El chavismo busca relevo para Ch¨¢vez

¡°El presidente tiene c¨¢ncer. No es cualquier cosa y cualquier conflicto se puede desatar¡±. Lo obvio, dicho el martes por uno de los coordinadores del comando de campa?a para la reelecci¨®n de Hugo Ch¨¢vez, el gobernador Wilmar Castro, ha marcado un punto de inflexi¨®n en el discurso oficial del chavismo respecto a la enfermedad de su l¨ªder. Por primera vez desde que le fue diagnosticado a Ch¨¢vez un tumor maligno en junio de 2011, su partido ha comenzado a admitir la posibilidad de que el comandante-presidente no est¨¦ en condiciones de competir en las elecciones del 7 de octubre por un tercer mandato consecutivo. Para sobrevivir a su l¨ªder, la revoluci¨®n venezolana necesita un relevo, pero ninguno de los nombres que se ha asomado hasta ahora son garant¨ªa de triunfo.

El pron¨®stico de vida de Hugo Ch¨¢vez es, desde hace 10 meses, un secreto de Estado, incluso para la mayor¨ªa de los miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Pero incluso lo poco que se conoce, a trav¨¦s de los canales oficiales, no es nada alentador. Se sabe que entre junio del a?o pasado y febrero de este a?o, Ch¨¢vez ha sido operado en tres ocasiones de dos tumores malignos alojados en el mismo lugar de su abdomen, de los que el paciente se niega a hablar. Que la quimioterapia que se le aplic¨® entre la segunda y la tercera cirug¨ªa no detuvo el avance de la enfermedad. Que sus ausencias de Venezuela y de la vida p¨²blica, para recibir atenci¨®n m¨¦dica en Cuba, son cada vez m¨¢s prolongadas. Y que su partido se ha visto obligado a comenzar sin candidato la campa?a por la reelecci¨®n.

Si la enfermedad no le impide presentarse, Ch¨¢vez ganar¨¢ los comicios. Las ¨²ltimas cuatro encuestas realizadas en Venezuela durante el ¨²ltimo semestre le otorgan entre 7 y 20 puntos de ventaja sobre su ¨²nico rival, el gobernador Henrique Capriles, candidato de la oposici¨®n electo en febrero en primarias abiertas. La medici¨®n m¨¢s reciente, publicada a fines de marzo por la firma Datan¨¢lisis, otorga a Ch¨¢vez el 44,7% de la intenci¨®n de voto, y a Capriles, el 31,4%. Pero los n¨²meros cambian a favor de Capriles cuando se le pone a competir contra cualquiera de los potenciales sucesores de Ch¨¢vez.

El¨ªas Jaua ¡ªsoci¨®logo, 42 a?os, actual vicepresidente de la Rep¨²blica¡ª es quien aglutina mayor intenci¨®n de voto entre el chavismo: 29,5%, de acuerdo al mismo estudio de Datan¨¢lisis. Le sigue Nicol¨¢s Maduro ¡ªexdirigente sindical, 49 a?os, actual canciller¡ª, con 23,3%. Y luego, Diosdado Cabello ¡ªexteniente retirado, 49 a?os, actual presidente del Parlamento¡ª, con 20,4%. Cada uno ha intentado hacer m¨¦ritos, replicando el discurso radical del presidente. Ch¨¢vez, que desde el estallido de su enfermedad se ha negado a considerar la idea de un relevo, alternativamente los ha acercado y apartado de su lado, como premio o castigo por su fidelidad.

Pero adem¨¢s de la bendici¨®n del comandante, quien aspire a la sucesi¨®n deber¨¢ contar tambi¨¦n con la venia de los militares y de los hermanos cubanos Fidel y Ra¨²l Castro. As¨ª lo afirman analistas como la historiadora Margarita L¨®pez Maya. ¡°El presidente ha logrado destruir cualquier capacidad de influencia del sector civil sobre sus decisiones. Las dos grandes fuerzas que en este momento tienen m¨¢s capacidad de incidir son la Fuerza Armada, que mantiene el monopolio de las armas, y el Gobierno cubano, que mantiene el secreto del tratamiento m¨¦dico de Ch¨¢vez. Ah¨ª tiene que estarse dando un proceso de negociaci¨®n¡±. Si el dedo presidencial se?alara a un civil como sucesor, L¨®pez Maya prev¨¦ que antes o despu¨¦s de las elecciones habr¨¢ tensiones en los cuarteles. Una de las razones es que, en la historia democr¨¢tica de Venezuela, el sector militar nunca hab¨ªa acumulado tanto poder econ¨®mico y pol¨ªtico como durante el mandato de Ch¨¢vez; y algunos oficiales no est¨¢n dispuestos a renunciar a ello.

Ch¨¢vez supera a Capriles
en los sondeos.
Pero sus potenciales
sucesores pierden

De esas negociaciones, entre lo que se pierde y se gana materialmente, tambi¨¦n est¨¢n hechas las adhesiones del voto chavista en el mundo civil. ¡°M¨¢s que satisfacci¨®n respecto a la gesti¨®n del Gobierno, hay miedo al cambio¡±, dice la psic¨®loga Colette Capriles. Ch¨¢vez ha vendido con ¨¦xito la idea de que ¡°solo en socialismo¡± pueden sostenerse los beneficios que hasta ahora han obtenido los m¨¢s pobres, como los programas sociales conocidos en Venezuela como misiones. ¡°Tambi¨¦n hay un factor carism¨¢tico, de adhesi¨®n personal al presidente. La prueba de eso es la gran diferencia que hay entre el candidato Ch¨¢vez y otros candidatos del PSUV. Eso indica que Ch¨¢vez en s¨ª mismo es un activo¡±, agrega. El dilema que plantea su enfermedad es si, a cinco meses de las elecciones, ser¨ªa posible transferir la popularidad de Ch¨¢vez a otro candidato ungido por ¨¦l. Capriles cree que solo podr¨ªa lograrse si el chavismo toma una decisi¨®n de inmediato.

La desaparici¨®n pol¨ªtica de Ch¨¢vez tambi¨¦n es tema de discusi¨®n a nivel regional. Hay quienes creen, como el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que ¡°si algo le pasa¡± a Ch¨¢vez puede estallar una situaci¨®n de anarqu¨ªa en Venezuela que sea perjudicial para sus vecinos. Heinz Dietrich, ide¨®logo del socialismo del siglo XXI que impuls¨® Ch¨¢vez, considera que el vac¨ªo regional que deje el presidente venezolano debe ser sustituido por otro liderazgo, como el del presidente ecuatoriano Rafael Correa, que contin¨²e la labor que ¨¦l comenz¨®. Otras voces, como la del presidente uruguayo Pepe Mujica, opinan que la era chavista no habr¨¢ construido ning¨²n socialismo.

Luis Verdesoto, soci¨®logo ecuatoriano, descarta de plano que Correa pudiese reemplazar a Ch¨¢vez como l¨ªder del bloque de pa¨ªses que se identifican con el socialismo del siglo XXI y que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Am¨¦rica (ALBA). En primer lugar, porque ni Correa ni Ecuador ¡°tienen la posibilidad de articular lealtades y solidaridades a partir de los precios diferenciales del petr¨®leo y del financiamiento de obras que se ejecutan en pa¨ªses del Caribe y en Bolivia¡±. Y luego, porque cree que el socialismo del siglo XXI no tiene consistencia ideol¨®gica ni t¨¦cnica como para trascender. La conclusi¨®n de Verdesoto es que ya la influencia del presidente Ch¨¢vez en la regi¨®n era cada vez menor, gracias al buen desempe?o econ¨®mico que est¨¢n teniendo cada uno de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina por s¨ª mismos. ¡°Lo que va a pasar es que, de pronto, se derrumba un tigre de papel¡±.