Rousseff prueba su compromiso con la libertad en el viaje a Cuba
El ministro de Exteriores brasile?o dice que las libertades civiles no son tema ¡°prioritario"
La diplomacia brasile?a quiso despejar en seguida que el primer viaje a Cuba de la Presidenta de Brasil, la exguerrillera Dilma Rousseff, que lleg¨® hoy a la isla, no est¨¢ relacionado con el tema de la defensa de los derechos humanos y de la coerci¨®n pol¨ªtica de la oposici¨®n al r¨¦gimen castrista.
Lo dej¨® claro el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Patriota, quien subray¨® que dicho tema ¡°no es prioritario hoy en Cuba¡±, aunque a?adi¨® que el asunto ¡°es constantemente abordado¡± entre las autoridades del gobierno de Brasilia y las de La Habana.
Esa puntualizaci¨®n acerca del viaje de Dilma a Cuba, y el ¨¦nfasis en que se trata de un encuentro para consolidar las relaciones comerciales bilaterales entre ambos paises, demuestran la preocupaci¨®n que tal viaje supone, ya que es evidente que dada la biograf¨ªa de la presidenta de Brasil, ser¨¢ imposible que de una forma u otra el tema de la defensa de los derechos violados en Cuba -como la prohibici¨®n a los cubanos de salir y entrar libremente en el pa¨ªs o el de la existencia de presos pol¨ªticos- no acabe aflorando en alg¨²n momento.
A Brasil, dadas las buenas relaciones personales que el expresidente Lula da Silva mantuvo siempre con Fidel Castro y que mantiene con su sucesor, su hermano Ra¨²l, que hicieron crecer en un 30% las exportaciones brasile?as a Cuba, lo que m¨¢s le interesa en este momento es estar preprerado para la llegada de la apertura democr¨¢tica en Cuba, que podr¨ªa ser de gran importancia para las relaciones comerciales entre ambos paises.
En ese sentido, como ya ha adelantado Patriota, el papel que Brasil desea intensificar es precisamente la aceleraci¨®n de esa abertura pol¨ªtica y econ¨®mica para tener el d¨ªa de ma?ana en Cuba un aliado fiel. Y por ello est¨¢ ya colaborando en las obras del puerto de Mariel, a 50 kil¨®lmetros de La Habana, cuyo monto total (683 millones de d¨®lares) ser¨¢ financiado en un 80% por Brasil.
Al mismo tiempo, Dilma, que llega a Cuba con una popularidad en su pa¨ªs que en su primer a?o de gobierno supera ya a la de Lula en el mismo periodo, sabe muy bien que parte de esa popularidad se debe a su afirmaci¨®n en su primer discurso como presidenta, cuando afirm¨®: ¡°Ser¨¦ siempre intransigente en la defensa de los derechos humanos¡±. Lo ha hecho hasta ahora en relaci¨®n a los derechos humanos violados en Ir¨¢n. Y en Cuba no podr¨¢ ignorar que ser¨¢ interrogada directa e indirectamente sobre ese tema del que intelectuales y periodistas, as¨ª como las Damas de Blanco, esperan un pronunciamiento expreso o t¨¢cito de Rousseff.
Dilma no puede tampoco ignorar que Lula lleg¨® hace un a?o a Cuba precedido de la muerte por huelga de hambre del preso Orlanda Zapata. Tambi¨¦n el viaje de Dilma ha estado precedido de otra muerte semejante, la del opositor Wilman Villar, fallecido el 20 de enero pasado tambi¨¦n a causa de una huelga de hambre.
Lula conden¨® en aquella ocasi¨®n las huelgas de hambre como instrumento de reivindicaci¨®n. Dilma, como le ha recordado la disidente Yoani S¨¢nchez, fue tambi¨¦n una presa pol¨ªtica, torturada por los militares de la dictadura brasile?a, por lo que no deber¨ªa hacer o¨ªdos sordos al hecho de que en Cuba a¨²n existen disidentes pol¨ªticos encarcelados.
El compromiso de Dilma con Cuba y con el l¨ªder Fidel Castro no es el mismo que el de su antecesor Lula da Silva, por lo que de alg¨²n modo podr¨ªa sentirse menos comprometida en sus afirmaciones.
Quiz¨¢s sea el deseo de Dilma el ofrecer alg¨²n gesto de simpat¨ªa a los disidentes cubanos, a¨²n sin comprometer diplom¨¢ticamente la finalidad amistosa e interesada comercialmente de su viaje. As¨ª se podr¨ªa entender el hecho de que Brasil diera un visado de entrada a Yoani S¨¢nchez dias antes de llegar Rousseff a La Habana. A¨²n no hay certeza de si Dilma se asegur¨® antes de que Cuba permitir¨ªa a Yoani salir de Cuba, pero no cabe duda de que fue un gesto simb¨®lico en el ¨¢mbito del espinoso tema de las libertades a¨²n maniatadas en Cuba.
Por todo ello, el primer viaje a Cuba de Dilma Rousseff ha sido considerado un¨¢nimente, dentro y fuera de Brasil, como un banco de prueba y un test sobre su fidelidad a la promesa de defender a cualquier precio los derechos humanos all¨ª donde se encuentren violados.
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