Por fin buenas noticias de Rusia
Las in¨¦ditas protestas ciudadanas suponen el principal punto de inflexi¨®n de la era Putin
Los rusos acaban de demostrar ¡ªcomo hace poco los ¨¢rabes de muchos pa¨ªses¡ª que no son, como muchos piensan, un pueblo d¨®cil e indiferente a la falta de democracia. Es cierto que a las calles de Mosc¨² y de otras ciudades no han salido s¨®lo defensores de valores democr¨¢ticos. Los comunistas y nacionalistas, que enarbolaban banderas rescatadas de otros tiempos, no han contribuido a la historia de su pa¨ªs en ese sentido, sino muy al contrario. Pero all¨ª, en esas calles, hab¨ªa muchas otras personas: sobre todo, gente joven que anuncia algo nuevo, a la que antes no se ve¨ªa y que es la que ha marcado en n¨²mero e intensidad la diferencia cualitativa.
Los ciudadanos de Rusia (no s¨®lo los rusos) han votado y est¨¢ claro que a la ¡°vertical del poder¡± no le han gustado unos resultados que ni ella, ni nadie por cierto, se esperaba. El recuento, como en otras ocasiones, ha estado plagado de irregularidades pero, esta vez, habr¨¢n sido unas buenas malas elecciones. Tanto desvelo para asegurar el resultado adecuado, tanta seguridad de que no podr¨ªa ser de otra forma, todo esto para acabar levantando un clamor popular, a¨²n limitado, pero que no se hab¨ªa o¨ªdo en Rusia desde hace m¨¢s de una d¨¦cada.
La iron¨ªa de la historia es que el partido del poder, Rusia Unida, habr¨ªa ganado los comicios de todas formas, sin necesidad de recurrir a tantas manipulaciones. Diversas encuestas de opini¨®n ¡ªincluidas las del instituto independiente Levada¡ª lo fueron mostrando a lo largo de todo el a?o. Pero esas intenciones de voto, que fueron oscilando entre el 53% y el 59% y habr¨ªan sido el sue?o de m¨¢s de un dirigente de pa¨ªs democr¨¢tico, no respond¨ªan al margen que el futuro candidato presidencial deb¨ªa considerar digno de su persona. Para colmo, incluso ama?ados, los resultados han dado a Rusia Unida un porcentaje menor, justo por debajo del 50%. Y aunque ¨¦ste le permite mantener la mayor¨ªa absoluta de esca?os en la Duma, al final, el arreglo de las elecciones s¨®lo ha conseguido empeorar el mal menor que se pretend¨ªa evitar. Con ello, el horizonte de una pl¨¢cida presidencia hasta el 2024, con dos mandatos de seis a?os que se daban por asegurados para Vlad¨ªmir Putin, se ha desvanecido.
Lo ir¨®nico es que Rusia Unida habr¨ªa ganado los comicios sin necesidad de recurrir a tantas manipulaciones
El descontento y la insatisfacci¨®n han ido creciendo en los ¨²ltimos dos a?os. En los medios de comunicaci¨®n, que van a desempe?ar un papel destacado en el corto plazo que queda hasta las presidenciales de marzo de 2012, ya se pod¨ªa notar, desde hace un tiempo, un malestar creciente en algunos periodistas de televisi¨®n y de la prensa escrita. A finales de febrero de 2011, un grupo de analistas pol¨ªticos, empresarios y periodistas, algunos cercanos al poder, firmaron una carta abierta al presidente Dmitri Medv¨¦dev en la que ped¨ªan un cambio profundo del curso seguido por Rusia porque ¡°la injusticia, la corrupci¨®n y la mentira han llevado al pa¨ªs al aislamiento moral¡±. Economistas y polit¨®logos expresan cada vez m¨¢s la opini¨®n de que la f¨®rmula Putin est¨¢ alcanzando un punto de agotamiento cr¨ªtico.
Pero es la presencia en la calle de tantos j¨®venes lo que ha sido la gran sorpresa. En su mayor¨ªa, no leen la prensa ni escuchan la televisi¨®n, o porque desconf¨ªan de ellas o porque les aburre. Internet, Facebook y Twitter son sus fuentes de informaci¨®n. ?stos, m¨¢s los mensajes por m¨®vil, han sido los verdaderos instrumentos de movilizaci¨®n de las protestas. Lo que estos j¨®venes, m¨¢s otros que se sumen a ellos, convocados por conocidos blogueros o simplemente por sus amigos, decidan hacer en las pr¨®ximas elecciones presidenciales puede tener consecuencias importantes para el futuro inmediato de su pa¨ªs.
Los expertos expresan
cada vez m¨¢s la opini¨®n
de que la f¨®rmula actual
est¨¢ alcanzando
un punto de agotamiento
Ya ha empezado el intento de disociar a Putin de su socio de t¨¢ndem, el a¨²n presidente Medv¨¦dev, el gran derrotado en todos los frentes, reciclado a l¨ªder de Rusia Unida, anunciado como futuro primer ministro y abandonado por todos aquellos que creyeron en la posibilidad de abrir nuevos caminos gracias a su discurso sobre la modernizaci¨®n. El techo electoral de Putin, se dice, es otro, y seguramente es cierto. Sin mencionar que, de momento, no se vislumbra ning¨²n candidato alternativo con posibilidades serias frente a aqu¨¦l. Sin embargo, ahora, para consolidar su posici¨®n, el Kremlin y su bater¨ªa de medios de comunicaci¨®n deber¨¢n probablemente apelar al espectro del miedo al vac¨ªo de los noventa y propagar la teor¨ªa de alguna interferencia extranjera.
Desde luego, son los resultados de las elecciones presidenciales, en marzo de 2012, los que permitir¨¢n una lectura m¨¢s clara de lo que anuncian los comicios actuales y las protestas en la calle. Pero, en cualquier caso, si es cierto como parece que Rusia ha entrado en estagnaci¨®n moral y econ¨®mica, despreciar o ama?ar la realidad no servir¨¢ por mucho tiempo. Aunque es pronto para anticipar el alcance a corto o medio plazo que puede suponer esta reacci¨®n in¨¦dita de una parte, todav¨ªa minoritaria, de la ciudadan¨ªa, no cabe duda de que se ha producido el punto de inflexi¨®n m¨¢s importante de la era Putin. Y, tal vez, estemos presenciando el principio del retorno de la pol¨ªtica de verdad en la escena p¨²blica de Rusia.
Carmen Claud¨ªn y Nicol¨¢s de Pedro son investigadores del Centro de Estudios y Documentaci¨®n Internacionales de Barcelona (CIDOB).
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