La oposici¨®n italiana apuesta por un Gobierno t¨¦cnico de transici¨®n
Mario Monti, excomisario europeo, es el favorito para dirigir un nuevo equipo
La muerte anunciada del Gobierno de Silvio Berlusconi, abre la en¨¦sima fase de incertidumbre en Italia. El panorama incluye desde elecciones inmediatas hasta un Gabinete de unidad nacional que resista los latigazos del mercado. Sin embargo, la hip¨®tesis m¨¢s manejada en la prensa y en las filas del Parlamento es la de un Ejecutivo t¨¦cnico, dirigido por una personalidad que goce de prestigio y confianza a nivel nacional y en el extranjero. Alguien que pueda tranquilizar a los mercados y a los compa?eros de la Uni¨®n Europea, sin desagradar tampoco a ninguna fuerza pol¨ªtica en Roma.
El nombre sobre el que se centran las apuestas es el de Mario Monti (1943), presidente de la prestigiosa Universidad Bocconi de Mil¨¢n, economista de renombre y dos veces comisario europeo (Competencia y Comercio Interior, desde 1995 hasta 2004). ¡°Monti es el ¨²nico que nos pueda salvar¡±, clama el ex primer ministro Romano Prodi.
¡°Es la ¨²nica opci¨®n que recoge el apoyo de la oposici¨®n, de todos los que quieren dejar atr¨¢s a Berlusconi¡±, comenta Carlo Galli, catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Bolonia. Lo sostendr¨ªan tanto el centro izquierda (Partido Democr¨¢tico e Italia de los Valores) como el centro, que re¨²ne a los partidos cat¨®licos (que est¨¢n acogiendo con los brazos abiertos a los tr¨¢nsfugas de Berlusconi) y Futuro y Libertad de Gianfranco Fini. Un gobierno de car¨¢cter t¨¦cnico y no pol¨ªtico permitir¨ªa llegar hasta la primavera de 2012 o quiz¨¢s incluso podr¨ªa acabar la legislatura, en 2013.
Pondr¨ªa en marcha las impopulares reformas que pide la Uni¨®n y cambiar¨ªa la ley electoral, mientras la oposici¨®n se preparar¨ªa para los comicios. La opci¨®n gusta en el Parlamento y en los peri¨®dicos. La Repubblica lanz¨® a Monti con la entrevista de Prodi; Il Corriere della Sera hace la misma apuesta en la quiniela y calcula en un 30% de posibilidades de que se haga realidad, lo que la convierte ¡ªseg¨²n el rotativo milan¨¦s¡ª en la opci¨®n m¨¢s probable. La segunda posibilidad, con un 25%, es que el centro-derecha siga al mando, con un calco de Gobierno. ¡°Considero improbable que Berlusconi se vaya sin m¨¢s. ?l quiere ser el protagonista. Va a intentar poner su sello sobre su sucesor¡±, sigue Galli.
De hecho, circula con mucha insistencia la hip¨®tesis de un Ejecutivo guiado por Gianni Letta, su fiel brazo derecho, el urdidor entre bambalinas de los equilibrios internos en la mayor¨ªa, el gran consejero del l¨ªder. ?Qu¨¦ apoyo va a tener un Gabinete tan similar al que acaba de derrumbarse? Una vez arrinconado el inc¨®modo Cavaliere, los miembros del Pueblo de la Libertad pueden hacer las paces con los tr¨¢nsfugas que abandonaron el partido en las ¨²ltimas semanas y abrir las puertas a la Uni¨®n de Centro (los cat¨®licos de Pierferdinando Casini). No llegar¨ªan a la mayor¨ªa sin los votos de la Liga Norte, eterna enemiga de Casini, pero que nunca destac¨® por su coherencia.
Casini acaricia otra hip¨®tesis. Como buen cat¨®lico la explica utilizando las palabras armon¨ªa, cohesi¨®n, unidad: montar un Gobierno pol¨ªtico ¡ªque ¨¦l mismo podr¨ªa presidir¡ª apoyado por todas las principales fuerzas representadas en el Parlamento: Pueblo de la Libertad (PdL, sin Berlusconi), Centro y Partido Democr¨¢tico. Luego hay quien aboga por convocar de inmediato las elecciones. Se trata de Berlusconi y de sus fieles, el PdL y la Liga Norte, que a pesar de los continuos berrinches se han quedado al lado del l¨ªder. Roberto Maroni, ministro del Interior, del partido autonomista, confirm¨® que s¨ª hay tiempo para votar en enero. Hasta la fecha del voto, el Gobierno sigue en activo, como le ha pasado al espa?ol.
Giuliano Ferrara, director del diario Il Foglio, periodista ¨ªntimo de Berlusconi, defini¨® las elecciones como ¨²nica alternativa: ¡°En un sistema mayoritario donde el pueblo elige qui¨¦n gobierna, es in¨²til cualquier soluci¨®n disfrazada por la emergencia que no sean las elecciones inmediatas¡±.
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