La inmigraci¨®n enfrenta a los candidatos republicanos en el ¨²ltimo debate
Gingrich defiende que los inmigrantes indocumentados que llevan m¨¢s tiempo en Estados Unidos no sean deportados
Los aspirantes republicanos a las elecciones de 2012 celebraron anoche un debate con todas las miradas puestas en Newt Gingrich. El que fue portavoz de la C¨¢mara de Representantes en los a?os noventa ha ido ganando puntos en las encuestas en los ¨²ltimos d¨ªas, acerc¨¢ndose al favorito Mitt Romney. Al final de la noche, la inmigraci¨®n le hab¨ªa robado el protagonismo a la seguridad nacional y la pol¨ªtica exterior, temas centrales del debate.
Fue gracias a Gingrich. El aspirante a ganarse la candidatura a la Casa Blanca defiende que aquellos inmigrantes indocumentados que llegaron de ni?os a EE UU, que han estudiado y creado familias en el pa¨ªs, no deber¨ªan ser deportados. ¡°No creo que los ciudadanos de Estados Unidos vayan a hacer que personas que han vivido aqu¨ª durante un cuarto de siglo, que han podido hacer algo hace 20 a?os... se separen de sus familias y les expulsen del pa¨ªs¡±, declar¨® Gingrich.
Esta postura choca con una de las posiciones clave del resto de aspirantes: cancelar deportaciones o dejar de penalizar a los que entraron de manera ilegal en el pa¨ªs es sin¨®nimo de amnist¨ªa. El Partido Republicano opt¨® durante la campa?a electoral de las legislativas de 2010 por defender una pol¨ªtica de inmigraci¨®n rigurosa y estricta, derivada de la controvertida ley de inmigraci¨®n de Arizona. Aquella estrategia funcion¨® en los Estados fronterizos y para los candidatos del Tea Party. Sin embargo, encuestas recientes han demostrado que el electorado republicano no coincide con estas medidas tan radicales, por lo que Gingrich habr¨ªa intentado presentarse como el candidato m¨¢s realista en materia de inmigraci¨®n. De momento, le ha convertido en favorito con dos puntos de ventaja.
Estoy preparado para que me critiquen por defender que seamos humanos a la hora de aplicar las leyes¡±. Newt Gingrich
Michelle Bachman y Mitt Romney ¡ªconcentrados en criticar al presidente Obama y al resto de candidatos a partes iguales¡ª reaccionaron inmediatamente. ¡°Si la gente que viene aqu¨ª de manera ilegal va a conseguir quedarse ilegalmente para el resto de sus vidas, eso solo va a animar a m¨¢s personas a venir ilegalmente¡±, dijo Romney. Bachman, por su parte, respondi¨® que no est¨¢ de acuerdo en legalizar a 11 millones de trabajadores porque ¡°es una amnist¨ªa¡±.
Hace unos meses, el gobernador de Texas y candidato Rick Perry hizo una afirmaci¨®n similar que, con la ayuda de alg¨²n que otro traspi¨¦, le ha hundido en las encuestas. Perry defendi¨® entonces la ley vigente en su Estado que ofrece descuentos en la matr¨ªcula de la universidad a estudiantes indocumentados y afirm¨® que cualquiera que no apoye esta ley ¡°no tiene coraz¨®n¡±. Ante la avalancha de cr¨ªticas por ser demasiado blando, present¨® sus disculpas en menos de 24 horas.
Gingrich ir¨ªa a¨²n m¨¢s lejos. Nadie en el partido duda de su conservadurismo ¡ªuno de los problemas de Romney, por ejemplo¡ª, pero el candidato republicano, miembro de la C¨¢mara de Representantes desde 1979 y su portavoz durante el segundo mandato del expresidente Bill Clinton, quiere encontrar una medida para que los 12 millones de indocumentados puedan quedarse en Estados Unidos legalmente.
¡°No entiendo c¨®mo el partido que dice ser el partido de la familia va a adoptar una pol¨ªtica de inmigraci¨®n que destruye familias que llevan aqu¨ª un cuarto de siglo¡±, dijo durante el debate. ¡°Estoy preparado para que me critiquen por defender que seamos humanos a la hora de aplicar las leyes¡±.
Gingrich aleg¨® que basa su posici¨®n en el legado hist¨®rico de la inmigraci¨®n en el crecimiento de Estados Unidos ¡ªcomo ya han hecho en sus discursos desde Obama hasta el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg¡ª, y afirm¨® que no ser¨ªa justo expulsar a aquellos indocumentados que llevan aqu¨ª varias d¨¦cadas, que no han cometido ning¨²n delito, que pagan sus impuestos y que ¡°pertenecen a una iglesia local¡±. Sin embargo, est¨¢ de acuerdo en que deber¨ªa expulsarse a ¡°los reci¨¦n llegados¡±.
Podr¨ªa ser esta una de las pocas concesiones de Gingrich a los m¨¢s rigurosos del partido. Bachman, una de las l¨ªderes del Tea Party, ha llegado a defender que aumentar¨¢ la extensi¨®n del muro que separa Estados Unidos de M¨¦xico hasta cubrir completamente la frontera.
Y Herman Cain, el empresario que en las ¨²ltimas semanas ha tenido que defenderse de alegaciones de acoso sexual por parte de varias mujeres, ofreci¨® una lista de soluciones bastante contradictoria. Quiere aumentar la seguridad en la frontera ¡ªla Administraci¨®n Obama, respaldada por datos de las autoridades, alega que ahora es m¨¢s segura que nunca¡ª; ha llegado a bromear con poner una valla el¨¦ctrica en determinados puntos; aplicar las leyes existentes, a pesar de que pol¨ªticos de uno y otro partido reconocen que hay que cambiarlas, y al mismo tiempo arreglar el sistema de inmigraci¨®n, y tambi¨¦n le gustar¨ªa dar m¨¢s poder a los Estados, un planteamiento que entra en conflicto con la Constituci¨®n, que solo reconoce la autoridad para legislar sobre inmigraci¨®n al Congreso, y que ha dejado a la ley de Arizona a las puertas del Tribunal Supremo.
Las posturas m¨¢s radicales en materia de inmigraci¨®n, a pesar de que funcionaron en 2010, corren el riesgo de alejar a los votantes del Partido Republicano. Un 41% de los votantes rechazar¨ªan a un candidato republicano si hace declaraciones antiinmigrantes, a pesar de coincidir con ¨¦l en materia econ¨®mica, seg¨²n una encuesta reciente. La reforma migratoria es, adem¨¢s, el tercer tema elegido por los votantes a la hora de seleccionar a su candidato, por detr¨¢s de la crisis econ¨®mica y el desempleo.
El Partido Republicano estar¨ªa alienando adem¨¢s un sector del electorado que ser¨¢ crucial para una posible victoria en 2012. Los expertos advierten que solo pueden ganar si consiguen el apoyo del 40% de los votantes hispanos, algo bastante dif¨ªcil si siguen defendiendo leyes como la de Arizona o la de Alabama, a¨²n m¨¢s estricta. Obama, por su parte, tampoco lo tendr¨¢ f¨¢cil. El presidente se enfrenta al descontento de la comunidad hispana por la falta de una reforma del sistema migratorio y, a pesar de que los hispanos se identifican m¨¢s con los dem¨®cratas en materia de inmigraci¨®n, m¨¢s de la mitad del electorado latino est¨¢ ¡°decepcionado¡± con Obama.
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