Argentina y la cumbre de C¨¢diz

Como consecuencia del pleito de YPF-Repsol con Argentina la pr¨®xima Cumbre Iberoamericana que se vitoreaba en Espa?a como la madre de todas las cumbres, (C¨¢diz, noviembre de 2012), est¨¢ en grave peligro. La pasada reuni¨®n de Asunci¨®n ya dist¨® mucho de ser un ¨¦xito, con la presencia de solo 11 jefes de Estado, pero las bajas aun pudieron atribuirse a una fatiga de las cumbres, convertidas en un carrusel interminable de encuentros. Por esa raz¨®n, tras la cita de Panam¨¢ en 2013, la gran fiesta diplom¨¢tica espa?ola se celebrar¨¢ ¨²nicamente cada dos a?os. Pero si fracasa el c¨®nclave de C¨¢diz, que, a los 200 a?os de la promulgaci¨®n de la primera constituci¨®n democr¨¢tica espa?ola, deb¨ªa solemnizar el lanzamiento de una nueva relaci¨®n pos-virreinal con Am¨¦rica Latina, la continuidad misma de las cumbres podr¨ªa verse afectada.

Si las diferencias con Argentina, ya no sobre la estatizaci¨®n de YPF anunciada el 16 de abril, sino sobre la indemnizaci¨®n, no se resuelven al menos medianamente para todos, no solo la presidenta Cristina Fern¨¢ndez (peronista, sector kirchnerismo) no acudir¨¢ a la cumbre, sino que puede arrastrar a gran n¨²mero de colegas. Con los bolivarianos ¡ªVenezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, m¨¢s Cuba¡ª no hay que contar, pero seguro que se les sumar¨ªan Brasil, Uruguay y Paraguay, que a su vez presionar¨ªan sobre Per¨², Am¨¦rica Central, y Rep¨²blica Dominicana, dejando en cadav¨¦rica soledad a los que han sacado la cara por Espa?a ¡ªes decir, por sus propios intereses¡ª como Colombia, M¨¦xico y Chile.

Habr¨ªa que preguntarse si la nacionalizaci¨®n de YPF estaba decidida desde mucho antes, pero fuentes en Buenos Aires apuntan a que eso dif¨ªcilmente pudo ocurrir antes de enero. Y lanzar la caballer¨ªa por delante, como Espa?a inicialmente hizo, ten¨ªa que provocar una reacci¨®n casi pavloviana del Gobierno argentino: apresurar en un primer tiempo la estatizaci¨®n, y, si en el futuro el enfrentamiento no se calma, tocar a rebato contra Madrid, all¨ª donde m¨¢s duela: la cumbre de C¨¢diz. La actitud espa?ola deber¨ªa apuntar, por tanto, a una operaci¨®n de limitaci¨®n de da?os. Todo menos envolverse en la bandera; especialmente, si no hay nada debajo, como ocurre con la suspensi¨®n de la compra de biodiesel argentino, que encarecer¨¢ el producto para los consumidores espa?oles.

Nacionalizar recursos naturales es un automatismo inscrito en el ADN latinoamericano, cuando menos desde que el presidente mexicano L¨¢zaro C¨¢rdenas hizo lo propio con los yacimientos de petr¨®leo en los a?os 30 del siglo pasado. Nacionalizar es en Am¨¦rica Latina una fiesta, y tan solo el presidente Menem ¡ªtambi¨¦n peronista, pero de otra escuela¡ª obr¨® en contrario de ese impulso cong¨¦nito con la privatizaci¨®n de YPF en los a?os 90, a lo que cooper¨® decisivamente N¨¦stor Kirchner, mientras que es ahora su viuda, la presidenta Fern¨¢ndez, quien restablece la tradici¨®n recuperando el pleno control de la riqueza petrolera. Y a ello habr¨ªa que a?adir para caldear el ambiente que, como dice el historiador peruano Luis Esteban G. Manrique, Am¨¦rica Latina es ¡°gen¨¦ticamente republicana¡±; el Rey de Espa?a ha podido resultar personalmente grato a sus pares en las cumbres, pero el continente no siente ning¨²n amor especial por la instituci¨®n mon¨¢rquica. Muy al contrario, el pasado colonial se presta excepcionalmente bien al eslogan antihisp¨¢nico, como cuando se le dice a la opini¨®n argentina que la exmetr¨®poli ya no tiene privilegios ¡°como en el virreinato¡±, y se utiliza para hacer frente a un presunto imperialismo econ¨®mico espa?ol. La nacionalizaci¨®n de YPF solo puede ser, con todo, un pobre suced¨¢neo a la leg¨ªtima reivindicaci¨®n de las Malvinas.

Aunque la medida encuentra amplio apoyo popular, que un instituto p¨²blico cifraba en el 74%, otra encuesta, privada, elevaba al 44% el n¨²mero de los que, sin rechazar la nacionalizaci¨®n, criticaban la pol¨ªtica del Gobierno por el d¨¦ficit energ¨¦tico que sufre Argentina. Los argumentos de Espa?a podr¨ªan exponerse, teniendo en cuenta esos matices, en la pr¨®xima cumbre del G-20, que se celebrar¨¢ en junio bajo la presidencia mexicana, y en la que se ver¨¢n por primera vez desde la crisis Cristina Fern¨¢ndez y el presidente Mariano Rajoy. Aunque Buenos Aires haya podido vulnerar los acuerdos suscritos con la firma espa?ola, nadie va a negar el derecho soberano del pa¨ªs a la estatizaci¨®n, pero indemnizar con justiprecio deber¨ªa ser, asimismo, una obligaci¨®n.

La penetraci¨®n econ¨®mica de China en Am¨¦rica Latina es un fen¨®meno incesante, y ser¨ªa toda una iron¨ªa que a los gallegos les relevaran un d¨ªa en el Rio de la Plata los negociantes de Pek¨ªn.