El abandono universitario se extiende en Italia

Giulia tiene 20 a?os, est¨¢ matriculada en segundo de Ciencias de la comunicaci¨®n en la Universidad de la Sapienza en Roma y ha decidido abandonar. Una carrera equivocada, quiz¨¢. Desde luego, ya no cree que un t¨ªtulo pueda ayudarla a encontrar trabajo. Lo mismo que ella opinan muchos otros j¨®venes en Italia. La culpa es de la incertidumbre sobre su futuro, un paro juvenil que, debido a la crisis, ha roto el techo del 35% (con picos de m¨¢s del 50% en el sur de Italia) y un sistema educativo que no ayuda en absoluto a las familias que quieren que sus hijos estudien y no recompensa el m¨¦rito.

En el curso actual, 2011-2012, segun el ¨²ltimo informe del Comit¨¦ nacional para la evaluaci¨®n del sistema universitario, el n¨²mero de matriculados en las universidades italianas es ligeramente inferior al 60% el total de los j¨®venes diplomados de primer ciclo. Es el n¨²mero m¨¢s bajo de los ¨²ltimos 30 a?os. "Desde hace seis a?os", denuncian las asociaciones estudiantiles, "cada vez son m¨¢s los diplomados de primer ciclo que no contin¨²an sus estudios universitarios; en un pa¨ªs como el nuestro, el ¨²ltimo de Europa por n¨²mero de titulados superiores, eso deber¨ªa hacer sonar todas las alarmas". Pesan las perspectivas econ¨®micas y pesan, sobre todo, los recortes llevados a cabo en los ¨²ltimos a?os en los fondos para el derecho al estudio, que han bajado hasta apenas 12 millones de euros, frente a los 2.000 millones asignados por Francia y Alemania. Esta decisi¨®n se traduce en que al menos 45.000 estudiantes que merecen tener becas se han quedado sin ellas y tienen enormes problemas para proseguir sus estudios. Eso, sin contar con que Italia es el tercer pa¨ªs con las tasas universitarias m¨¢s altas de Europa y que "33 universidades p¨²blicas, de 62", sigue la denuncia de los estudiantes, "tienen unas tasas de matr¨ªcula ilegales por ser excesivas".

Descubrir, como revela Eurostat, que Italia ocupa los ¨²ltimos puestos, no solo en la clasificaci¨®n mundial de universidades, sino en la proporci¨®n de j¨®venes con m¨¢sters que encuentran trabajo (76,6% frente a un promedio del 82,3%), solo contribuye a aumentar el desconsuelo.

"M¨¢s vale no tener t¨ªtulo pero s¨ª trabajo", dice Giulia, que se ve ya, de aqu¨ª a pocas semanas, sirviendo en el mostrador del bar de sus t¨ªos en el paseo mar¨ªtimo de Ostia. Pese a todo, la realidad es que los ¨ªndices de paro de los que tienen un m¨¢ster se mantienen en un nivel m¨¢s bajo que el de los diplomados de primer ciclo, se?al de que seguir estudiando m¨¢s siempre es ¨²til. Pero el mercado no premia a quien decide proseguir los estudios: los salarios de los trabajadores con un m¨¢ster caen sin cesar (el salario del primer empleo, para quien tiene la suerte de obtener un puesto fijo, apenas consigue alcanzar los mil euros) y las ofertas de trabajo est¨¢n congeladas desde hace meses. Y de poco servir¨¢n los fondos, 300 millones, asignados por el nuevo Gobierno a la Universidad. Un dinero que, no obstante, tras a?os de vacas flacas, es bienvenido.