La muerte de Bin Laden sigue lastrando la relaci¨®n de EE UU y Pakist¨¢n
Los v¨ªnculos entre los servicios secretos paquistan¨ªes y los talibanes, y los ataques estadounidenses con drones dificultan la aproximaci¨®n de posiciones
Pakist¨¢n derrib¨® hace un par de meses la desangelada casa de Abbottabad donde las fuerzas especiales de EEUU mataron a Osama Bin Laden el a?o pasado. Sin embargo, la brecha que esa operaci¨®n abri¨® en las relaciones entre ambos pa¨ªses est¨¢ resultando mucho m¨¢s dif¨ªcil de cerrar. M¨¢s all¨¢ de los efectos que la desaparici¨®n de su l¨ªder ha tenido sobre Al Qaeda, el incidente puso de relieve que Islamabad y Washington tienen distintas prioridades en la lucha contra el terrorismo. De que se reconstruyan esos lazos depende tanto el arrinconamiento del grupo terrorista como las condiciones en las que las tropas norteamericanas saldr¨¢n de Afganist¨¢n. De momento, est¨¢n en punto muerto.
Las encuestas muestran que la mayor¨ªa de los paquistan¨ªes responsabilizan a EEUU de las dificultades que afronta su pa¨ªs, desde el aumento del radicalismo hasta los cortes de electricidad. Los estadounidenses, por su parte, no entienden que a pesar de los 20.000 millones de d¨®lares de ayuda (militar y civil) desde el 11-S, a¨²n existan santuarios terroristas dentro de Pakist¨¢n, o que sus servicios secretos, los todopoderosos ISI, no hubieran detectado al hombre m¨¢s buscado del mundo a 60 kil¨®metros de Islamabad y a tiro de piedra de una academia militar.
La gravedad de aquel asunto llev¨® al mism¨ªsimo jefe del ISI, el general Shuja Pasha, a comparecer ante el Parlamento y reconocer el "fracaso" de sus servicios. Despu¨¦s, el silencio. Ni se ha conocido el resultado de la investigaci¨®n que se anunci¨® entonces, ni el Gobierno ha explicado con claridad lo sucedido aquella noche del 1 al 2 de mayo. Esa opacidad ha generado todo tipo de rumores y teor¨ªas de la conspiraci¨®n, que algunos analistas ven como una forma de esconder la verg¨¹enza por lo ocurrido.
Ahora, la Administraci¨®n Obama quisiera que Pakist¨¢n reabriera la ruta de abastecimiento para las tropas de la OTAN en Afganist¨¢n y normalizar las relaciones. Washington ha anunciado su disposici¨®n a discutir el marco de relaciones bilaterales despu¨¦s de que el Parlamento paquistan¨ª aprobara por unanimidad una nueva normativa el pasado 12 de abril. Sin embargo, Islamabad parece dudar. Ese retraso est¨¢ dando margen para que los extremistas agiten los sentimientos antiamericanos, aumentando el riesgo de que la crisis se profundice ante la falta de cooperaci¨®n.
Las diferencias principales giran en torno a dos asuntos: las relaciones del Ej¨¦rcito paquistan¨ª con la red Haqqani y el empleo de aviones no tripulados (drones) por parte de EEUU. En el primer caso, Washington ha calificado de "brazo del ISI" a ese grupo al que responsabiliza de los atentados contra su Embajada en Kabul y contra la base de la OTAN en esa ciudad, el pasado septiembre. Los militares paquistan¨ªes, sin embargo, siguen viendo a Haqqani y a los talibanes afganos como "contrapesos ¨²tiles frente a la influencia india".
En cuanto al segundo asunto, los norteamericanos han dejado claro que consideran la campa?a de los drones como una herramienta esencial para acabar con la capacidad de Al Qaeda para atacar intereses estadounidenses. Sin embargo, esos ataques, el ¨²ltimo el pasado domingo en Wazirist¨¢n del Norte, avivan el antiamericanismo y, en opini¨®n de los gobernantes paquistan¨ªes minan sus esfuerzos antiterroristas.
"Estados Unidos necesita reconocer y respetar la soberan¨ªa paquistan¨ª, y no debe de cruzar ninguna l¨ªnea roja en la persecuci¨®n de terroristas a trav¨¦s de la L¨ªnea Durand [frontera provisional con Afganist¨¢n]", propone por su parte el polit¨®logo Ishtiaq Ahmed. "A su vez, Pakist¨¢n necesita garantizar a EEUU toda la cooperaci¨®n posible en el futuro de que no va a dejar que sus regiones tribales, incluido Wazirist¨¢n del Norte, sirvan de santuarios para la insurgencia terrorista en Afganist¨¢n contra las fuerzas de EEUU, la OTAN y afganas", a?ade.
Tal posibilidad parece lejana. Pakist¨¢n a¨²n espera una disculpa p¨²blica de EEUU sobre el ataque de la OTAN en la agencia tribal de Mohmand, que mat¨® a una veintena de soldados en noviembre del a?o pasado.?
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