Denuncias de fraude empa?an el triunfo de Ortega en Nicaragua
La oposici¨®n acusa al FSLN de amenazas a los interventores, duplicaci¨®n de papeletas, problemas inform¨¢ticos, documentaci¨®n falsa y ¡°actas pre?adas¡±
Silvia Elena Cerda L¨®pez no se resigna a lo que ella llama un ¡°fraude electoral¡± en las pasadas elecciones presidenciales de Nicaragua. Silvia, una mujer bajita y regordeta, fue protagonista privilegiada de las irregularidades que empa?aron las elecciones, cuyos resultados le dieron una victoria arrasadora al Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN), que lidera el exguerrillero Daniel Ortega.
El d¨ªa de la votaci¨®n, el pasado 6 de noviembre, Silvia Elena, interventora de la oposici¨®n en una mesa electoral de Masaya, al sur de Managua, vio votar dos veces a simpatizantes del FSLN, se enfrent¨® a funcionarios electorales que la quer¨ªan expulsar del centro de votaci¨®n y no le permitieron cotejar las actas de escrutinio al final de la jornada electoral. ¡°Hubo mucha intimidaci¨®n¡±, recuerda Silvia. ¡°Me les puse dura, pero me echaron a la Polic¨ªa. Me dijeron que si los fiscales [interven-tores] replicaban algo, los iban a echar¡±, agrega la mujer.
Silvia Elena y sus compa?eros interventores de la opositora Alianza PLI-UNE se presentaron el d¨ªa de la votaci¨®n a las cuatro de la ma?ana fuera de su colegio electoral, el centro de votaci¨®n 019 de Masaya, para vigilar la transparencia en el inicio del proceso. Silvia Elena se sorprendi¨® al ver que funcionarios del Tribunal Electoral e interventores del FSLN hab¨ªan armado las urnas de votaci¨®n desde la noche anterior y estaban dispuestos a iniciar la jornada electoral sin ni siquiera contar las actas de votaci¨®n, violando la Ley Electoral nicarag¨¹ense. Las protestas de los interventores de la oposici¨®n fueron en vano, dado que los funcionarios electorales e interventores sandinistas amenazaron con echarlos de la mesa si no callaban.
A pesar de la forma testaruda con la que Silvia luch¨® por que la votaci¨®n fuera transparente, al final de la jornada tuvo que resignarse con lo que fue una votaci¨®n plagada de irregularidades: ella y sus compa?eros no pudieron impedir que personas votaran dos veces en la misma mesa electoral, que ciudadanos que no pertenec¨ªan a su circunscripci¨®n votaran igual, porque aparentemente ¡°eran sandinistas¡±, mientras que ¡°a los opositores¡± les pon¨ªan trabas; algunos ciudadanos votaron con documentos de identificaci¨®n o c¨¦dulas ¡°duplicadas¡± y, al final de la jornada, a Silvia Elena le negaron las actas de escrutinio a las que ten¨ªa derecho. Pudo recuperarlas tras mucho insistir y despu¨¦s de intimidaci¨®n y amenazas, explica.
La historia de Silvia se multiplic¨® varias veces en muchas de las m¨¢s de 12.000 mesas electorales de Nicaragua, seg¨²n documentos facilitados por la oposici¨®n. Estos documentos, rescatados con dificultad por interventores opositores, componen lo que algunos medios han llamado la anatom¨ªa de un fraude anunciado. La oposici¨®n tuvo problemas al ubicar a sus interventores en el 30% de los colegios electorales, dado que el Tribunal Electoral les entreg¨® las acreditaciones con fallos. Las autoridades hab¨ªan habilitado un software en el que los partidos pol¨ªticos deb¨ªan registrar a sus interventores. El software present¨® varias fallos, incluyendo una casilla en la que aparec¨ªan las siglas del mexicano Partido Revolucionario Institucional (PRI), lo que despert¨® sospechas en la oposici¨®n. ¡°El software ten¨ªa problemas para acceder a los nombres de nuestros fiscales¡±, afirma Sergio ?lvarez, encargado de los interventores de la opositora Alianza PLI-UNE a nivel nacional. Lo sospechoso es que los interventores del FSLN no tuvieron ning¨²n problema con su acreditaci¨®n.
Debido a esos problemas, el Tribunal Electoral entreg¨® m¨¢s de 5.000 acreditaciones erradas a esta organizaci¨®n opositora. El d¨ªa de la votaci¨®n, adem¨¢s, los interventores de la Alianza PLI-UNE fueron expulsados del 20% de las mesas de votaci¨®n por los mismos funcionarios electorales e interventores sandinistas, por lo que el Gobierno pr¨¢cticamente cont¨® sin supervisi¨®n los votos en al menos el 30% de las mesas electorales de todo el pa¨ªs. ¡°Estas fallas dan pie a sospechar que todo iba contra la Alianza PLI, para que hici¨¦ramos menos fiscalizaci¨®n¡±, afirma Sergio ?lvarez.
Hubo casos en los que a los ciudadanos se les permiti¨® votar con su partida de nacimiento, violando la Ley Electoral que establece que solo se puede votar con documento de identificaci¨®n acreditado por el Tribunal Electoral o con un documento supletorio facilitado por la misma autoridad. En la ciudad de Chinandega, en el occidente de Nicaragua, las autoridades electorales no dejaron votar a los ciudadanos que no aparec¨ªan en el Padr¨®n Electoral a pesar de que sus c¨¦dulas mostraban que su domicilio correspond¨ªa a esa circunscripci¨®n. En esa misma ciudad, en el colegio electoral 0200, las autoridades permitieron que menores de edad votaran con c¨¦dulas que no les pertenec¨ªan, mientras que otros votaron con copias de sus documentos de identidad. El Padr¨®n Electoral, adem¨¢s, no fue depurado, por lo que en varias listas aparec¨ªan fallecidos como ciudadanos habilitados para votar. En el peque?o municipio de Cinco Pinos, las autoridades electorales obligaron a los votantes a ejercer su derecho en la mesa de votaci¨®n, y no en las urnas, con voto secreto, como establece la ley nicarag¨¹ense.
Lo m¨¢s burdo, sin embargo, se conoci¨® d¨ªas despu¨¦s de la votaci¨®n. Fueron las llamadas ¡°actas pre?adas¡±, documentos que mostraban mayor cantidad de votos de las que establece la ley en una mesa electoral. Seg¨²n la regulaci¨®n nicarag¨¹ense, cada mesa electoral debe tener un m¨¢ximo de 400 papeletas. Pues en la mesa identificada con el c¨®digo 07020162-5, localizada en el centro de votaci¨®n 026 de Masaya, se registraron 866 votos v¨¢lidos, m¨¢s del doble de papeletas electorales. En esa mesa electoral, el FSLN obtuvo 506 votos, mientras que la opositora PLI-UNE sum¨® 399. El resto se dividi¨® entre los otros tres partidos participantes. La misma estrategia se registr¨® en otros centros de votaci¨®n del pa¨ªs, y las papeletas ¡°pre?adas¡± han ido apareciendo peri¨®dicamente en los medios de comunicaci¨®n. Las autoridades electorales no explican este raro fen¨®meno digno del realismo m¨¢gico, pero s¨ª insultan a los medios calificando de ¡°basura¡± estas denuncias.
Dif¨ªcilmente los nicarag¨¹enses sabr¨¢n con exactitud qu¨¦ pas¨® con sus votos. Y, si el FSLN gan¨® la elecci¨®n, con cu¨¢ntos votos gan¨®. Las autoridades electorales le dan a Daniel Ortega el triunfo con m¨¢s del 60% de votos, m¨¢s el control del Congreso, cerrando la posibilidad a cualquier recurso de revisi¨®n de los resultados por parte de la oposici¨®n.
El volc¨¢nico presidente del Tribunal Electoral, Roberto Rivas, afirm¨® antes de la elecci¨®n que la candidatura de Ortega, prohibida por la Constituci¨®n, ¡°est¨¢ escrita en piedra¡±, y parece que la misma frase se adapta a los resultados del domingo. Las irregularidades en las elecciones presidenciales han recordado a muchos nicarag¨¹enses los tiempos de la dictadura somocista, cuando el presidente del Tribunal Electoral se paseaba entre las filas de votantes gritando: ¡°Voten, voten, que luego cuento yo¡±.
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