Silencio comprado con gas
La final de Eurovisi¨®n lleva a Azerbay¨¢n focos y obras fara¨®nicas, pero no la democracia
Bak¨², metr¨®polis del C¨¢ucaso y del Caspio y capital de Azerbay¨¢n, acoge el pr¨®ximo s¨¢bado la final de Eurovisi¨®n: las eliminatorias ya han empezado. El r¨¦gimen antidemocr¨¢tico de Ilham Al¨ªyev est¨¢ en el momento clave de su campa?a para evitar que los focos se salgan del escenario. No es que la ciudad no se haya puesto sus mejores galas: no se ha ahorrado un petrod¨®lar en construcciones firmadas por estudios internacionales de arquitectura ni en la restauraci¨®n del casco antiguo. Pero el r¨¦gimen de Azerbay¨¢n, tras la imagen de modernidad de su remozada capital, apenas esconde un autoritarismo corrupto y cada vez m¨¢s represivo. Pocos parecen dispuestos a afe¨¢rselo: sus reservas de gas son codiciadas por Europa y Asia y, en un contexto de crisis, ?qui¨¦n va denunciarlo y renunciar a ping¨¹es contratos o a las inversiones de un fondo soberano con 30.000 millones de d¨®lares?
?El pa¨ªs comparte plaza con Corea del Norte, Cuba y Siria en el reducido club de las rep¨²blicas din¨¢sticas. Ilham Al¨ªyev sucedi¨® a su padre, Heidar, l¨ªder del Azerbay¨¢n sovi¨¦tico y presidente del nuevo estado independiente hasta que en 2003 la enfermedad le hizo ceder su plaza de candidato presidencial a su hijo. Ilham hered¨® de su padre la buena estrella en las urnas: nada menos que el 88% de los votantes le prefirieron en 2008, seg¨²n los disputados resultados oficiales. Un a?o despu¨¦s no tuvo mayor dificultad en hacer aprobar una reforma constitucional que elimin¨® el l¨ªmite de dos mandatos en la presidencia, y en 2010 las elecciones parlamentarias dejaron fuera a los dos partidos de genuina oposici¨®n. El pa¨ªs, bajo su presidencia, no ha dejado de perder en transparencia, democracia y libertad de expresi¨®n.
Azerbay¨¢n mantiene relaciones entre correctas y francamente cordiales con todas las potencias mundiales y todos sus vecinos (que incluyen a Rusia, Turqu¨ªa e Ir¨¢n), salvo Armenia, que sustenta la ocupaci¨®n de un 20% del territorio oficialmente azer¨ª. Cortejado por sus reservas de gas, que los europeos ven como alternativa a su dependencia del gas ruso, el r¨¦gimen de Al¨ªyev sortea las cr¨ªticas a su sistema pol¨ªtico y de derechos fundamentales de organizaciones como la Uni¨®n Europea con una efectividad que ya la querr¨ªan para s¨ª Rusia o Turqu¨ªa. La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, por ejemplo, mand¨® una misi¨®n para comprobar la situaci¨®n de los derechos fundamentales en Azerbay¨¢n en febrero de 2012, pero sus miembros decidieron ¡ªmuy convenientemente¡ª no entregar sus resultados hasta finales a?o, cuando la atenci¨®n internacional sobre el pa¨ªs ya se habr¨¢ desvanecido por completo.
Podr¨ªa pensarse que la cita internacional ser¨ªa un acicate para que Al¨ªyev relajase, aunque fuese temporalmente, la censura y la represi¨®n. Pero el r¨¦gimen no est¨¢ tranquilo. La primavera ¨¢rabe tens¨® los nervios: en febrero de 2011 empezaron peque?as movilizaciones, incluida una en Jirdal¨¢n, cerca de Bak¨², ante el monumento a¡ ?Mubarak! El Gfobierno reaccion¨® a las reducidas manifestaciones y a los valerosos actos individuales de blogueros y periodistas que se sucedieron durante el a?o con inusitada dureza: detenciones, palizas y todo tipo de chantajes. Adem¨¢s, la reducci¨®n progresiva de la producci¨®n de petr¨®leo y el fracaso total de casi cualquier otro sector que no sean los hidrocarburos han llevado al pa¨ªs a pasar de un fulgurante crecimiento del 34,5% en 2006 a una previsi¨®n de un magro 1,9% para 2013. Al¨ªyev no se la quiere jugar.
La preparaci¨®n para Eurovisi¨®n ha llevado a Bak¨² obras fara¨®nicas (para las cuales se han desplazado sin contemplaciones a decenas de familias). Se han intensificado hasta el rid¨ªculo la campa?a de imagen internacional y los obsequios a periodistas y pol¨ªticos extranjeros. Pero adem¨¢s se ha acentuado la presi¨®n sobre blogueros y periodistas locales recurriendo a las t¨¢cticas autoritarias ampliamente difundidas en las dictaduras postsovi¨¦ticas (palizas, v¨ªdeos con c¨¢mara oculta, acusaciones varias ¡ªdrogas, delitos fiscales, vandalismo, evasi¨®n del servicio militar¡ª para desactivar a los cr¨ªticos, detenciones masivas, etc.).
El s¨¢bado se podr¨¢n seguir en toda Europa las canciones pegadizas, las coreograf¨ªas, los juegos de luces y el espect¨¢culo pol¨ªtico-sociol¨®gico de los votos entre pa¨ªses. La mayor¨ªa de los azer¨ªes ver¨¢n con orgullo c¨®mo su pa¨ªs organiza su mayor evento internacional desde la independencia. Saldr¨¢ seguramente en alg¨²n momento un Al¨ªyev sonriente, satisfecho por haber puesto a su pa¨ªs en el mapa mental de millones de europeos. Luego los medios se ir¨¢n con la m¨²sica a otra parte. Echaremos de menos la imagen de los valientes que han perdido su trabajo, su plaza en la universidad o incluso la libertad para denunciar a un r¨¦gimen corrupto y autoritario que les escatima lo que ellos m¨¢s anhelan de Europa: la democracia.
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