Pek¨ªn promete ayuda a Europa pero evita un compromiso con su deuda
China prefiere hacer inversiones industriales en lugar de comprar bonos
Mientras Europa se estanca, v¨ªctima de viejos problemas (su demograf¨ªa, su poder blando y fragmentado) y nuevos desaf¨ªos (con la crisis financiera y fiscal cabalgando hacia su quinto a?o), China despega a todo tren.
Lo espectacular de ese vuelco hist¨®rico se ha puesto de manifiesto este martes en Pek¨ªn. La cumbre entre China y la Uni¨®n Europea se ha saldado con los l¨ªderes del Viejo Continente mendigando inversiones en el maltrecho mercado de la deuda p¨²blica.
Europa necesita m¨¢s que nunca a China, y en la visita de la delegaci¨®n europea, encabezada por el presidente de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, y el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, apenas ha habido referencias de pasada al cambio clim¨¢tico, a los derechos humanos, a los conflictos de Siria, al papel de China en decisiones clave de pol¨ªtica exterior anteriores ¡ªIr¨¢n, Sud¨¢n, Myanmar (Birmania)...¡ª, en los que Pek¨ªn siempre se ha enfrentado a los partidarios de sanciones a esos reg¨ªmenes a cambio de saciar sus necesidades de energ¨ªa y materias primas.
China ha respondido. Pero con la boca peque?a. Eso no estaba nada claro: pese a que Pek¨ªn ha venido ayudando a Europa a lidiar con los problemas de los mercados de deuda, en las horas previas a la cumbre todo eran mensajes inquietantes: el gigantesco fondo soberano chino se mostr¨® partidario de inyectar fondos en inversiones industriales, pero no en la compra de bonos.
¡°Podemos ser pobres, pero no somos est¨²pidos¡±, ha dicho Xia Bin, asesor del Banco Central chino, en relaci¨®n con la posible compra de bonos de los pa¨ªses en dificultades. Llegado el turno de los l¨ªderes, la respuesta ha sido m¨¢s favorable: el primer ministro chino, Wen Jiabao, ha asegurado que ¡°la voluntad de China para ayudar a Europa a afrontar sus problemas de deuda soberana es sincera y firme¡±. ¡°China est¨¢ lista para involucrarse m¨¢s profundamente en la resoluci¨®n de la crisis europea¡±, ha declarado.
En fin: ha habido apoyo, pero sin un solo detalle. Wen ha evitado dar cifras y comprometer fondos para rescatar a Gobiernos de la zona euro, pese a que por Pek¨ªn han pasado ¨²ltimamente muchos mandatarios europeos. La canciller alemana, Angela Merkel, visit¨® China recientemente y reclam¨® inversiones de ese tipo. El Gobierno del expresidente espa?ol Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero hizo lo mismo hace unos meses e incluso adelant¨® algunas cifras, que luego el Gobierno chino se encarg¨® de desmentir. ¡°Nosotros igualamos nuestras palabras con acciones¡±, ha afirmado Wen como declaraci¨®n de intenciones. Pero la incertidumbre financiera europea, embrutecida en los ¨²ltimos d¨ªas por el interminable drama griego, no es precisamente una invitaci¨®n para los inversores.
Van Rompuy ha dado un mensaje de tranquilidad y ha insistido en que los aspectos fundamentales de la econom¨ªa europea son s¨®lidos, a pesar de que varios pa¨ªses encaran una recesi¨®n y, en el mejor de los casos, el continente entero cerrar¨¢ este a?o con un inquietante estancamiento o un magro crecimiento econ¨®mico. Van Rompuy ha explicado que corresponde a China ¡°decidir c¨®mo contribuye a estabilizar la eurozona¡±, que es el primer comprador de bienes y servicios del gigante asi¨¢tico. El presidente del Consejo Europeo ha destacado la ¡°era de interdependencia¡± en la que entran las relaciones entre China y la UE, con ese papel europeo como principal socio econ¨®mico de Pek¨ªn.
China vuela. Su econom¨ªa se ralentizar¨¢ este a?o, pero a unas tasas que en t¨¦rminos europeos son un sue?o inalcanzable: crecer¨¢ por encima del 8%, frente al 10% de los ¨²ltimos a?os, con la econom¨ªa recalent¨¢ndose en ¨¢reas como el sector inmobiliario. Sus datos marean: 1.400 millones de habitantes (una quinta parte de la poblaci¨®n mundial), primer consumidor de energ¨ªa y segundo de petr¨®leo. Y sobre todo unas ingentes reservas de divisas (m¨¢s de 2,5 billones de euros: dos veces y media la riqueza que produce Espa?a en un a?o entero), que constituyen la principal raz¨®n de la visita de Dur?o Barroso y Van Rompuy para resolver el problema m¨¢s acuciante de Europa, que no es otra que la desconfianza de los mercados para cualquier activo que tenga algo que ver con la deuda p¨²blica europea.
Las relaciones comerciales entre la UE y China han crecido exponencialmente desde 1978 (4.000 millones de euros) hasta 2010 (395.000 millones). China se consolida como el segundo socio comercial para la Uni¨®n Europea, por detr¨¢s de Estados Unidos.
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