Los kurdos aspiran a que el cambio de r¨¦gimen en Siria reconozca sus derechos
La principal minor¨ªa ¨¦tnica de Siria recela de los islamistas y nacionalistas ¨¢rabes que copan la oposici¨®n
En algunas manifestaciones contra el r¨¦gimen de Bachar el Asad, adem¨¢s de la nueva bandera que agita la oposici¨®n (donde la franja roja de la ense?a oficial se ha sustituido por el verde del islam) se ha visto tambi¨¦n otra roja, blanca y verde con un sol en medio. Es la divisa de los kurdos, la principal minor¨ªa ¨¦tnica de Siria y que los analistas consideran ¡°decisiva¡± para el triunfo de la revuelta. Sin embargo, sus representantes abandonaron esta semana la reuni¨®n Consejo Nacional Sirio (CNS) en Estambul al sentir que ese foro no recoge sus aspiraciones de autonom¨ªa. De su inclusi¨®n en el proceso pol¨ªtico va a depender el tipo de Estado de la era posterior a El Asad.
¡°Si no alcanzamos un acuerdo ahora, estos asuntos ser¨¢n m¨¢s complicados tras la ca¨ªda del r¨¦gimen¡±, declar¨® Abdulhakim Bashar del Consejo Nacional Kurdo (CNK), citado por Reuters. ¡°Tal vez tenemos miedo de una guerra interna entre las facciones sirias, as¨ª que preferimos alcanzar un acuerdo ahora para evitarlo. Siria tiene que ser para todos los sirios sin discriminaci¨®n¡±, a?adi¨® dejando entrever sus recelos. Los asuntos a los que se refiere Bashar son, adem¨¢s de sus derechos culturales, que se cambie el nombre del Estado (Rep¨²blica Siria en vez Rep¨²blica ?rabe Siria) y garant¨ªas de autogobierno.
Aunque no hay cifras oficiales, se estima que los kurdos constituyen entre el 10% y el 15% de los 22,5 millones de sirios, lo que los convierte en el grupo ¨¦tnico m¨¢s numeroso. (En total, unos 20 millones de kurdos se reparten entre Turqu¨ªa, Irak, Ir¨¢n y Siria.) De ah¨ª que un reciente informe de la Henry Jackson Society, un think-tank brit¨¢nico de pol¨ªtica internacional, les haya descrito como ¡°la minor¨ªa decisiva¡± en la actual ecuaci¨®n siria.
Dadas las dif¨ªciles relaciones que los kurdos han mantenido con el nacionalismo ¨¢rabe (fundamento ideol¨®gico del gubernamental Baaz), cabr¨ªa esperar que aprovecharan la oportunidad para avanzar su agenda. Sin embargo, y si bien algunas de las primeras protestas contra el r¨¦gimen sirio se produjeron en las regiones kurdas del noreste (una estrat¨¦gica zona fronteriza con Irak y Turqu¨ªa), se han mantenido en los m¨¢rgenes de la protesta. A¨²n apoyando la revuelta, los distintos grupos kurdos prefirieron crear su propio ¨®rgano de coordinaci¨®n, el CNK, en vez de integrarse directamente en el CNS.
Aunque no hay cifras oficiales, se estima que los kurdos constituyen entre el 10% y el 15% de los 22,5 millones de sirios
¡°Existe una crisis de confianza entre los kurdos y los ¨¢rabes, en especial con la oposici¨®n que hasta ahora no les ha prometido nada concreto¡±, estima el periodista sirio Talal al Atrache en un email. Al Atrache, coautor de Quand la Syrie s¡¯¨¦veillera¡ (Librairie Acad¨¦mique Perrin, 2011), recuerda que cuando los kurdos se levantaron en 2004 ¡°lejos de solidarizarse, una parte de las tribus ¨¢rabes del noreste participaron en la represi¨®n, ante el silencio casi total de la oposici¨®n nacional¡±. En su opini¨®n, ¡°esa falta de solidaridad por parte de los ¨¢rabes permanece en el subconsciente colectivo de los kurdos y explica su d¨¦bil participaci¨®n en las actuales manifestaciones¡±.
Otro de los factores que sin duda influyen en esa desconfianza es el peso de los Hermanos Musulmanes dentro del CNS que, con la ayuda de Turqu¨ªa, aspira a suceder al r¨¦gimen de El Asad. Aunque la mayor¨ªa de los kurdos de Siria profesa el islam sun¨ª, son laicos, prooccidentales y defienden una visi¨®n pluralista del Estado. Los islamistas, como los nacionalistas ¨¢rabes, se han opuesto hist¨®ricamente a reconocer sus derechos. El Pacto Nacional que los Hermanos Musulmanes llevaron a la reuni¨®n de Estambul no conten¨ªa una sola menci¨®n a los kurdos.
¡°El CNK ha estado presionando al resto de los miembros del CNS para que reconozcan al pueblo kurdo y su identidad nacional en una [eventual] Constituci¨®n post El Asad¡±, ha escrito en una reciente columna Harvey Morris, uno de los autores de No Friends but the Mountains: The Tragic History of the Kurds (Oxford University Press, 1993). Este especialista en temas kurdos opina que ¡°si el Gobierno de El Asad cae, los kurdos van a exigir reparaciones por la arabizaci¨®n forzada de tierras kurdas en el pasado¡±.
Conocedor de esas diferencias y de sus divisiones internas (hay no menos de una quincena de grupos pol¨ªticos clandestinos), El Asad tambi¨¦n ha intentado jugar la carta kurda. En abril del a?o pasado, poco despu¨¦s de que se iniciaran las protestas, concedi¨® la nacionalidad ¡°¨¢rabe siria¡± a unos 250.000 kurdos de ascendencia turca que quedaron ap¨¢tridas a ra¨ªz de un decreto de 1962.
Aunque la mayor¨ªa de los kurdos de Siria profesa el islam sun¨ª, son laicos, prooccidentales y defienden una visi¨®n pluralista del Estado
Adem¨¢s, el r¨¦gimen est¨¢ utilizando sus lazos hist¨®ricos con la rama siria del PKK (que opera en Turqu¨ªa), el Partido de la Uni¨®n Democr¨¢tica (PYD, en sus siglas kurdas) para presionar a Ankara por su respaldo al CNS. Militantes del PYD han atacado a manifestantes kurdos contra Damasco. Al PYD, como al resto de los otros grupos kurdos, le preocupa la creciente influencia sobre la oposici¨®n siria en el exilio de Turqu¨ªa, un pa¨ªs que a¨²n no ha resuelto la relaci¨®n con sus 14 millones de kurdos.
Por otro lado, los kurdos sirios que se miran en el espejo del Kurdist¨¢n iraqu¨ª (cuyos principales partidos financian sendas ramas locales) chocan con la realpolitik de sus l¨ªderes. Masud Barzani, que ha apoyado el CNK, no va a poner en peligro sus lucrativas relaciones con Ankara promoviendo una zona aut¨®noma en Siria que solo aumentar¨ªa el temor de los gobernantes turcos al efecto sobre su propia minor¨ªa ¨¦tnica. Durante una conferencia en Erbil el pasado 29 de enero, Barzani alent¨® a los kurdos sirios a mantenerse unidos, pero evit¨® animarles a unirse a la revuelta.
Tampoco ayuda para que los kurdos act¨²en como una fuerza significativa en Siria el hecho de que muchos de ellos se hayan asimilado y vean con recelo el cambio de r¨¦gimen. ¡°La mayor¨ªa se muestran esc¨¦pticos sobre los gobiernos que pueden remplazar a El Asad, ya que temen que pongan a¨²n m¨¢s en peligro sus derechos como minor¨ªa¡±, afirmaba en un reciente art¨ªculo Denise Natali, de la Universidad de la Defensa Nacional de EEUU. De momento, los kurdos sirios permanecen a la expectativa y observan la situaci¨®n.
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