El lobo solitario, nuevo modelo de yihad
Francia se hab¨ªa convertido en una obsesi¨®n para las c¨¦lulas salafistas de Al Qaeda
Casi nadie esperaba esto. Los servicios de inteligencia e informaci¨®n de toda Europa llevan a?os anunciando un ataque de c¨¦lulas salafistas de Al Qaeda en Francia, que afortunadamente no se ha producido, y la franquicia mundial creada en los a?os noventa por Osama bin Laden reaparece en Toulouse de la mano de un lobo solitario, de un fr¨ªo tirador francoargelino que irrumpe en un colegio jud¨ªo y asesina a un profesor y a tres ni?os indefensos. Aunque parezca una contradicci¨®n, los asesinatos del francotirador son una muestra m¨¢s de la debilidad por la que atraviesa el movimiento yihadista en sus refugios afganos y paquistan¨ª y sus c¨¦lulas locales en Europa, con numerosos de sus militantes en prisi¨®n o vigilados las 24 horas por la polic¨ªa. No hab¨ªa una c¨¦lula dispuesta y organizada para matar, pero s¨ª un terrorista motorizado y armado que actuaba solo y grababa sus cr¨ªmenes para m¨¢s tarde difundirlos por la red. Un hombre solo que no acude a reuniones en grupo ni frecuenta las mezquitas radicales vigiladas por el ej¨¦rcito de confidentes pagados por los Renseignement G¨¦n¨¦raux, los servicios secretos franceses que fund¨® el mariscal Petain.
Francia se ha convertido en una obsesi¨®n para el monstruo de mil cabezas que Bin Laden, Ayman Al Zawahiri y sus ac¨®litos han logrado extender por varios continentes, entre los que destaca Europa, un territorio seguro y acomodado en el que la yihad ha cosechado alguno de sus ¨¦xitos m¨¢s crueles y sanguinarios. Espa?a, el 11-M de 2004, y Reino Unido, durante el 7-J de 2005, ya sufrieron su "castigo", pero los franceses hab¨ªan logrado escapar hasta ahora de los numerosos intentos de atentados elucubrados por los c¨¦lulas locales de los salafistas que residen en ese pa¨ªs, refugio natural de centenares de argelinos miembros del Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA), reconvertido luego en el Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate (GSPC), y m¨¢s tarde rebautizado como Al Qaeda en el Magreb Isl¨¢mico (AQMI), hoy la mayor amenaza para pa¨ªses como Espa?a y Francia.
En los ochenta y noventa estallaron artefactos en papeleras en el centro de Par¨ªs, hubo varios intentos de volar la embajada de Estados Unidos, se planificaron ataques en estadios de f¨²tbol, pero todos fracasaron y sus cabecillas fueron detenidos
En los ochenta y noventa estallaron artefactos en papeleras en el centro de Par¨ªs, hubo varios intentos de volar la Embajada de Estados Unidos en la capital, se planificaron ataques en estadios de f¨²tbol, pero todos fracasaron y sus cabecillas fueron detenidos. La yihad amenazaba Francia, pero el pa¨ªs segu¨ªa virgen hasta que apareci¨® este lobo solitario dispuesto a irrumpir en un colegio, perseguir a una ni?a de siete a?os por el patio, tirarle de los pelos y descerrajarle un tiro en la cabeza. Un tipo que supuestamente hab¨ªa viajado a Pakist¨¢n y Afganist¨¢n para recibir la formaci¨®n que requiere un criminal.
La acci¨®n solitaria del francotirador que, supuestamente, ha asesinado tambi¨¦n a tres militares de origen magreb¨ª (Al Qaeda proh¨ªbe que los musulmanes formen parte de ej¨¦rcitos "enemigos"), no es una novedad.
El cineasta Theo Van Gogh, que pese a las amenazas de muerte recibidas por sus cr¨ªticas al islam elud¨ªa la protecci¨®n policial, fue asesinado en Amsterdam ( Holanda ) en 2004 cuando se dirig¨ªa en bicicleta a su trabajo. Mohamed Bouyeri, de 26 a?os, le dispar¨® a bocajarro y le remat¨® en el suelo. Le apu?al¨® y degoll¨®. El asesino dej¨® clavado en su pecho una carta de cinco p¨¢ginas firmada en nombre de Al¨¢ con numerosas amenazas a los jud¨ªos, a los Gobiernos occidentales y a los no creyentes en Mahoma. El criminal promet¨ªa a varios pol¨ªticos holandeses un final similar.
Desde la detenci¨®n de Bin Laden en su refugio de Pakist¨¢n, sus principales jefes militares han sido detenidos y la mayor¨ªa de sus acciones abortadas. La reaparici¨®n en el coraz¨®n de Europa del yihadista solitario determinado a matar sin compa?¨ªa y a no confiar sus proyectos a nadie supone un reto enorme para las fuerzas de seguridad ya que es mucho m¨¢s dif¨ªcil de detectar. No hay confidencias, no hay testigos, no hay reuniones donde dejar rastro, solo un lobo solitario con un rifle y una motocicleta. Pero es, tambi¨¦n, una muestra palmaria de la crisis por la que atraviesa el movimiento yihadista global.
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