La huelga de polic¨ªas se extiende a R¨ªo de Janeiro antes del carnaval
La imagen de la ciudad m¨¢s tur¨ªstica de Brasil est¨¢ amenazada en v¨ªsperas de la multitudinaria cita del carnaval. Dilma Rousseff ofrece 14.000 soldados para patrullar la ciudad si es necesario
El incendio social provocado por los polic¨ªas en huelga en el Estado brasile?o de Bah¨ªa se ha extendido a R¨ªo de Janeiro tras el fiasco de las negociaciones sobre el aumento salarial de los cuerpos de seguridad y los bomberos de la capital m¨¢s tur¨ªstica de Brasil. El paro convocado en la madrugada de este viernes por sectores de las polic¨ªas civil y militar y de los bomberos abre un periodo de incertidumbre que preocupa sobremanera en el Palacio de Planalto. Tras diez d¨ªas de incidentes en Salvador de Bah¨ªa, que se tradujeron en una ciudad paralizada y m¨¢s de 150 muertos por homicidios, R¨ªo se prepara para acoger el pr¨®ximo viernes el carnaval m¨¢s multitudinario y espectacular del planeta, con una afluencia prevista de m¨¢s de un mill¨®n de visitantes y masivas fiestas callejeras en los principales barrios de la ciudad. Cualquier carencia o problema de seguridad podr¨ªa degenerar en un caos de consecuencias imprevisibles.
La presidenta, Dilma Rousseff, ha tomado hoy cartas en el asunto al poner a disposici¨®n del gobernador de R¨ªo, Sergio Cabral, 14.000 soldados del Ej¨¦rcito y contingentes de la Fuerza Nacional con el objetivo de garantizar la seguridad de la ciudad si la huelga llega a escaparse de control. De momento no parece ser el caso, aunque el inquietante antecedente de Bah¨ªa deja abierta cualquier posibilidad en los pr¨®ximos d¨ªas.
El ministro de Justicia, Jos¨¦ Eduardo Cardozo, afirm¨® ayer que la huelga de R¨ªo ¡°est¨¢ absolutamente bajo control¡± ya que ¡°no ha sido demasiado secundada¡±. Las autoridades brasile?as se afanan en trazar una l¨ªnea divisoria entre lo sucedido en Salvador y el escenario de R¨ªo, una ciudad que intenta sacudirse la fama de ser uno de los lugares m¨¢s peligrosos del planeta. En Salvador los agentes se atrincheraron en la Asamblea Legislativa con armas de fuego y en muchos casos acompa?ados de sus esposas e hijos. Las im¨¢genes de los saqueos y los tanques tomando las calles de la capital bahiana dieron la vuelta al mundo. En R¨ªo, sin embargo, el ¨¦xito de la huelga parece estar en entredicho y por ahora no hay atisbos de violencia. Para el Gobierno de Brasilia resulta de importancia suprema que este conflicto no tenga un segundo episodio en R¨ªo, la ciudad que acoger¨¢ los dos mayores eventos deportivos del mundo: el Mundial de 2014 y los Juegos Ol¨ªmpicos en 2016. Cualquier escenario de violencia m¨ªnimamente medi¨¢tico tiene a d¨ªa de hoy un impacto negativo en la imagen internacional de Brasil elevado a la en¨¦sima potencia.
La capital mundial del carnaval ha vivido hoy una jornada de normalidad, con? 7.000 polic¨ªas en la calle
De momento, la capital mundial del carnaval ha vivido hoy una jornada de normalidad, con una media de 7.000 polic¨ªas militares patrullando las calles. El problema es que la huelga sigue oficialmente convocada y su seguimiento puede sufrir alteraciones en los pr¨®ximos d¨ªas. Las autoridades de R¨ªo trabajan con el escenario de que un nuevo giro de tuerca en esta movilizaci¨®n de polic¨ªas y bomberos pueda quebrar el ritmo habitual de la ciudad a tan solo unos d¨ªas del inicio del carnaval. Este fin de semana desfilan por las calles de R¨ªo m¨¢s de 1.000 blocos (charangas callejeras que llegan a congregar cientos de miles de personas) en lo que se considera el calentamiento de la semana grande carnavalesca. Tambi¨¦n se desarrollan los ensayos generales del desfile de escolas de samba, un evento que aglutina a decenas de miles de personas en la c¨¦ntrica Avenida Marqu¨¦s de Sapuca¨ª, mundialmente conocida como Samb¨®dromo. En definitiva, se puede afirmar que la ciudad ya ha entrado de lleno en la atm¨®sfera del carnaval.
Se ha ordenado la detenci¨®n masiva de los agentes que se resistan al cumplimiento de su trabajo o que instiguen el ¨¦xito de la huelga
En un dr¨¢stico ejercicio de trazar un cortafuegos y evitar un descontrol parecido al vivido en Salvador de Bahia, el Comando Central de la Polic¨ªa Militar de R¨ªo orden¨® ayer la detenci¨®n masiva de aquellos agentes que se resistan al cumplimiento de su trabajo o que est¨¦n detr¨¢s de actos de instigaci¨®n para el ¨¦xito de la huelga. 17 agentes fueron detenidos por desodediencia, entre ellos diez l¨ªderes del movimiento. 270 polic¨ªas militares fueron denunciados y el Cuerpo de Bomberos orden¨® la detenci¨®n de 123 personas por haber faltado al trabajo. Para todos ellos Sergio Cabral dio luz verde a un decreto que modifica los plazos con los que trabaja del Consejo de Disciplina de la Polic¨ªa Militar y el Cuerpo de Bomberos. El objetivo consiste en acelerar los juicios y la aplicaci¨®n de sanciones a los agentes detenidos. La expectativa es de que se produzcan expulsiones sumarias en los pr¨®ximos d¨ªas
Los polic¨ªas de R¨ªo litigan para conseguir un aumento salarial hasta los 3.500 reales (unos 1.500 euros), adem¨¢s de 700 reales (unos 300 euros) para gastos de transporte y alimentaci¨®n. Su sueldo actual es comparativamente uno de los m¨¢s bajos de Brasil y del mundo, con salarios mensuales base de 1.277 reales (561 euros) en el caso de los polic¨ªas militares y de 2.180 (957 euros) para los civiles. Ambos cuerpos exigen un sueldo equiparado aunque partan de bases muy diferentes. Por ahora la Asamblea Legislativa de R¨ªo solo ha aprobado unas subidas que no satisfacen las peticiones de los polic¨ªas, sobre todo las de los militares.
Esta huelga tambi¨¦n ha puesto de relieve la fractura que existe en el seno de la polic¨ªa en torno a la estrategia a seguir para alcanzar las reivindicaciones del cuerpo. El coronel de la polic¨ªa militar, Frederico Caldas, ha dirigido hoy un ataque furibundo a los huelguistas al afirmar que ¡°es absolutamente inaceptable que que ciertas personas se erijan en l¨ªderes de un movimiento que no es leg¨ªtimo y que no tiene en el Comandante General la figura central de la negociaci¨®n. Solo el comando central de la polic¨ªa militar est¨¢ legitimado para negociar con el Gobierno del Estado¡±.
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