. Pero tambi¨¦n han supuesto un rev¨¦s para el expresidente ?lvaro Uribe, que ha visto c¨®mo los candidatos a los que apoyaba cosechaban derrotas. Los comicios vienen a legitimar la posici¨®n de Santos, que se ha desmarcado de Uribe y propugna un gobierno de unidad nacional, alejado de la beligerancia de su antecesor.
?Tras evaluar los resultados, Santos se sinti¨® m¨¢s libre de la inc¨®moda presencia de Uribe, y empez¨® a tomar decisiones que muestran que su divorcio con ¨¦l ser¨¢ definitivo. De hecho, ha designado como ministro de Trabajo a Rafael Pardo Rueda, m¨¢ximo jefe del partido Liberal, y f¨¦rreo opositor de Uribe. Muy sonriente, Santos ha calificado a su nuevo ministro como un hombre ¡°siempre leal¡±, una opini¨®n contraria de la que ¨¦l tiene Uribe: ¡°aliado de bandidos¡±. Minutos despu¨¦s, Santos ha ordenado el fin del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, el organismo de inteligencia del Estado manejado desde la Casa de Nari?o y envuelto en grav¨ªsimos esc¨¢ndalos? porque era utilizado para hacer seguimientos ilegales a periodistas, magistrados de las altas cortes y pol¨ªticos cr¨ªticos con Uribe. Uno de ellos fue, precisamente, Pardo. El otro dirigente que sufri¨® la persecuci¨®n fue Gustavo Petro, exguerrillero desmovilizado del M-19, quien este domingo gan¨® la alcald¨ªa de Bogot¨¢.
El expresidente Uribe, principal protagonista de la vida pol¨ªtica colombiana en la ¨²ltima d¨¦cada, bien podr¨ªa estar tranquilo en los cuarteles de invierno de su retiro, pero decidi¨® volver a la plaza p¨²blica en estas elecciones regionales donde se renovaba a concejales, diputados, alcaldes y gobernadores en todo el pa¨ªs. Uribe, con meg¨¢fono en mano, se la jug¨® a fondo por varios candidatos de su predilecci¨®n. El fracaso m¨¢s fuerte fue la p¨¦rdida de la alcald¨ªa de Bogot¨¢, en donde su candidato, Enrique Pe?alosa, fue derrotado por Petro, de 51 a?os.
El nuevo alcalde se present¨® al frente del movimiento ciudadano Progresistas y obtuvo el 32% de los votos. Muchos analistas creen que Pe?alosa, que en las primeras encuestas era favorito, ech¨® por la borda la alcald¨ªa al recibir el abrazo de Uribe, porque el fantasma por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que ahora gravitan a su alrededor es demasiado fuerte. Pese a los hostigamientos e intentos de la guerrilla por alterar el proceso, en los 1.102 municipios hubo votaciones. Sin embargo, durante los seis meses de campa?a hubo 40 candidatos asesinados, 92 amenazados y ocho secuestrados. El domingo, la mayor¨ªa de ciudadanos que fueron a las urnas lo hicieron con tranquilidad.
El presidente Santos sostiene que estas elecciones fueron las m¨¢s pac¨ªficas de la ¨²ltima d¨¦cada. Uribe cree lo contrario, como lo expres¨® en la campa?a, al advertir que el orden p¨²blico se ha deteriorado. Esa inquietud fue una de las razones que lo llevaron a arengar en las manifestaciones con discursos en los que, adem¨¢s de defender sus ocho a?os de gobierno, entre l¨ªneas disparaba fuego a Santos.
En un pa¨ªs donde reina una tremenda desorganizaci¨®n de los partidos y el caudillismo es la norma, Uribe crey¨® que iba a volver a ganar en cuerpo ajeno. Pero ni siquiera venci¨® en Medell¨ªn, ni en Antioquia, su feudo natural. En esta capital gan¨® el liberal An¨ªbal Gaviria y en el departamento arras¨® el l¨ªder de los Verdes, el matem¨¢tico Sergio Fajardo, quien se convirti¨® en el gran bar¨®n electoral del pa¨ªs al obtener casi un mill¨®n de votos.
Del c¨ªrculo m¨¢s cercano a Uribe, barones electorales que ¨¦l estaba preparando como presidenciables, tambi¨¦n fueron derrotados en estas elecciones. El m¨¢s importante es ?scar Iv¨¢n Zuluaga, quien fuera su ministro de Hacienda, y quien volc¨® sus esfuerzos en Caldas y Pensivania con un resultado desolador: perdi¨® tanto en su departamento como en su pueblo natal.
A nivel de colectividades, el m¨²sculo pol¨ªtico que mantuvo airoso a Uribe durante los ocho a?os de gobierno, el tradicional partido conservador pr¨¢cticamente fue borrado del mapa electoral. Los resultados har¨¢n que Santos, defensor a ultranza de la unidad nacional, trace ahora la agenda sin el peso de su predecesor. Adem¨¢s, todos los analistas destacan la imparcialidad con que Santos sac¨® adelante los comicios, tambi¨¦n en un estilo contrario a Uribe, que no ocultaba sus preferencias.
Si bien en pol¨ªtica se dice que nunca nadie est¨¢ muerto, en el caso de Uribe hay una paradoja insalvable: hoy por hoy es el ¨²nico colombiano que legalmente no puede aspirar a volver a ser presidente de Colombia. La figura que cop¨® los espacios pol¨ªticos de la ¨²ltima d¨¦cada de un pa¨ªs que ahora le dice adi¨®s.
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