Lo que ocultaba el cuervo del Papa
La Gendarmer¨ªa vaticana encuentra cajas de documentos secretos en poder del mayordomo
Lo despertaba a las 6.30, le ayudaba en la misa a las 07.00, le serv¨ªa el desayuno a las 08.00, el almuerzo a las 13.30 y la cena a las 19.30. Lo acompa?aba al caer la tarde en su paseo por el jard¨ªn, eleg¨ªa la menta perfumada para la infusi¨®n, le daba las medicinas justas y, en torno a las nueve de la noche, le ayudaba a desvestirse para ir a la cama. La Gendarmer¨ªa vaticana trata de averiguar ahora en qu¨¦ momento del d¨ªa Paolo Gabriele, de 46 a?os, casado y con tres hijos, le robaba las cartas al Papa.
El mayordomo de Benedicto XVI fue detenido el jueves por la tarde acusado de ser ¡°el cuervo¡± o traidor que en los ¨²ltimos meses ha venido sustrayendo y difundiendo en los medios de comunicaci¨®n italianos las cartas secretas dirigidas al Pont¨ªfice, una filtraci¨®n masiva de documentos conocida como Vaticanleaks. Paolo Gabriele, que trabajaba como ayudante de c¨¢mara del Papa desde el a?o 2006, se enfrenta, por tanto, al cargo de ¡°robo de la correspondencia de un jefe de Estado¡±, un delito equivalente al de ¡°atentado contra la seguridad del Estado¡±, penado hasta con 30 a?os de c¨¢rcel. Gabriele, que posee la doble ciudadan¨ªa italiana y vaticana, permanece bajo la vigilancia de agentes de la Guardia Suiza, a¨²n no ha admitido ninguna culpa y afronta los interrogatorios en silencio.
La conmoci¨®n es total en el Vaticano. Paolo Gabriele es una de las nueve personas laicas que compart¨ªan la vida diaria del Papa en su apartamento, la llamada ¡°familia pontificia¡±. Se trata de un hombre de buena presencia, muy reservado, extremadamente religioso y devoto de la santa polaca Faustina Kowalska. Hasta su detenci¨®n, viv¨ªa con su familia en un confortable apartamento dentro de las 40 hect¨¢reas que conforman el Estado Vaticano. Fue all¨ª donde, seg¨²n los medios italianos, Domenico Giani, el comandante en jefe de la Gendarmer¨ªa, habr¨ªa encontrado numerosas fotocopias de la correspondencia privada del Papa: ¡°Cajas repletas de documentos y el aparataje necesario para fotografiar y reproducir documentos¡±.
Ni su confesor cree que haya sido capaz de urdir en solitario una conspiraci¨®n de tal magnitud
Pese a que las pruebas halladas en ¡°el nido del cuervo¡± parecen definitivas, ni su confesor cree que Paolo Gabriele, conocido por sus amigos como Paoletto, haya sido capaz de urdir en solitario una conspiraci¨®n de tal magnitud. Hay tres versiones. La primera sostiene que la filtraci¨®n de documentos solo buscaba un inter¨¦s econ¨®mico, aunque el mayor beneficiado, el periodista Gianluigi Nuzzi, asegura ¨Csin se?alar a nadie-- que nunca pag¨® a su ¡°garganta profunda¡±. La segunda versi¨®n considera que, si Gabriele lo hizo, fue por un deseo altruista de ayudar a la Iglesia sacando a la luz casos de corrupci¨®n. Pero el mayor consenso gira en torno a la tercera opci¨®n: el mayordomo solo ser¨ªa un chivo expiatorio, un instrumento en manos de alguna de las facciones de la Curia vaticana que tratan de desacreditar al actual secretario de Estado, monse?or Tarcisio Bertone, y de paso posicionarse ante la sucesi¨®n de Benedicto XVI. De ah¨ª que no se descarten nuevas detenciones.
La palabra mayordomo no refleja del todo el papel de Paolo Gabriele en la vida de Joseph Ratzinger. Cuando le llam¨® a su lado hace seis a?os, o cuando decidi¨® que las laicas consagradas Loredana, Carmela, Cristina y Rossella compartieran con ¨¦l, cada d¨ªa, su mesa y su misa, estaba eligiendo tambi¨¦n a su familia. A los que tendr¨ªan por misi¨®n acompa?ar la soledad de un hombre anciano que adem¨¢s es jefe de Estado y, para millones de personas, el representante de Dios en la Tierra. Paolo Gabriele era el primero y el ¨²ltimo en verlo cada d¨ªa. Su traici¨®n, seg¨²n el Vaticano, ha dejado al Papa ¡°golpeado y triste¡±.
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