El ascenso de Gingrich alarma al 'establishment' republicano

?Es Newt Gingrich un candidato capaz de batir a Barack Obama? Esta es la pregunta m¨¢s frecuente en Washington desde que el antiguo presidente de la C¨¢mara de Representantes se ha convertido en el principal aspirante a la candidatura presidencial republicana. El establishment conservador teme que la designaci¨®n de Gingrich, un personaje temperamental y an¨¢rquico con un controvertido pasado, ser¨ªa entregarle en bandeja la reelecci¨®n al actual presidente.

Por esa raz¨®n, Gingrich fue el objetivo principal de los ataques de sus compa?eros y rivales en el debate electoral de este jueves, el ¨²ltimo previsto antes de los caucus de Iowa, el pr¨®ximo 3 de enero. Gingrich asegur¨® que est¨¢ perfectamente capacitado para derrotar a Obama, entre otras razones porque ¡°la gesti¨®n y la ideolog¨ªa radical de Obama son indefendibles¡±, pero dej¨® en el aire muchas dudas sobre su viabilidad.

Gingrich es actualmente el favorito en Iowa y en varios de los Estados situados al comienzo del calendario de la temporada de primarias. A diferencia de otros aspirantes republicanos que estuvieron al frente de las encuestas en meses pasados, Gingrich se ha sostenido en esa posici¨®n durante varias semanas ya y ha demostrado ser un duro competidor contra el hombre al que siempre se ha tenido como el seguro candidato, el exgobernador de Massachusetts Mitt Romney.

El expresidente de la C¨¢mara disputa el liderazgo al candidato favorito, Mitt Romney

Pero el campo republicano est¨¢ todav¨ªa muy abierto y, en medio del desconcierto actual, cualquier cosa puede ocurrir, incluso que la victoria en Iowa sea para el ¨²ltimo personaje en ascenso, el congresista Ron Paul, un conservador libertario que despierta tantas simpat¨ªas en el Tea Party, por su combate radical al Estado, como en Ocupa Wall Street, por su oposici¨®n a cualquier guerra y sus cr¨ªticas a la ¨¦lite financiera.

Gingrich es, sin embargo, en este momento el hombre a batir. Re¨²ne los votos m¨¢s conservadores, que sospechan del supuesto centrismo de Romney, y posee experiencia y capacidad intelectual para salir airosamente de los debates y responder con brillantez en las entrevistas.

Esa experiencia y esos recursos intelectuales son, al mismo tiempo, el motivo de las dudas sobre su candidatura presidencial. A mediados de los a?os noventa, Gingrich se convirti¨® en el hombre m¨¢s poderoso de Washington gracias a su revoluci¨®n conservadora, que acab¨® d¨¢ndole a los republicanos el control del Congreso.

Poco despu¨¦s, sin embargo, ese poder se volvi¨® en su contra. Su labor como presidente de la C¨¢mara de Representantes fue ca¨®tica y provoc¨® un mont¨®n de enemigos entre sus propias filas. Tantos, que se organiz¨® lo que entonces se conoci¨® como un golpe de Estado dentro del partido. Entre los promotores de ese golpe estaba un joven representante de Ohio, John Boehner, que hoy ocupa el cargo que Gingrich pose¨ªa en aquel momento.

La suerte final de Gingrich acab¨® por decidirse al descubrirse que, mientras participaba con vehemencia en las acusaciones contra el presidente Bill Clinton por el caso Lewinsky, ¨¦l mismo manten¨ªa una relaci¨®n extramatrimonial con una joven integrante de su equipo de colaboradores llamada Callista, que hoy es su tercera esposa. Callista ejerce una gran influencia sobre la campa?a y la personalidad de Gingrich, al que convenci¨® para convertirse al catolicismo.

Pero ese episodio no es el peor de su historial. Hay otros que preocupan m¨¢s a los republicanos, como el hecho de haber recibido varios millones de d¨®lares por el asesoramiento prestado a Freddy Mac, la firma que est¨¢ en el origen de la burbuja inmobiliaria que dio lugar a la crisis de 2008, o a la apertura a su nombre de una cuenta de medio mill¨®n de d¨®lares ¡ªaparente pago de favores¡ª en la joyer¨ªa Tiffany's.

En esta campa?a, Gingrich ha hecho sugerencias tan pol¨¦micas como la de eliminar la prohibici¨®n del trabajo infantil y ha incurrido en numerosas contradicciones con propuestas defendidas en el pasado.