"Necesitamos proporcionar a la sociedad una clase dirigente de gran nivel"
El ex primer ministro italiano y expresidente de la Comisi¨®n Europea habla sobre el estado de la universidad en la Uni¨®n Europea
Pregunta. Presidente Prodi, la Universidad de Bolonia ha sabido "mirar adelante y atr¨¢s", como dec¨ªa Petrarca, conjugar la poderosa historia que tiene sobre los hombros con una modernidad que la sit¨²a en la vanguardia de las clasificaciones mundiales. Es sede del museo europeo del estudiante: en el Archiginnasio se conservan los escudos y los s¨ªmbolos del pasado de los estudiantes de toda Europa. El esp¨ªritu de este crisol de culturas ha permanecido en Bolonia. ?Pero c¨®mo poder exportarlo despu¨¦s?
Respuesta. Los escudos estudiantiles que ocupan miles de metros cuadrados en las paredes y las b¨®vedas de la antigua sede de la Universidad de Bolonia son el s¨ªmbolo de la aut¨¦ntica universalidad de la universidad. Hoy sobrevive el mismo esp¨ªritu, pero las universidades de Europa continental ya no son un s¨ªmbolo de universalidad ni por la distribuci¨®n territorial de los estudiantes ni por la de los profesores. La tradici¨®n de la universalidad estuvo demasiado tiempo interrumpida por las guerras, los nacionalismos y las separaciones que han desgarrado Europa en el pasado.
El crisol de la cultura solo puede existir si existe una circulaci¨®n verdaderamente libre y concreta de profesores
La excepci¨®n fueron las grandes universidades brit¨¢nicas, mientras que, en el continente, los periodos de apertura internacional han alternado con otros de aislamiento, muy vinculados a los altibajos de la pol¨ªtica. Debe quedar claro que el "crisol de la cultura" solo puede existir si existe una circulaci¨®n verdaderamente libre y concreta de profesores. Libre y concreta desde el punto de vista cualitativo y cuantitativo. En Italia, las limitaciones econ¨®micas, jur¨ªdicas y burocr¨¢ticas impiden que eso se d¨¦ en medida suficiente, aunque algunas universidades, como la de Bolonia, tratan de poner remedio a esa situaci¨®n con numerosos proyectos.
En cualquier caso, hay que recordar que el esp¨ªritu de universalidad depende no solo de las instituciones sino tambi¨¦n de las personas. La escasez de recursos no impide entablar v¨ªnculos individuales con otros lugares del mundo, aunque s¨ª limita enormemente su amplitud y su eficacia.
No solo los porcentajes del PIB dedicados a la universidad en Italia son insignificantes, sino que el solo coste de la propia universidad supone un peso importante para los hombros del Estado.
Muy por detr¨¢s est¨¢ el esfuerzo de las estructuras econ¨®micas y financieras, mientras que la recaudaci¨®n de dinero entre los antiguos alumnos, que es habitual en algunos otros pa¨ªses, es pr¨¢cticamente inexistente.
Todo esto conduce, por supuesto, hacia una universidad mucho m¨¢s burocr¨¢tica y estandarizada de lo que har¨ªa falta para interpretar el mundo actual.
P. ?C¨®mo cree que puede expandirse el proyecto Erasmus, que cumple ahora 25 a?os?
R. En el ¨²ltimo periodo de mi presidencia de la Comisi¨®n Europea propuse personalmente un plan para la multiplicaci¨®n de los fondos Erasmus, en el convencimiento de que es uno de los pocos instrumentos positivos para construir un esp¨ªritu europeo en las nuevas generaciones y aumentar un conocimiento rec¨ªproco que es necesario. La respuesta de los Estados miembros (empezando por los m¨¢s ricos) fue que no deb¨ªa a?adirse ni un euro m¨¢s al programa.
Justificaron esa postura tan incre¨ªble por motivos puramente econ¨®micos, pero, en la discusi¨®n, se vio con claridad que los Gobiernos estaban decididos a mantener el control del sistema universitario de forma permanente.
En el momento actual no veo ning¨²n cambio de direcci¨®n en esta pol¨ªtica, sobre todo por parte de los Gobiernos que creen que la Uni¨®n Europea no puede avanzar porque falta un demos, un verdadero "esp¨ªritu" europeo. ?C¨®mo va a nacer ese esp¨ªritu com¨²n si los j¨®venes no se mezclan entre s¨ª?
?C¨®mo va a nacer un esp¨ªritu com¨²n si los j¨®venes no se mezclan entre s¨ª?
P. He visto los precios de las residencias de estudiantes en Bolonia y me han parecido muy caras. Lo mismo sucede en todas partes: Tur¨ªn, Mil¨¢n, Roma. Adem¨¢s de las tasas universitarias, vivir en otra ciudad parece cada vez m¨¢s dif¨ªcil. ?Son impensables los campus universitarios, al menos en Italia?
R. En mi opini¨®n, una aut¨¦ntica universidad solo existe si los estudiantes viven juntos en los colegios y en un entorno com¨²n, que suele llamarse campus pero que puede tanto estar separado de la sociedad que lo rodea como estar profundamente inmerso en la comunidad urbana.
En Italia hay colegios universitarios que funcionan a la perfecci¨®n (y yo tuve la suerte de poder disfrutar de ellos), pero son muy escasos. En general, los estudiantes tienen que buscarse la vida, con frecuencia en manos de peque?os especuladores voraces que se aprovechan de ellos.
El remedio es sencillo y no hace falta ni explicarlo: basta recordar que se necesitan recursos econ¨®micos y personas dedicadas pero, sobre todo, que el problema asuma la importancia que merece.
P. ?Cree que es oportuno crear un ministerio europeo de universidades o piensa que la riqueza de Europa est¨¢ en seguir siendo un archipi¨¦lago como lo es hoy?
R. No creo que en la fase hist¨®rica actual sea factible un ministerio as¨ª, si por ministerio entendemos una autoridad dedicada a la regulaci¨®n y la supervisi¨®n unificada del sistema universitario europeo. No solo me parece impensable sino incluso peligroso, si queremos mantener la autonom¨ªa y la libertad del mundo universitario.
Sin embargo, es necesaria una estructura que permita establecer algunas reglas comunes para garantizar una calidad comparable de las ense?anzas y una movilidad real de estudiantes y profesores.
Es indispensable un mayor esfuerzo para promover proyectos comunes de investigaci¨®n
Asimismo es indispensable un mayor esfuerzo para promover experiencias docentes comunes y proyectos comunes de investigaci¨®n.
P. ?C¨®mo conjugar el rigor con los recursos necesarios para construir centros de excelencia? ?Cree que es mejor tener menos universidades pero m¨¢s prestigiosas, capaces de enfrentarse a los desaf¨ªos mundiales, o universidades que eleven el nivel cultural medio del pa¨ªs pero rebajen la calidad y, por tanto, corran el riesgo de fomentar la fuga de cerebros?
R. En la sociedad moderna necesitamos alcanzar todos estos objetivos a la vez. Ante todo, necesitamos elevar el nivel cultural general, sobre todo en las profesiones aplicadas, que condicionan el desarrollo futuro de un pa¨ªs. Igual que necesitamos una ¨¦lite capaz de romper las fronteras del saber y proporcionar a la sociedad una clase dirigente de gran nivel.
Contraponer estos dos objetivos es sencillamente absurdo, aunque sea evidente que las funciones de la "¨¦lite" exigen por fuerza un nivel superior de cooperaci¨®n supranacional. No solo en el campo cient¨ªfico, sino en todos los sectores, desde las investigaciones avanzadas hasta la formaci¨®n de dirigentes pol¨ªticos de calidad.
P. Ante las instituciones que ha encontrado usted en China, ?qu¨¦ exportar¨ªa de nuestras universidades? ?Y qu¨¦ importar¨ªa?
R. La tensi¨®n para alcanzar el m¨¢ximo nivel de excelencia por parte de los profesores y un compromiso con el estudio por parte de los alumnos: estas son las caracter¨ªsticas predominantes en las mejores universidades chinas. Exportarlas no es f¨¢cil, porque suelen corresponder a un pa¨ªs y un pueblo dedicado en su conjunto al ascenso personal y a la afirmaci¨®n colectiva. No me parece que sea esa nuestra situaci¨®n actual...
Por lo que he podido ver en mi reducida experiencia, las universidades chinas est¨¢n dedicadas por completo a absorber los modelos organizativos y los m¨¦todos de ense?anza e investigaci¨®n de las universidades occidentales. Por consiguiente, los chinos son muy conscientes de qu¨¦ cosas deben importar y saben c¨®mo trasladar e incorporar todo a la gran tradici¨®n cultural de su pa¨ªs.
A los ni?os europeos conviene ?mezclarlos? mucho m¨¢s de lo que se hace hoy
P. ?C¨®mo puede responder Europa a la creciente necesidad de cultura y educaci¨®n que llega de China?
R. En primer lugar, esta necesidad se dirige sobre todo hacia las universidades estadounidenses. A pesar de las frecuentes "irritaciones rec¨ªprocas", la fascinaci¨®n por el poder duro y el poder blando de Estados Unidos es superior a la fascinaci¨®n por Europa. La admiraci¨®n por el pasado europeo no es capaz de compensar el peso del "presente" norteamericano. La lengua desempe?a otro papel fundamental, y tambi¨¦n por esa raz¨®n Gran Breta?a ejerce una atracci¨®n especial, aun sin dedicar demasiados recursos a atraer estudiantes chinos. E incluso saca un beneficio notable de todo ello. En resumen, es evidente que habr¨ªa que hacer para interceptar esta necesidad creciente de cultura que llega de China. Construir Europa, con su correspondiente poder blando, y actuar en consecuencia.
P. ?Qu¨¦ piensa del sistema educativo europeo? ?Es adecuado? ?Hay que mezclar elementos (pienso en las escuelas maternales francesas, la escuela primaria italiana, la secundaria alemana...) o es m¨¢s f¨¢cil "mezclar" a los ni?os europeos?
R. Los sistemas no deben "mezclarse", sino "compararse", para poder utilizar los aspectos m¨¢s positivos de unos y otros. Por el contrario, a los ni?os europeos conviene "mezclarlos" lo m¨¢s posible. Mucho m¨¢s de lo que se hace hoy.
P. En su opini¨®n, ?el derecho al estudio est¨¢ garantizado en Europa?
R. Si analizamos los datos estad¨ªsticos de los que disponemos, me parece que el "ascensor social" sube muy despacio en nuestras universidades. Esperemos que, por lo menos, las escaleras s¨ª funcionen como es debido. Las escaleras para subir; no solo las escaleras de escape en caso de peligro (es decir, de falta de trabajo).
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