Alivio en el mayor foco de tensi¨®n en Asia
Algunos especialistas dudan de que Corea del Norte abandone alguna vez su programa nuclear
La moratoria en la realizaci¨®n de ensayos at¨®micos y pruebas de misiles de largo alcance declarada por Corea del Norte es un paso clave para el relanzamiento de las conversaciones internacionales sobre el desmantelamiento del programa de armas nucleares de Pyongyang y abre el camino a la pacificaci¨®n de uno de los focos de mayor tensi¨®n de Asia oriental. En las llamadas negociaciones a seis bandas, que Pyongyang abandon¨® a principios de 2009, participan las dos Coreas, Estados Unidos, China, Rusia y Jap¨®n.
Para Corea del Sur, que sigue t¨¦cnicamente en guerra con en Norte, la decisi¨®n de Pyongyang aplica un poco de b¨¢lsamo a unas relaciones que se han deteriorado en los ¨²ltimos a?os, especialmente tras los ataques sobre el Sur en 2010, y abre una rendija hacia la futura normalizaci¨®n de los lazos mutuos, que, seg¨²n los analistas, deber¨ªa incluir la firma de un tratado de paz que ponga fin de forma definitiva a la guerra de Corea (1950-1953). El conflicto acab¨® tan solo con un alto el fuego.
Hace 10 d¨ªas, Corea del Sur llev¨® a cabo unos ejercicios de tiro desde varias islas cercanas a la frontera mar¨ªtima en disputa entre los dos pa¨ªses, a pesar de las amenazas de su rival, que advirti¨® que estaba preparado para una ¡°guerra total¡± y que las pruebas conducir¨ªan a un ¡°colapso total¡± de las relaciones entre ambos pa¨ªses.
Los contactos entre los dos vecinos pasan por malos momentos como consecuencia del bombardeo norcoreano en noviembre de 2010 de la isla Yeonpyeong, en el que murieron cuatro surcoreanos, y el hundimiento en marzo de ese a?o de una corbeta del Sur, en el que fallecieron 46 marineros. Se¨²l culp¨® al Norte del ataque, pero Pyongyang rechaz¨® cualquier implicaci¨®n.
Jap¨®n ha dado la bienvenida al anuncio de la moratoria y ha dicho que es un paso importante para resolver los problemas pendientes. ¡°Esperamos que la coordinaci¨®n para implementar lo que ha sido acordado progrese de forma fluida¡±, ha dicho el ministro de Exteriores, Koichiro Gemba.
Para Tokio, que ve con temor la existencia de un enemigo con armas nucleares como Corea del Norte, una futura normalizaci¨®n de las relaciones debe pasar tambi¨¦n por la resoluci¨®n de la espinosa cuesti¨®n de los ciudadanos japoneses que fueron secuestrados en el pasado por el Norte. Estados Unidos asegura que ha pedido a Pyongyang que afronte este problema.
China por su parte, anfitri¨®n de las negociaciones a seis bandas, defiende una soluci¨®n que ante todo garantice la estabilidad en la Pen¨ªnsula coreana. Un conflicto en la regi¨®n podr¨ªa generar una avalancha de refugiados norcoreanos hacia su territorio.
A pesar del progreso que supone la moratoria, algunos especialistas dudan de que el Gobierno de Corea del Norte abandone alguna vez su programa de armas at¨®micas, temeroso del fin que han tenido otros reg¨ªmenes como el de Sadam Husein. Desde la muerte del anterior mandatario Kim Jong-il, el 17 de diciembre, Pyongyang ha prometido mantener las pol¨ªticas del fallecido l¨ªder y ha ligado su programa nuclear al legado de Kim Jong-il.
Washington y los vecinos de Corea del Norte est¨¢n siguiendo con atenci¨®n c¨®mo el nuevo l¨ªder norcoreano, Kim Jong-un, hijo de Kim Jong-il, navega las tensas relaciones con Se¨²l y la serie de maniobras navales que Estados Unidos tiene previsto llevar a cabo con Corea del Sur en la zona en los pr¨®ximos meses. Estados Unidos tiene alrededor de 28.500 soldados en Corea del Sur como medida disuasoria, seg¨²n afirman tanto Washington como Se¨²l.
Tras el ataque de 2010, Estados Unidos, Jap¨®n y Corea del Sur declararon un frente unido contra Pyongyang. Los dos pa¨ªses asi¨¢ticos acogen entre ambos a m¨¢s de 100.000 miembros de las fuerzas armadas estadounidenses, pero cooperan poco militarmente entre ellos, debido a las tensiones hist¨®ricas resultado del pasado invasor militar de Jap¨®n.
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