Sarkozy progresa, pero seguir¨ªa perdiendo en la segunda vuelta

Nada parece hecho, nada est¨¢ decidido, y nadie parece capaz de descartar que las presidenciales francesas no se vayan a decidir por un margen estrecho. Los ¨²ltimos sondeos empiezan a reflejar el hartazgo de los ciudadanos con la campa?a electoral, y sit¨²an la abstenci¨®n en un nivel r¨¦cord del 29%. Las estimaciones de voto sugieren que el favorito, Fran?ois Hollande, ha tocado techo y que su propuesta de cambio tranquilo no seduce como seduc¨ªa.

Seg¨²n una encuesta de IFOP para el Journal de Dimanche publicada hoy, el candidato socialista es todav¨ªa el preferido de la mayor¨ªa y ganar¨ªa la segunda vuelta del 6 de mayo con ocho puntos de ventaja sobre Nicolas Sarkozy (54% a 46%). Pero este est¨¢ ya en condiciones de discutirle la victoria en el primer turno.

El sondeo del diario dominical, af¨ªn a Sarkozy, revela una cerrada lucha en cabeza, pero coloca como ganador al presidente saliente en la primera vuelta del 22 de abril por medio punto: obtendr¨ªa el 27,5% de los votos, y Hollande el 27%, con un margen de error cercano al 3%.

La encuesta, realizada por Internet (un m¨¦todo considerado menos fiable que el telef¨®nico), confirma adem¨¢s la esperada pujanza de los extremistas. El Frente Nacional de Marine Le Pen sigue en un amenazante 17,5%, y el candidato del Frente de Izquierda, Jean-Luc M¨¦lenchon, sube hasta un sorprendente 11%. El centrista Fran?ois Bayrou, alternativa moderada a los dos favoritos, se mantiene un digno 13,5% de intenci¨®n de voto.

M¨¢s que una mejor¨ªa de Sarkozy, realidad muy poco significativa respecto a su entrada en campa?a de hace un mes, el panorama refleja un cambio de tendencia general y una gran fragmentaci¨®n de la intenci¨®n de voto. Hollande pagar¨ªa la divisi¨®n de la izquierda y los ecologistas (aunque Eva Joly no pasa del 2,5%), que ya destruy¨® a Lionel Jospin en 2002, y la sensaci¨®n de que la larga carrera hasta el El¨ªseo est¨¢ ahogando su motor diesel, poco rodado en estas lides.

El templado aspirante socialista afronta sus m¨ªtines y entrevistas televisivas con una actitud tan gomosa y pl¨²mbea que a ratos recuerdan m¨¢s a una tertulia de caf¨¦ que a un acto electoral. Con la educaci¨®n y la normalidad por bandera, sin garra ni pasi¨®n para defender sus ideas (muy escasas o inexistentes, seg¨²n Sarkozy), y adobando su soser¨ªa con promesas tan simb¨®licas como dif¨ªciles de cumplir (la tasa del 75% a las rentas mayores de un mill¨®n de euros), se dir¨ªa que a Hollande le est¨¢ costando un triunfo galvanizar los deseos de cambio y capitalizar en solitario la impopularidad de un Sarkozy cada d¨ªa m¨¢s euf¨®rico, agresivo y falt¨®n.

La t¨¢ctica Rajoy, mojarse poco y confiarlo todo al movimiento de rechazo que genera el presidente saliente, parece haber empezado a hacer agua. Y su oferta socialdem¨®crata parece convencer poco a los j¨®venes y los ancianos, que si tienen que elegir un estandarte se fijan m¨¢s en el exsocialista M¨¦lenchon, fundador del partido de Izquierda y exministro de Formaci¨®n Profesional con Jospin.

Orador cl¨¢sico de ret¨®rica refulgente e improvisada, M¨¦lenchon se disputa las preferencias de las clases populares no solo con su ex primer secretario Hollande sino tambi¨¦n con Marine Le Pen. El Front de Gauche -que agrupa a comunistas, postcomunistas, sindicatos y cuenta con el apoyo de muchos republicanos de origen espa?ol- aprieta cada d¨ªa m¨¢s por la izquierda al PS.

Este domingo, el eurodiputado ha congregado a miles de personas a una simb¨®lica marcha hacia la Bastilla para exigir la instauraci¨®n de la VI Rep¨²blica y contar al pueblo los detalles de su revoluci¨®n: menos globalizaci¨®n, m¨¢s proteccionismo, Europa en peque?as dosis.

Hollande es todav¨ªa el preferido de la mayor¨ªa y ganar¨ªa la segunda vuelta del 6 de mayo con ocho puntos de ventaja sobre Nicolas Sarkozy (54% a 46%)

Por su parte, Sarkozy se ha convertido en la prueba palpable de que en las elecciones posmodernas cuentan menos el programa (que todav¨ªa no ha desvelado) y el pasado que la imagen y el dominio de las t¨¦cnicas publicitarias. Como dice Enrique Atonal, veterano periodista de Radio France International, ¡°desde que existe la televisi¨®n a la gente le gusta que le enga?en, y Sarkozy es un gran especialista en eso, un animal electoralista¡±.

A falta de contenidos serios, el candidato-presidente ha decidido recurrir a los insultos personales y las proclamas ultraderechistas para movilizar los peores instintos populistas y pescar votos en la Francia silenciosa que vot¨® no a Europa en 2005 (un 60% del electorado socialista se opuso entonces a la Constituci¨®n).

Su estrategia para remontar consiste en vestir la m¨¢scara del l¨ªder que hace cosas (¡®Il Governo del fare¡¯ de Silvio Berlusconi), muy autoritario y muy ¡®francofranc¨¦s¡¯ (la visita de Angela Merkel pas¨® a la historia, y a la UE solo la cita para criticarla).

Su mensaje diario es una extra?a mezcla de fanfarronadas, invectivas, demostraciones de energ¨ªa y confianza en la victoria ¨C¡°vamos a ganar¡±, dijo imprudente el viernes en Lyon-, adornadas con confesiones privadas y promesas demag¨®gicas (tasas a los exiliados fiscales) para tratar de desmentir su fama de presidente de los ricos. Por el momento, la estrategia empieza a dar frutos.