Inmigrantes africanos atrapados en el limbo israel¨ª
Unos 60.000 eritreos y sudaneses deambulan sin papeles en un entorno cada vez m¨¢s agresivo El primer ministro Netanyahu: "Hay que detener la llegada de extranjeros"
Unas 60.000 personas, la mitad de ellas sudaneses y eritreos, deambulan por las calles de Israel. Las autoridades no les deportan, pero les dejan a su suerte, en un limbo legal que ni les permite trabajar ni les da acceso al sistema sanitario o educativo. Su presencia crispa a los vecinos bajo la notable inoperatividad del Gobierno.
El term¨®metro supera los 25 grados en el parque Lewinsky de Tel Aviv. All¨ª decenas de sudaneses y algunos eritreos matan el tiempo a golpe de imaginaci¨®n: unos compartiendo an¨¦cdotas en los abundantes corrillos. Otros, menos so?adores, tumbados en el c¨¦sped. Su mirada se pierde en alg¨²n punto impreciso del horizonte. ¡°Aqu¨ª no tenemos nada, a veces ni qu¨¦ comer, pero al menos s¨¦ que no me van a matar en cuanto salga a la calle¡±, dice Omar, un sudan¨¦s de Darfur, una regi¨®n al oeste de Sud¨¢n inmersa en un cruento conflicto desde 2003 entre las milicias paramilitares ¨¢rabes y los africanos negros. A su lado, varios compa?eros escarban dentro de una bolsa de pl¨¢stico con algunas camisas y pantalones viejos que un vecino acaba de traer.
Sin embargo, aunque en Israel no corran el riesgo de ser aniquilados en una guerra civil (se calcula que m¨¢s de 300.000 personas han muerto durante los ¨²ltimos siete a?os) tampoco est¨¢n exentos de ser linchados a manos de ciudadanos israel¨ªes encendidos. El pasado mi¨¦rcoles unos mil israel¨ªes se manifestaban en el barrio de Hatikva, al sur de Tel Aviv, llamando a su expulsi¨®n con lemas como ¡°Son un c¨¢ncer en nuestro cuerpo¡± o ¡°Sudaneses a Sud¨¢n¡±, consignas pronunciadas incluso por alguno de los cinco diputados de la derecha israel¨ª (tres del Likud, uno de Kadima y otro del partido Uni¨®n Nacional, de derecha radical) que participaron en esta protesta que termin¨® de forma violenta.
La progresiva exaltaci¨®n de los manifestantes se sald¨® con el lanzamiento de piedras a toda persona de color que pasara dentro de un coche, a la retenci¨®n forzosa de taxis compartidos para ver si hab¨ªa alg¨²n inmigrante en el interior, o al destrozo de una tienda cercana de comestibles. Fueron detenidas 17 personas y varios de los parlamentarios, denunciados por ¡°incitar a la violencia¡± por parte de ONGs como Paz Ahora.
He cubierto ataques terroristas, funerales, accidentes de coche y protestas. He visto ira, frustraci¨®n, desesperaci¨®n y tristeza, pero nunca he visto tanto odio¡±
Ilan Lior, periodista
Revelador fue al d¨ªa siguiente el testimonio de un periodista del diario israel¨ª Haaretz, Ilan Lior, que cubri¨® la manifestaci¨®n: ¡°He cubierto ataques terroristas, funerales, accidentes de coche y protestas. He visto ira, frustraci¨®n, desesperaci¨®n y tristeza en variedad de formas y lugares, pero nunca he visto tanto odio como el que presenci¨¦ ayer¡±. Por cierto, a ¨¦l tambi¨¦n le tuvo que sacar la polic¨ªa porque casi le linchan al grito de ¡°izquierdista¡±.
Tampoco es tranquilizador el mensaje lanzado por algunos miembros del Ejecutivo. El ministro del Interior, Eli Yishai, anunci¨® el jueves que estudiaba multar a los alcaldes de localidades israel¨ªes que permitieran la contrataci¨®n de ¡°infiltrados¡±. ¡°Su lugar es el pa¨ªs del que han venido¡±, dijo. El primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, dijo a las pocas horas del incidente que ¡°hay que detener la llegada de extranjeros a Israel¡± y afirm¨® que su Gobierno lo har¨ªa de forma ¡°responsable¡±, empezando por acelerar los trabajos de la valla fronteriza con Egipto, cuya construcci¨®n se completar¨¢ en unos meses.
Traves¨ªa por el desierto del Sina¨ª
En los ¨²ltimos cinco a?os, 35.000 eritreos y 15.000 sudaneses han ido llegando a Israel, la mayor¨ªa a trav¨¦s del desierto del Sina¨ª, en una aventura peligrosa que a menudo termina en tragedia. ¡°A muchos les secuestran las tribus beduinas y piden rescates a sus familias que pueden llegar hasta los 40.000 d¨®lares [algo m¨¢s de 30.000 euros]¡± dice Orit Marom, de la Organizaci¨®n para la Ayuda de los Refugiados en B¨²squeda de Asilo (ASSAF, en sus siglas en ingl¨¦s) con sede en Tel Aviv. ¡°Les amenazan con matarles, o lo que es peor, con extraerles los ¨®rganos¡±, asegura esta israel¨ª en la entrada de su oficina.
¡°Varios compa?eros tienen una raja en la espalda, les quitaron un ri?¨®n¡±, asegura Onnab, otro sudan¨¦s del grupo de Lewinski en el recibidor de ASSAF. ¡°Es un aut¨¦ntico drama, a las mujeres las violan, incluso nos han llegado ni?os con las extremidades deformadas porque les mantuvieron atados durante meses mientras sus huesos crec¨ªan¡±, asegura, Orit Rubin, coordinadora psicosocial de esta organizaci¨®n.
Casualidad o no, la polic¨ªa israel¨ª desmantel¨® la semana pasada una red clandestina de tr¨¢fico de ¨®rganos, deteniendo a diez sospechosos, entre ellos un m¨¦dico de Tel Aviv con antecedentes de practicar trasplantes en un hospital de Pristina (Kosovo) en 2008.
Extorsiones que no hacen sino aumentar la angustia de estos sudaneses (procedentes tanto de Sud¨¢n, como del actual Sud¨¢n del Sur) y eritreos, desorientados en un pa¨ªs que no les deporta -Israel es firmante de la Convenci¨®n sobre el Estatuto de los Refugiados (1951) que impide la deportaci¨®n al pa¨ªs de origen en caso de caso de existir riesgo de persecuci¨®n ¡°por motivos de raza, religi¨®n, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones pol¨ªticas¡±- pero que tampoco les concede ning¨²n derecho, ni visado de trabajo. ¡°Est¨¢n en un limbo legal, lo que ¨²nico que tiene que hacer Israel es aceptar su solicitud de asilo, valorarla y, si realmente considera que no existen tales riesgos, ya puede deportarles como piden los pol¨ªticos¡±, explica Orit Marom.
Dany Dannon, parlamentario por el Likud -el partido liderado por Benjam¨ªn Netanyahu- y uno de los que acudi¨® a la manifestaci¨®n del mi¨¦rcoles con mensajes como ¡°hay que sacar a los africanos de aqu¨ª¡±, es uno de ellos. En conversaci¨®n telef¨®nica, asegura que ¨¦l ha estado en el sur de Sud¨¢n, que all¨ª no pasa absolutamente nada y que estos inmigrantes se encuentran en Israel de forma ilegal solo para trabajar. ¡°Debemos tomar medidas. Vienen y luego quieren traerse a toda su familia y amigos, no puede ser¡±, asegura.
Sin embargo, Orit Maron, de ASSAF, es cr¨ªtica con las aseveraciones de Dannon. ¡°Se les trata como criminales pero s¨ª est¨¢n legales, tienen un permiso de residencia que deben renovar cada 3 meses¡±, explica. No obstante, Maron asegura comprender a los vecinos del barrio de Hatikva, sin recursos y abandonados, asegura, por los sucesivos Gobiernos israel¨ªes. ¡°Si en tu barrio aparecen de pronto miles de personas haciendo sus necesidades donde pueden, o viviendo 200 en un edificio preparado para 50 te rebelas¡±, explica. ¡°En lugar de echar m¨¢s le?a al fuego, lo que tiene que hacer el Gobierno es afrontar el problema y dejar de lavarse las manos¡± concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.