Solana: ¡°La UE no es el problema. Es la soluci¨®n¡±
El exl¨ªder de la pol¨ªtica exterior com¨²n llama a luchar contra el desencanto hacia Europa en un acto celebrado en Madrid
La crisis econ¨®mica est¨¢ infligiendo a Europa grav¨ªsimos da?os. En primer lugar, naturalmente, figura el sufrimiento de los millones de personas que viven en la precariedad y se est¨¢n deslizando hacia la pobreza. Pero, entre las consecuencias de la depresi¨®n, tambi¨¦n figura un debilitamiento de la imagen de la Uni¨®n Europea en la opini¨®n p¨²blica continental y global; de su capacidad de acci¨®n exterior; y, en definitiva, del peso pol¨ªtico de Europa en el mundo.
Ante este desolador horizonte, Javier Solana, ex secretario general de la OTAN y ex Alto Representante para la Pol¨ªtica Exterior y de Defensa de la UE, ha pronunciado este martes en Madrid un discurso que ha sonado, a la vez, como un apasionado grito de alarma y rebeli¨®n. ¡°Cargar contra la UE se ha convertido en un ritornello [estribillo]. Comprendo que la sociedad est¨¢ harta de una crisis de la que no se ve el final. Pero esa actitud es un grav¨ªsimo error. La Uni¨®n Europea no es la causa de la crisis; es la soluci¨®n. Sin la UE, no tenemos soluci¨®n a nuestros problemas¡±, dijo Solana, en un acto celebrado para presentar en Espa?a el European Foreign Policy Scorecard 2012, un detallado an¨¢lisis de la pol¨ªtica exterior europea publicado por el think tank Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, en sus siglas en ingl¨¦s).
Antes de que Solana pronunciara su alegato proeuropeo, Llu¨ªs Bassets, director adjunto de EL PA?S, hab¨ªa se?alado un efecto colateral de la crisis que amenaza con abrir grandes grietas en la construcci¨®n europea. ¡°Me parece que estamos entrando en una fase de pol¨ªticas de suma cero; las cl¨¢sicas pol¨ªticas en las que el perjuicio del vecino es considerado como una ventaja. Las declaraciones de Mario Monti [primer ministro del Gobierno italiano, que subray¨® p¨²blicamente que los problemas de Espa?a inquietan a Europa] son un claro ejemplo¡±.
No es un caso ¨²nico. Y, en este clima, la desconfianza rec¨ªproca ¨Co hasta el rencor- causada por los excesos de unos (antes) y las exigencias de otros (despu¨¦s) pueden minar la unidad de Europa, en un momento en el que la cohesi¨®n es la ¨²nica posibilidad de salvaci¨®n y de retener capacidad de influencia exterior.
En este terreno, precisamente, el estudio publicado por el ECFR subraya como la crisis que golpea duramente a Europa desde hace ya un lustro ha aumentado la erosi¨®n de la capacidad de influencia del continente en la escena internacional. El a?o pasado, por primera vez desde la II Guerra Mundial, Europa volvi¨® a ser m¨¢s un problema que parte importante para la soluci¨®n de las dificultades del mundo. Su fragilidad la ha debilitado seriamente en las relaciones internacionales, ha reducido la capacidad de atracci¨®n de su modelo e impedido ocuparse con plenas energ¨ªas a asuntos tan trascendentales como la Primavera ?rabe que est¨¢ transformando sus vecinos del sur, seg¨²n indican las conclusiones del an¨¢lisis, que resumi¨® Hans Kundnani, director editorial de ECFR.
Jordi Vaquer, director del Centro de Estudios y Documentaci¨®n Internacionales de Barcelona, quiso a pesar de todo mantener un tono optimista. ¡°No hay que caer en el fatalismo de que la crisis vaya a ser un golpe demoledor para la pol¨ªtica exterior europea. Puede ser una oportunidad. Pienso, por ejemplo, en c¨®mo los recortes en Defensa pueden fomentar nuevas cooperaciones en esta ¨¢rea¡±.
Y, en efecto, pese a que la crisis ocupe las principales energ¨ªas de Europa, los Veintisiete tambi¨¦n han logrado en 2011 significativos ¨¦xitos en la escena internacional. El European Foreign Policy Scorecard 2012 destaca varios: la intervenci¨®n en Libia, el acuerdo de Durban sobre cambio clim¨¢tico, o los avances en los Balcanes. Pero estos logros no despejan las densas nubes, la mediocridad de los resultados obtenidos en decenas de ¨¢reas, y la intensificaci¨®n de proceso de renacionalizaci¨®n de la pol¨ªtica exterior.
Mientras la dimensi¨®n comunitaria absorbe cada vez m¨¢s competencias en las pol¨ªticas econ¨®micas nacionales, en la pol¨ªtica exterior las capitales parecen librar sus batallas de forma cada vez menos coordinada. Alemania no respald¨® la intervenci¨®n en Libia; Francia hunde el di¨¢logo de la UE con Turqu¨ªa con sus iniciativas nacionales; Italia dificulta los proyectos energ¨¦ticos europeos para impulsar su relaci¨®n bilateral con Rusia. Se extiende la diplomacia selectiva, con reuniones en las que participa un grupo reducido se pa¨ªses, a geometr¨ªa variable, seg¨²n las materias y los anhelos de los promotores.
Frente a ese panorama, Solana invita a analistas y gobiernos nacionales a hacer un verdadero esfuerzo pedag¨®gico para reforzar en las opiniones p¨²blicas la convicci¨®n de que Europa es la v¨ªa para salir del t¨²nel.
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