Juegos de guerra en Asia-Pac¨ªfico
Washington teme que el pujante arsenal chino haga peligrar su hegemon¨ªa en la zona
¡°Los avances militares chinos en ciberguerra y guerra contra sat¨¦lites suponen un desaf¨ªo potencial a la capacidad de nuestras fuerzas para operar y comunicarse en esta parte del Pac¨ªfico¡±, pero esto no significa que China sea ¡°un adversario estrat¨¦gico inevitable¡±. Esta frase fue pronunciada en enero del a?o pasado en Tokio por el entonces secretario de defensa estadounidense, Robert Gates, quien el 1 de julio de 2011 ceder¨ªa el cargo a Leon Pannetta, pero ya presagiaba la nueva estrategia de defensa que presentar¨ªa el presidente Barack Obama: un ej¨¦rcito adelgazado, con un presupuesto recortado, pero con una mayor presencia en la regi¨®n Asia-Pac¨ªfico y mejores medios para hacer frente a una potencial guerra en el ciberespacio.
El cambio del foco de atenci¨®n de Washington hacia Asia ¨Czona que considera de creciente importancia para su econom¨ªa y su seguridad- est¨¢ destinado a contrarrestar el ascenso de China, y esto ha enojado a Pek¨ªn, que defiende que la modernizaci¨®n de su ej¨¦rcito tiene ¨²nicamente objetivos pac¨ªficos y es consecuencia natural de su ascenso econ¨®mico.
El Pent¨¢gono piensa que el pujante arsenal chino de nav¨ªos de guerra y misiles bal¨ªsticos tierra-mar puede poner en peligro la tradicional hegemon¨ªa estadounidense en el Pac¨ªfico. Cree que Pek¨ªn est¨¢ desarrollando una nueva generaci¨®n de armas y tecnolog¨ªas destinadas a impedir que las fuerzas navales y a¨¦reas norteamericanas puedan proyectar su poder hasta la lejana Asia, por ejemplo en caso de un conflicto entre China y Taiwan, isla que funciona de facto como un pa¨ªs independiente pero que Pek¨ªn considera parte de su territorio y ha amenazado con tomar por la fuerza si se declara soberana.
El documento estadounidense afirma que el creciente poder¨ªo militar chino ¡°debe ir acompa?ado de una mayor claridad sobre sus intenciones estrat¨¦gicas, con objeto de evitar fricciones en la regi¨®n¡±. ¡°Estados Unidos debe mantener la capacidad de proyectar el poder en ¨¢reas donde nuestro acceso y libertad de operar son desafiados [como el mar del Sur de China o el estrecho de Ormuz, en el Golfo P¨¦rsico]¡±, dijo Obama en la presentaci¨®n, el pasado 5 de enero.
Washington conservar¨¢ grandes bases militares en Jap¨®n y Corea del Sur, y desplegar¨¢ 2.500 marines, nav¨ªos y aviones en el norte de Australia. Adem¨¢s, ¨²ltimamente ha reforzado las relaciones, entre otros, con Filipinas y Vietnam, pa¨ªses que han tenido encontronazos mar¨ªtimos con China. Estos movimientos forman parte de lo que algunos en Pek¨ªn consideran intentos norteamericanos de cercar el pa¨ªs.
El Gobierno chino ha mostrado su rechazo al plan estadounidense desde diferentes departamentos. El Ministerio de Defensa ha advertido a Washington que ¡°tenga cuidado con sus palabras y sus acciones¡±. ¡°Las acusaciones dirigidas a China en este documento carecen totalmente de fundamento¡±, ha dicho su portavoz, Geng Yansheng.
El Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n (EPL) ha acusado a Estados Unidos de potenciar sus alianzas militares en la zona y ¡°buscar m¨¢s derechos de entrada para sus bases militares alrededor de China¡±. ¡°?No es esto la vuelta al esp¨ªritu de la Guerra Fr¨ªa?¡±, ha escrito el general Luo Yan en el Diario del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n.
El Ministerio de Exteriores ha insistido en que el programa de modernizaci¨®n militar chino tiene como objetivo garantizar la seguridad nacional, ¡°juega un papel activo en el mantenimiento de la paz y la seguridad en la regi¨®n¡± y ¡°no supondr¨¢ una amenaza para ning¨²n pa¨ªs¡±.
Jia Xiudong, investigador en el Instituto de Estudios Internacionales de China, un centro de estudios dependiente de Exteriores, ve dos motivos para el cambio de estrategia de Washington. ¡°El primero es que Estados Unidos quiere incrementar su presencia econ¨®mica y comercial en Asia-Pac¨ªfico porque es la regi¨®n que m¨¢s crece en el mundo. Obama pretende duplicar las exportaciones americanas, y esta zona es crucial para lograr ese objetivo¡±, dice. ¡°El segundo es que quiere continuar liderando la regi¨®n o intentarlo, y el ascenso de China tiene implicaciones para Estados Unidos¡±.
Algunos pa¨ªses asi¨¢ticos han mostrado su preocupaci¨®n por el crecimiento militar chino y han mirado hacia Washington como contrapeso. Pek¨ªn lleva a?os expandiendo el poder¨ªo de sus fuerzas armadas. El a?o pasado desvel¨® su primer avi¨®n de combate indetectable por los radares ¨Cel J-20- y realiz¨® la prueba inaugural de su primer portaaviones. Al mismo tiempo, est¨¢ construyendo modernos submarinos y helic¨®pteros, y ha incrementado su capacidad en misiles y sistemas de vigilancia, lo que le ha permitido ampliar su capacidad de alcance ofensivo, con el consiguiente nerviosismo de sus vecinos.
Las disputas territoriales mar¨ªtimas en el mar del Sur de China, que alberga importantes reservas de gas y petr¨®leo v¨ªrgenes y una ruta naviera estrat¨¦gica por la que pasa un comercio anual cifrado en cinco billones de d¨®lares (3,8 billones de euros), son una de las mayores amenazas para la seguridad en Asia.
Muchos Gobiernos de la regi¨®n creen que Pek¨ªn se muestra cada vez m¨¢s seguro de s¨ª mismo fuera de sus costas. El a?o pasado, se produjeron varios incidentes en el mar del Sur de China, en aguas que reclaman en su totalidad o en parte China, Taiwan, Filipinas, Malaisia, Vietnam y Brunei. Tambi¨¦n tiene conflictos con Jap¨®n por las islas Senkaku (llamadas Diaoyu por Pek¨ªn) en el mar de China oriental.
¡°Los militares estadounidenses ven claros signos de que Pek¨ªn est¨¢ intentando convertir el mar del Sur de China en su Mare Nostrum. Otros en el Departamento de Estado est¨¢n m¨¢s preocupados por el desequilibrio comercial. Creo que estos ¨²ltimos son miopes. En cualquier caso, va a intensificarse la presencia militar en la regi¨®n Asia-Pac¨ªfico. Los vecinos de China est¨¢n pidiendo directa o indirectamente tal presencia de Estados Unidos¡±, afirma Jerome F. Keating, estadounidense, exprofesor en la Universidad Nacional de Taipei y autor de una tetralog¨ªa sobre Taiw¨¢n, uno de los puntos calientes en la zona. Keating vive en la isla desde 1988.
¡°Algunos de estos pa¨ªses buscan un equilibrio entre sus relaciones con China y Estados Unidos. Es natural. Sin embargo, temen verse pillados en medio y tener que escoger entre uno y otro. Y no quieren hacer eso¡±, a?ade Jia, del Instituto de Estudios Internacionales de China.
Expertos militares norteamericanos creen que China construir¨¢ varios portaaviones la pr¨®xima d¨¦cada para convertirse en una potencia naval global, capaz de proyectar su poder por todo el mundo para mediados de siglo. El presupuesto chino de Defensa no deja de crecer. El a?o pasado fue de 601.100 millones de yuanes (72.500 millones de euros), un 12,7% m¨¢s que en 2010, cuando aument¨® un 7,5%; pero los analistas consideran que la cifra real duplica o triplica la oficial. En cualquier caso, est¨¢ muy lejos del estadounidense, que para 2012 es de 531.000 millones de d¨®lares (403.800 millones de euros) sin contar el coste de la guerra en Afganist¨¢n, y en el futuro, seg¨²n Obama, seguir¨¢ siendo ¡°mayor que aproximadamente el de los siguientes 10 pa¨ªses juntos¡±. Panetta present¨® el jueves pasado un presupuesto para 2013 de 525.000 millones de d¨®lares m¨¢s otros 88.400 millones para operaciones de combate en el exterior, esencialmente en Afganist¨¢n. La suma es 33.000 millones inferior a lo que el Pent¨¢gono tiene asignado para 2012.
Los analistas dan por seguro que la pr¨®xima d¨¦cada estar¨¢ caracterizada por un creciente rearme en Asia. La presencia de barcos estadounidenses y las maniobras navales que estos han realizado cerca de aguas chinas han provocado las iras de Pek¨ªn en los ¨²ltimos a?os. Pero China no quiere caldear demasiado el ambiente y ha tenido una reacci¨®n contenida ante el giro estrat¨¦gico militar de Washington, con quien le unen importantes relaciones comerciales; especialmente cuando ambos pa¨ªses tienen acontecimientos pol¨ªticos claves en casa este a?o. Estados Unidos, unas elecciones presidenciales; China, el relevo de la c¨²pula dirigente del Partido Comunista Chino.
¡°En cierto sentido, es verdad que se est¨¢ produciendo una carrera de armamento en la regi¨®n. Las econom¨ªas de la zona est¨¢n creciendo, as¨ª que es normal que crezca el gasto en defensa¡±, afirma Jia. ¡°Pero lo importante no es el aumento del poder¨ªo militar sino las intenciones. China ha declarado repetidas veces sus intenciones pac¨ªficas y que persigue resolver mediante el di¨¢logo las disputas que tiene con algunos de sus vecinos en el mar del Sur de China. Y no hay que olvidar que los intereses comunes entre China y Estados Unidos sobrepasan con mucho las diferencias¡±.
El general Luo Yan, del EPL, lo ha plasmado de otra forma. Ha escrito que Pek¨ªn debe cortejar mejor a los pa¨ªses de la regi¨®n para alejarlos de Estados Unidos. ¡°Cuantos m¨¢s amigos podamos hacer, mejor. Algunos pa¨ªses han sido embaucados por Am¨¦rica y ahora caminan a su lado por inter¨¦s propio, pero, en esencia, no encajan juntos. Comparten la misma cama, pero tienen sue?os distintos¡±, asegura. Para evitarlo, China deber¨¢ seducir a sus vecinos con un lecho y unos sue?os que les resulten m¨¢s atractivos.
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