La sospecha de cohecho fulmina al presidente alem¨¢n
El presidente renuncia por "el deterioro de la confianza de los ciudadanos" La dimisi¨®n es un golpe pol¨ªtico para Merkel, que presion¨® para nombrarlo
La crisis del presidente Christian Wulff se ha alargado tanto que parec¨ªa incapaz de costarle el puesto. Llevaba desde diciembre demostrando considerable pericia en lo que aqu¨ª llaman ¡°sentarse sobre el problema¡±: aferrarse al sill¨®n y doblar la cerviz hasta que amaine. Pero el sill¨®n dej¨® de sostenerlo el jueves a las ocho de la tarde, cuando la Fiscal¨ªa de Han¨®ver pidi¨® el levantamiento de su inmunidad para investigar si cometi¨® delitos en su relaci¨®n con el empresario cinematogr¨¢fico David Groenewold. Entre otros peque?os favores econ¨®micos, el tambi¨¦n sospechoso Groenewald le pag¨® sus vacaciones en 2007, poco despu¨¦s de que una de sus empresas obtuviera un aval millonario del Estado de Baja Sajonia. El democristiano Wulff gobern¨® el land entre 2003 y 2010. Los fiscales ven indicios de cohecho y de tr¨¢fico de influencias. Nunca antes se hab¨ªa solicitado legalmente la suspensi¨®n de la inmunidad del jefe del Estado. Wulff la perdi¨® a las once de la ma?ana del viernes, junto a su puesto. La fiscal¨ªa investigar¨¢ desde hoy si hay pruebas para imputar al ya expresidente.
La dimisi¨®n es el ¨²ltimo episodio de un esc¨¢ndalo que empez¨® en diciembre. El popular diario Bild inform¨® de que Wulff hab¨ªa obtenido un pr¨¦stamo ventajoso de 500.000 euros de otro empresario mientras gobernaba en Baja Sajonia. El entonces primer ministro regional hab¨ªa ocultado el pr¨¦stamo a su propio Parlamento. Poco despu¨¦s se public¨® el contenido de una llamada amenazadora de Wulff al director del Bild. Aparentemente fuera de s¨ª y en un tono nada presidencial, Wulff amenazaba con una ¡°guerra¡± al diario. No le import¨® inmortalizar su ultim¨¢tum en el buz¨®n de voz del diario. Wulff pidi¨® en diciembre disculpas p¨²blicamente por la llamada y por no haber explicado bien el pr¨¦stamo y sus condiciones. Forz¨® la dimisi¨®n de su portavoz e intent¨® en vano hacer olvidar la cuesti¨®n.
Pero no logr¨® detener el goteo informativo en su contra: vacaciones con ¡°amigos¡±, regalos, ayudas para promocionar un libro, sospechas de otros contratos ventajosos. Nada obviamente ilegal, pero todo sospechoso. La erosi¨®n de su imagen se agrav¨® por su mala gesti¨®n informativa. El veterano pol¨ªtico opt¨® por negarlo todo hasta que no quedara m¨¢s remedio, en cuyo caso explicaba la parte de la historia que menos le perjudicara. Pero cada vez que la presi¨®n sobre el jefe del Estado parec¨ªa aplacarse, sal¨ªa una nueva acusaci¨®n en alg¨²n peri¨®dico de tirada nacional. El propio Wulff dijo ayer en su renuncia que el ¡°tratamiento medi¨¢tico¡± de su caso le ha ¡°hecho da?o¡±, tanto a ¨¦l como a su esposa Bettina. Sin embargo, la propia fiscal¨ªa admite en su comunicado del jueves que algunas informaciones publicadas les han servido para tirar del hilo que podr¨ªa llevar a su imputaci¨®n.
La presidencia federal es un cargo meramente representativo, ajeno al traj¨ªn pol¨ªtico diario. Wulff ya lleg¨® con mal pie: los socialdem¨®cratas propusieron junto a Los Verdes al opositor de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemania Joachim Gauck, un independiente cuyas posiciones pol¨ªticas son cercanas a las de la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana de la canciller Angela Merkel. La canciller tuvo grandes dificultades para hacer valer su mayor¨ªa en la Asamblea Federal, compuesta por el Bundestag (C¨¢mara baja) y representantes de los Estados federados. En mayo de 2010, muchos delegados democristianos y de sus socios liberales aprovecharon la elecci¨®n para mandarle una se?al a Merkel. Fueron necesarias tres rondas de votaciones para que el gris Wulff se impusiera al reconocido Gauck.
Desde entonces, Wulff ha cumplido su tarea con una monoton¨ªa rota en escasas ocasiones. El d¨ªa de la fiesta nacional de 2010 declar¨® que ¡°el Islam es parte de Alemania¡±. Parecer¨ªa una obviedad en un pa¨ªs con varios millones de ciudadanos musulmanes, pero en Alemania levant¨® una agria pol¨¦mica sobre la integraci¨®n de los inmigrantes y los ¡°valores culturales¡± de la naci¨®n. Haberse enfrentado as¨ª al sector m¨¢s reaccionario de su partido y al racismo cotidiano en Alemania quedar¨¢ entre los escasos hechos memorables del mandato de Wulff, quien pas¨® buena parte de sus 598 d¨ªas en el cargo tratando de emular, junto a Bettina, a la pareja presidencial francesa en las p¨¢ginas rosa de la prensa alemana.
Wulff acept¨® invitaciones de vacaciones del empresario cinematogr¨¢fico David Groenewold, al que su Gobierno aval¨® un cr¨¦dito
Ayer, en el palacio presidencial de Bellevue, Wulff se mostr¨® optimista sobre el resultado de la investigaci¨®n judicial. Si bien reconoc¨ªa haber ¡°cometido errores¡±, insiste en que su comportamiento ¡°siempre ha sido acorde con la ley¡±. Pero la propia naturaleza formal del puesto obliga a que el presidente ¡°mantenga la confianza de la gran mayor¨ªa¡± en su pa¨ªs. Haberla perdido ¡°hace imposible¡± su ejercicio del cargo ¡°dentro y fuera de Alemania¡±.
El presidente amenaz¨® al diario 'Bild' cuando empez¨® a publicar art¨ªculos con las sospechas sobre ¨¦l
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