La obsesi¨®n alemana
La crisis obliga a Par¨ªs a reconocer una realidad: quien dirige el baile es la se?ora Angela Merkel
La crisis econ¨®mica y financiera que afecta a parte de Europa transforma los juegos pol¨ªticos nacionales y obliga, incluso a Par¨ªs, a reconocer una realidad: por mucha afici¨®n que tenga Francia a atribuirse el papel m¨¢s halagador posible, quien dirige el baile es la se?ora Merkel. Que los candidatos saquen sus conclusiones. Ahora que comienza la campa?a presidencial, Nicolas Sarkozy y Fran?ois Hollande comparten una misma obsesi¨®n: Alemania.
Ante la canciller, Hollande, por el momento, va de mat¨®n. Como no tiene en sus alforjas una soluci¨®n milagrosa para la crisis de la eurozona, el candidato socialista afirma a diestro y siniestro que, con ¨¦l, la situaci¨®n no ser¨¢ la misma, que obligar¨¢ a la se?ora Merkel a renegociar el pacto de rigor que acaba de imponer a sus socios, que la convencer¨¢ para que a?ada medidas de crecimiento; en resumen, que establecer¨¢ ¡°una nueva relaci¨®n de verdad e igualdad¡± entre Par¨ªs y Berl¨ªn. ?C¨®mo? La din¨¢mica de la victoria ser¨¢ suficiente, afirma su director de campa?a.
A diferencia de otros partidos europeos, entre ellos el espa?ol, la izquierda francesa, impregnada de cultura marxista, rechaz¨® durante mucho tiempo el giro socialdem¨®crata impreso al SPD alem¨¢n en Bad Godesberg en 1959. Pues bien, resulta que en 2012, con Fran?ois Hollande, los socialistas franceses han escogido a un candidato que quiere estimular el crecimiento mediante la reactivaci¨®n de las industrias, crear un banco para ayudar a las peque?as y medianas empresas y redinamizar el empleo p¨²blico, pero con efectivos constantes. Su ¨²nico enemigo es ¡°el mundo de las finanzas¡±, que ha agravado las desigualdades y se ha olvidado de las necesidades de la econom¨ªa real.
No es distinto de lo que dice Sarkozy. Palad¨ªn de una derecha francesa al¨¦rgica al liberalismo, apegada al papel del Estado en la econom¨ªa, cantor de la ¡°ruptura¡± al principio de su mandato, no ha dejado de oscilar entre el intervencionismo tradicional y las veleidades del laisser faire. Ahora ha encontrado un nuevo h¨¦roe: Gerhard Schr?der, alem¨¢n y socialdem¨®crata. ?No vemos que en 2000, mientras Lionel Jospin pon¨ªa en marcha las 35 horas, Schr?der impuso en su pa¨ªs un ciclo de reformas y de rigor que explican en gran parte los ¨¦xitos actuales? Por eso, dicen en el El¨ªseo, es necesario imitar a Alemania, bajar los costes laborales, aumentar el IVA, financiar de otra forma los gastos sociales y firmar en las empresas acuerdos de competitividad. En sus elogios, Sarkozy se olvida de mencionar que, despu¨¦s de hacer todo eso, Schr?der perdi¨® las elecciones a manos de una tal Angela Merkel.
En esta fase de la campa?a electoral, lo m¨¢s parad¨®jico tiene que ver con las restricciones que impone la crisis: entre Hollande y Sarkozy no existen grandes diferencias de diagn¨®stico, y el margen de maniobra es estrecho. Algunos de los remedios anunciados son los mismos: aumentar¨¢n los impuestos, habr¨¢ que reducir el gasto. Queda decidir qu¨¦ parte debe asignarse al rigor presupuestario y qu¨¦ parte a la reactivaci¨®n del crecimiento. Y aqu¨ª interviene Alemania, con la decisi¨®n impuesta a sus socios europeos: para empezar, una severa cura de austeridad, y el crecimiento vendr¨¢ despu¨¦s. El remedio fue eficaz en nuestro caso, dicen los alemanes, sufrimos, pero el resultado est¨¢ ah¨ª. ?Qui¨¦n recuerda que en 2005 Alemania ten¨ªa el ¨ªndice de paro m¨¢s elevado de Europa? Hoy, el sur de Europa sufre una recesi¨®n que Berl¨ªn no quiere tener en cuenta. Y el sur comienza en Francia. Diga lo que diga, Sarkozy se ha visto obligado a aceptar las directrices de Berl¨ªn. Y la torpeza de la propuesta alemana, en la ¨²ltima cumbre de Bruselas, de poner a Grecia bajo tutela, no augura nada bueno sobre la capacidad de Alemania a la hora de ejercer por s¨ª sola, o casi, el liderazgo pol¨ªtico de la Uni¨®n.
Sin saber, por lo visto, que Nicolas Sarkozy no es todav¨ªa candidato oficial, un representante de la CDU alemana anunci¨® en el congreso de la UMP que Merkel est¨¢ dispuesta a hacer campa?a con ¨¦l. El anuncio, en realidad, alegr¨® al entorno de Hollande: Merkel es de derechas, Sarkozy es de derechas, por fin se restablece la cartograf¨ªa pol¨ªtica tradicional. Crisis o no crisis, ?la vida es mucho m¨¢s c¨®moda cuando se est¨¢ en campa?a!
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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