Medio centenar de muertos en un accidente ferroviario en Argentina
El convoy, con 1.500 viajeros, no fren¨® al entrar en una de las grandes estaciones de Buenos Aires
El tren de cercan¨ªas Sarmiento marchaba con cientos de viajeros api?ados de pie. Sali¨® a las siete y media de la estaci¨®n de Moreno para recorrer 14 paradas hasta Buenos Aires. Sobre la estaci¨®n cuarta, en la de Castelar, cambi¨® de conductor. El nuevo maquinista, de 28 a?os, iba a emprender su primer trayecto de la ma?ana. Y el tren sigui¨® frenando y arrancando en cada una de las paradas, seg¨²n las fuentes oficiales. Transportaba alrededor de 1.500 usuarios, menos de los 2.000 que pueden registrarse en hora punta. Pero muchos de ellos se agolpaban en los primeros vagones. A mil metros de su destino final, en la estaci¨®n de Once, redujo la velocidad de 47 a 39 kil¨®metros por hora. Entr¨® a 26 kil¨®metros por hora en el and¨¦n, seg¨²n el ministro de Transporte de Argentina, Juan Pablo Schiavi. Era la velocidad normal de ingreso en la estaci¨®n. A 40 metros del final ya hab¨ªa reducido hasta los 20 por hora. Pero ya no volvi¨® a frenar. Con esa potencia impact¨® contra el muro de contenci¨®n y el segundo vag¨®n se incrust¨® m¨¢s de cinco metros en el primero. Eran las 8.32. Murieron al menos 50 personas y casi 700 resultaron heridas.
Hubo que abrir el techo de un vag¨®n como si fuera una lata para sacar los cuerpos. Una de las personas que resultaron con vida fue el propio maquinista de 28 a?os, quien anoche se encontraba en una unidad de cuidados intensivos. ¡°No sabemos qu¨¦ ocurri¨® en los ¨²ltimos 40 metros¡±, reconoci¨® el ministro.
A pesar de que Schiavi inform¨® sobre la normalidad en la que discurri¨® la m¨¢quina durante casi todo el trayecto, algunos viajeros citados por la agencia oficial Telam declararon que el tren ¡°circulaba m¨¢s r¨¢pido de lo habitual y le costaba frenar cuando llegaba a las estaciones¡±. Sin embargo, David Molina, vendedor de bisuter¨ªa de 24 a?os, quien viajaba en el segundo vag¨®n, indic¨® a este peri¨®dico que hasta el momento de la llegada no hab¨ªa notado ninguna anomal¨ªa. ¡°A eso de las 8.28 yo ya estaba esperando que frenase. Pero sent¨ª un golpe muy fuerte y me vi volando hacia adelante. Ca¨ª sobre mucha gente y de repente un muchacho me ayud¨® a salir. La gente de afuera golpeaba las ventanas para sacarnos. El vag¨®n ven¨ªa relleno¡±.
En una comparecencia p¨²blica sin preguntas, el responsable de Transporte aclar¨® que los ocho vagones del tren no iban abarrotados, pero el primero y el segundo, s¨ª. ¡°Hay una cultura muy argentina de ir a la punta del tren para bajar primero y llegar antes y pasar antes sin hacer cola y no esperar el colectivo y bajar m¨¢s r¨¢pido del subte, etc¨¦tera, etc¨¦tera¡¡±, explic¨®.
El ministro destac¨® que el maquinista llevaba poco tiempo trabajando en el ferrocarril pero contaba con muy buenos antecedentes laborales. ¡°Es un chico muy joven y estaba descansado¡±, a?adi¨®. La versi¨®n del conductor ser¨¢ clave para resolver el enigma de los ¨²ltimos 40 metros. Adem¨¢s, el juez contar¨¢ con la grabaci¨®n de la c¨¢mara interna del tren y con el registro de voces grabado entre el maquinista y su superior, quien dirig¨ªa el recorrido desde el exterior.
Mientras los peritos y el juez inician su trabajo las cr¨ªticas del tipo ¡°se ve¨ªa venir¡± no han tardado en llegar. ¡°Estas cosas nunca pasan por casualidad¡±, comentaba Daniel Sabino, de 39 a?os, en el vest¨ªbulo de la estaci¨®n de Once. ¡°No se invierte lo suficiente en mantenimiento. Y al final, los sectores m¨¢s carenciales son los que sufren este tipo de cosas. Este tren generalmente trae personas de las zonas m¨¢s desfavorecidas del pa¨ªs. Viajan como ganado¡±.
Para las voces m¨¢s cr¨ªticas, la causa del accidente hay que buscarla por igual tanto en el recorrido de los ¨²ltimos metros del tren como en la gesti¨®n pol¨ªtica de los ¨²ltimos a?os.
El diputado opositor Fernando Pino Solanas, dirigente de Proyecto Sur y director de La ¨²ltima estaci¨®n, documental sobre el declive de los ferrocarriles argentinos, indic¨® a este peri¨®dico que el Gobierno deber¨ªa exigir responsabilidades: ¡°Un accidente siempre es un accidente. Pero esto de hoy es la consecuencia de un sistema que viene desde Carlos M¨¦nem y que ning¨²n Gobierno lo ha solucionado en 20 a?os. El sistema consiste en haber cedido la gesti¨®n de los ferrocarriles a empresas privadas que no tienen ninguna responsabilidad. Los concesionarios realizan la gesti¨®n, pero la ley les exime de responsabilidad. Y todos los a?os hay accidentes y los trenes quedan parados, los pasajeros descienden en el medio de las v¨ªas... Por supuesto, en la escala de responsabilidades el primero ha de ser la empresa concesionaria. Pero despu¨¦s, las autoridades que lo permiten¡±.
Doce horas despu¨¦s del accidente, decenas de familiares segu¨ªan buscando a su gente. Ante las c¨¢maras de televisi¨®n, ya entrada la noche, una mujer lloraba por su yerno, el vendedor ambulante Gustavo Navarro. ¡°Es alto, muy delgadito, es medio narigoncito y usa la gorra como todos los chicos de 20 a?os. En la lista no est¨¢, llamamos por tel¨¦fono adonde nos dijeron y no est¨¢. Tampoco tenemos medios para ir de hospital en hospital. No llega a casa, no llega. Y ¨¦l siempre toma este tren¡±. Como ella, varias familias segu¨ªan pululando de hospital en hospital.
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