¡®Lleg¨® Pap¨¢¡¯
El populismo y el machismo de la campa?a dominicana reflejan una tendencia mundial
Pap¨¢ es Hip¨®lito Mej¨ªa y quiere ser presidente de la Rep¨²blica Dominicana. Lleg¨® Pap¨¢ es su eslogan de campa?a. Y su promesa a los votantes es que Pap¨¢ les dar¨¢ lo que no tienen y nunca han tenido. Las elecciones son el pr¨®ximo mes de mayo y Mej¨ªa, quien ya fuera presidente entre 2000 y 2004, podr¨ªa ser reelegido a pesar de que, durante su mandato, el pa¨ªs sufri¨® una de las peores crisis econ¨®micas de su historia.
Nada de esto interesa mucho al resto del mundo. Pero, a veces, en pa¨ªses sin mayor visibilidad internacional suceden cosas que se?alan tendencias globales. La campa?a de Hip¨®lito Mej¨ªa ¡ªy su eslogan¡ª reflejan corrientes que est¨¢n apareciendo cada vez en m¨¢s pa¨ªses. El populismo, el machismo, la propensi¨®n de los presidentes elegidos democr¨¢ticamente a tratar de quedarse o volver al poder y la propensi¨®n de los votantes a reelegir mandatarios cuya gesti¨®n fue desastrosa las vemos de Rusia a Italia y de Tailandia a Ecuador.
Populismo. Con su eslogan Lleg¨® Pap¨¢, Hip¨®lito Mej¨ªa aparece en los barrios pobres repartiendo dinero, ropa o comida. El populista busca el voto con regalos y promete cualquier cosa sin importarle sus consecuencias o su viabilidad. Si bien todos los candidatos recurren a la demagogia, los populistas van m¨¢s all¨¢. No les importa hacer promesas que saben que no pueden cumplir o distribuir riquezas que no existen. Una vez en el poder, los populistas necesitan manejar a su antojo los recursos del Estado y por eso no toleran controles ni contrapesos y desprecian a legisladores, jueces, prensa y opositores. Con frecuencia, el populismo acaba derivando en autoritarismo. Cabe notar que si bien florece m¨¢s en los pa¨ªses pobres, tambi¨¦n se ve en democracias avanzadas. Por ejemplo, en el discurso de Sarah Palin o de los precandidatos republicanos de Estados Unidos. Los recientes casos de Hungr¨ªa, Sud¨¢frica y Tailandia ejemplifican cu¨¢n global se ha vuelto este fen¨®meno.
El machismo. Hip¨®lito Mej¨ªa es ¡°Pap¨¢¡± y Silvio Berlusconi era ¡°Papi¡±, y sus sesiones de bunga-bunga son ya legendarias. Si bien el machismo de Berlusconi acab¨® provocando las protestas de las mujeres italianas, el de Vlad¨ªmir Putin parece encandilar a las rusas. El l¨ªder ruso cultiva la imagen del macho alfa, que a pesar de las protestas en su contra, est¨¢ dispuesto a salvar al pa¨ªs en los comicios presidenciales del 4 de marzo. Las fotos de Putin cazador de osos, Putin vestido de yudoca, Putin en motocicleta a lo Easy Rider, Putin en atuendo de piloto de caza supers¨®nico o Putin con los pectorales al aire han sido m¨¢s exhibidas que la momia de Lenin. A pesar de que ha ca¨ªdo, la popularidad de Putin entre las mujeres es a¨²n enorme. Hugo Ch¨¢vez no se queda atr¨¢s. Una vez por televisi¨®n le anunci¨® a su entonces esposa que esa noche iba a ¡°darle lo suyo¡±, y otra vez diagnostic¨® que a Condoleezza Rice le ¡°faltaba hombre¡± y pidi¨® a alguno de sus ministros que se ofreciese de voluntario para ¡°hacerle el favor a Condoleezza¡±.
La reelecci¨®n. El poder es adictivo y la democracia es un ant¨ªdoto para evitar que los gobernantes se eternicen. Aun as¨ª, algunos presidentes democr¨¢ticamente electos est¨¢n dispuestos a todo con tal de no perderlo, o recuperarlo. La pasi¨®n por la reelecci¨®n que muestra Hip¨®lito Mej¨ªa no es distinta de la de Nicolas Sarkozy, Vlad¨ªmir Putin o Silvio Berlusconi. No importa que las leyes lo proh¨ªban: ellos las cambian. Hugo Ch¨¢vez, el boliviano Evo Morales y el ecuatoriano Rafael Correa modificaron las reglas para seguir en el poder. En Europa, ?frica y Asia hay cada vez m¨¢s ejemplos de esto.
Reeligiendo a los malos. Daniel Ortega acaba de inaugurar su tercer mandato en Nicaragua. Para ello, no dud¨® en violar la Constituci¨®n. En su toma de posesi¨®n, Ortega fue apadrinado por Hugo Ch¨¢vez y el iran¨ª Mahmud Ahmadineyad. En los tres casos, las cifras de los organismos internacionales muestran que durante sus mandatos sus respectivos pa¨ªses han involucionado. Y los tres han sido reelegidos. Berlusconi tambi¨¦n. De nuevo, no es un fen¨®meno latinoamericano.
?Lleg¨® Mam¨¢! Una mujer podr¨ªa descarrilar los planes de Mej¨ªa, que lideraba las encuestas. Hasta que la actual primera dama, Margarita Cede?o (el personaje pol¨ªtico m¨¢s popular del pa¨ªs), decidi¨® lanzarse como candidata a la vicepresidencia. Ahora Danilo Medina, el candidato del Gobierno y rival de Mej¨ªa, ha pasado al primer lugar gracias a que el 25% de quienes dicen que van a votar por ¨¦l afirman que lo har¨¢n ¡°por Margarita¡±. Y esta es otra tendencia latinoamericana que ojal¨¢ se haga mundial: cada vez hay m¨¢s mujeres en el poder.
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