Cuenta atr¨¢s para la ejecuci¨®n de un internauta en Ir¨¢n
Ir¨¢n acusa al inform¨¢tico Saeed Malekpour de insultar al islam por trabajar para p¨¢ginas pornogr¨¢ficas
La familia del iran¨ª Saeed Malekpour est¨¢ convencida de que ha empezado la cuenta atr¨¢s. Seg¨²n sus informaciones, la oficina del verdugo ya ha recibido la orden para la ejecuci¨®n de este programador inform¨¢tico, de acuerdo con una sentencia ratificada el pasado enero que le encontr¨® culpable de ¡°insultar los sagrados preceptos isl¨¢micos¡±. Malekpour, de 36 a?os, fue juzgado y condenado en 2010 por su implicaci¨®n en el dise?o de p¨¢ginas webs pornogr¨¢ficas. Reporteros Sin Fronteras (RSF) y otras organizaciones de derechos humanos han dado la voz de alarma para intentar evitar otra muerte fruto de acusaciones irrisorias y un juicio sin garant¨ªas.
¡°El caso de Malekpour es parte de un ataque generalizado al acceso libre y sin trabas a la informaci¨®n, sobre todo a trav¨¦s de Internet¡±, declara Hadi Ghaemi, el director de la Campa?a Internacional por los Derechos Humanos en Ir¨¢n. ¡°Es un mensaje a todos los usuarios y programadores para que no trabajen en herramientas que ayuden a conectarse y compartir informaci¨®n¡±, explica por email. La organizaci¨®n pide que se suspenda de inmediato la condena a muerte y que se investiguen las acusaciones de tortura en prisi¨®n.
Malekpour, que trabajaba como programador y desarrollador de webs aut¨®nomo en Canad¨¢, fue detenido en 2008 cuando viaj¨® a Teher¨¢n para visitar a su padre enfermo de c¨¢ncer. Nadie avis¨® a su familia y durante casi un a?o estuvo recluido en una celda de aislamiento en la c¨¢rcel de Evin, sin acceso a un abogado. Hasta que un d¨ªa apareci¨® en un programa de la televisi¨®n local confesando sus supuestos delitos. Entonces qued¨® claro que hab¨ªa sido v¨ªctima de una operaci¨®n de la Guardia Revolucionaria, el ej¨¦rcito ideol¨®gico del r¨¦gimen, que detuvo a varios inform¨¢ticos y blogueros en una campa?a contra webs que considera instrumento de los pa¨ªses occidentales para corromper a los j¨®venes iran¨ªes.
La familia de Malekpour ha mantenido desde el principio que ¨¦l dise?¨® un programa para subir y compartir fotos en Internet que fue utilizado, sin su consentimiento, para colgar fotos pornogr¨¢ficas. Activistas de derechos humanos y blogueros iran¨ªes consideran la acusaci¨®n de colaborar con p¨¢ginas ¡°indecentes¡± un mero pretexto.
Un Internet ¡®halal¡¯
La ratificaci¨®n de la pena de muerte contra Malekpour y los otros dos internautas coincide con una nueva campa?a de censura en Internet y las redes sociales en Ir¨¢n. Los gobernantes iran¨ªes consideran que no se puede confiar en Internet y que su naturaleza global representa una amenaza. Los iran¨ªes se quejan de dificultades para acceder a sus cuentas de gmail o hotmail. Incluso los antifiltros con los que sol¨ªan saltarse las prohibiciones han dejado de funcionar. Las restricciones coinciden con el anuncio de la pr¨®xima entrada en funcionamiento de una Internet nacional, que los j¨®venes iran¨ªes han calificado con humor de halal, la palabra que define lo permitido por la religi¨®n, y que temen que corte su comunicaci¨®n con la Red global.
¡°Hemos visto que [Internet] es una poderosa herramienta que se ha utilizado en las revoluciones de terciopelo¡±, declar¨® el ministro iran¨ª de Telecomunicaciones, Reza Taghipur, citado por la agencia Mehr.
¡°Internet se ha convertido en el enemigo n¨²mero uno de los censores iran¨ªes¡±, explica Hadi Ghaemi, de la Campa?a Internacional por los Derechos Humanos en Ir¨¢n. ¡°El Gobierno quiere controlar todo lo que pueda el contenido en l¨ªnea.
¡°El r¨¦gimen tiene verdadero miedo a la cooperaci¨®n en red y a la formaci¨®n de comunidades virtuales, que percibe como una amenaza al poder establecido, con independencia de que esas redes sean o no de car¨¢cter pol¨ªtico¡±, insiste Ghaemi. Su opini¨®n est¨¢ respaldada por RSF, que esta semana denunci¨® adem¨¢s la confirmaci¨®n de las penas de muerte para otros dos internautas, Vahid Asghari y Ahmadreza Hashempour, y las condiciones de detenci¨®n de otros seis periodistas y blogueros.
¡°En el actual contexto de tensi¨®n entre la Rep¨²blica Isl¨¢mica y la comunidad internacional, los periodistas independientes se encuentran en el punto de mira del r¨¦gimen. El nivel de violencia contra los profesionales de los medios encarcelados se ha hecho intolerable¡±, se?ala RSF en un comunicado. Esa organizaci¨®n de defensa de la libertad de expresi¨®n pide que la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, y el relator especial para Ir¨¢n, Ahmed Shaheed, intervengan ¡°cuanto antes para proteger a los periodistas e internautas en peligro¡±.
A los motivos pol¨ªticos de la detenci¨®n de Malekpour, se suman procedimientos judiciales llenos de irregularidades y violaciones de los derechos fundamentales. Amnist¨ªa Internacional calific¨® en su d¨ªa de ¡°injusto¡± el juicio, apenas 15 minutos durante los cuales el acusado no tuvo ocasi¨®n de defenderse. Adem¨¢s, en una carta que logr¨® enviar desde la prisi¨®n, cont¨® que hab¨ªa sido torturado para que se autoinculpara. En una ocasi¨®n, relataba, los interrogadores le desnudaron y amenazaron con violarle con una botella de agua.
Esas denuncias motivaron la revisi¨®n de su caso, aunque seg¨²n declar¨® su hermana Maryam a la BBC Persa el pasado enero, el tribunal hizo caso omiso a las inquietudes suscitadas por el Supremo. ¡°Hab¨ªa pedido un experto para revisar las pruebas, pero no lo hubo¡±, explicaba. ¡°Ni siquiera le hicieron una revisi¨®n m¨¦dica a pesar de que dijo haber sufrido presi¨®n psicol¨®gica y f¨ªsica¡ Desgraciadamente no ha tenido un juicio justo¡±, conclu¨ªa la hermana. Las organizaciones de derechos humanos comparten esa opini¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.