La primavera de T¨²nez encalla entre el desempleo y los salafistas
El desempleo alcanza al 18% de la poblaci¨®n activa, el doble en el caso de los universitarios
Que el actual Gobierno de transici¨®n en T¨²nez no es capaz de reanimar la econom¨ªa bien podr¨ªa decirlo la oposici¨®n. Y lo hace. Pero el pen¨²ltimo revuelo en el pa¨ªs pionero de la primavera ¨¢rabe lo ha levantado la agencia de calificaci¨®n crediticia Standard & Poor's (S&P). No ya por lo que dice: la deuda tunecina est¨¢ al nivel del bono basura, la recuperaci¨®n es "lenta" y las "incertidumbres se mantendr¨¢n hasta las pr¨®ximas elecciones". Sino por quien hace le?a con ello. El presidente provisional, Moncef Marzouki, tuvo que llamar recientemente al orden a varios de sus consejeros por lanzar dardos envenenados contra el gabinete del primer ministro, Hamadi Jebali, del partido islamista Ennahda.
El m¨¢s duro lleg¨® del asesor de asuntos econ¨®micos de la Presidencia,?Mohamed Chawki Abid, que pidi¨® la disoluci¨®n del actual Ejecutivo ante el revolc¨®n de S&P y la rebaja de la nota de T¨²nez en dos escalones. Las piedras de los consejeros de Marzouki no caen, sin embargo, en un tejado ajeno. El presidente encabeza el partido Congreso por la Rep¨²blica (CPR), miembro de la troika que gobierna en coalici¨®n el pa¨ªs desde los comicios de diciembre precisamente junto a Ennahda (vencedores en las urnas) y los socialistas de Ettakatol.
Disputas pol¨ªticas al margen, a la alegr¨ªa por la marcha del presidente Zine el Abidine Ben Ali el 14 de enero de 2011 le sigui¨® la depresi¨®n econ¨®mica y una ca¨ªda del PIB del 1,8% el pasado a?o. El turismo, uno de los motores de T¨²nez, sigue cuesta abajo, mientras el d¨¦ficit comercial se estira a la vez que la deuda p¨²blica. Pero entre todos, el mayor obst¨¢culo -el que afecta al d¨ªa a d¨ªa de los tunecinos- es el desempleo: un 18% de la poblaci¨®n est¨¢ en paro (un 13%, antes de la revoluci¨®n). Los m¨¢s afectados son los estudiantes universitarios, entre los que el 35% no encuentra trabajo.
No lo lograba ya antes de la revuelta la hermana de Mohamed Bouazizi cuando este, ¨²nico sustento econ¨®mico de la familia, dej¨® que la desesperaci¨®n prendiera la llama que acab¨® con su vida el 17 de diciembre de 2010 y encendi¨® la revoluci¨®n. Fue en Sidi Bouzid. Un a?o y medio despu¨¦s, la ra¨ªz del alzamiento sigue siendo el motor del malestar; las manifestaciones de los j¨®venes, universitarios muchos ellos en busca de empleo, no han cesado en la peque?a localidad s¨ªmbolo de la revoluci¨®n. Pero no son los ¨²nicos.
El Sidi Bouzid pos-Ben Ali se enfrenta ahora a la embestida de los salafistas, integristas en su interpretaci¨®n del islam y poco amigos, entre otras cosas, del alcohol y la m¨²sica. A mediados del mes de mayo, estos barbudos la emprend¨ªan contra los bares y licorer¨ªas de la ciudad. Una semana despu¨¦s, el ¨®rdago contra las autoridades subi¨® un escal¨®n en Jendouba, en el norte de T¨²nez, donde decenas de salafistas atacaron con piedras y c¨®cteles Molotov una comisar¨ªa policial. Un ataque similar en Ghardimaou se sald¨® hace 10 d¨ªas con la detenci¨®n de 15 personas.
Hasta ah¨ª la paciencia del Gobierno, de corte islamista, pero que ha frenado la pretensi¨®n salafista de introducir en la Constituci¨®n la shar¨ªa (ley isl¨¢mica) como fuente de derecho. El ministro de Interior, Ali Larayedh, de Ennahda, ha advertido de que las fuerzas de seguridad podr¨ªan usar "fuego real" contra los que ataquen las instituciones del Estado. Y ah¨ª van incluidas las comisarias.
El mensaje llega tarde para la oposici¨®n. El Partido Republicano, una alianza de nuevo cu?o de formaciones liberales, ha pedido la formaci¨®n de un Gobierno de salvaci¨®n nacional que ataje el ¡°deterioro¡± de la situaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica y de seguridad del pa¨ªs.
El envite de los radicales no se queda en la calle. Hizb Ettahir, partido que podr¨ªa representar los intereses pol¨ªticos de los salafistas y que solo cree en la ley que emana del islam, ha vuelto a solicitar su legalizaci¨®n, ya rechazada en 2011. En una charla en marzo con periodistas, el consejero de la Presidencia Samir Ben Amor adelant¨® que la petici¨®n ser¨ªa rechazada. No encaja, por el momento, en un escenario que al menos ha sorteado la introducci¨®n de la shar¨ªa en el pre¨¢mbulo de la Carta Magna sellado esta semana por la Asamblea Constituyente tras tres meses de discusiones.
Ahora queda ver si el resto de art¨ªculos se zafan de igual modo del islam radical. Y si la Constituci¨®n est¨¢ lista para octubre, de cara a organizar y celebrar elecciones en marzo de 2013. El tiempo corre a favor de eso que el International Crisis Group llama ¡°riesgo de efecto de bola de nieve¡± contra la legitimidad del primer Gobierno elegido democr¨¢ticamente en el T¨²nez pos-Ben Ali.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.