EE UU pone en Rusia la responsabilidad de una guerra civil en Siria

Estados Unidos ha descargado sobre Rusia la responsabilidad directa de lo que ya se asume inevitablemente como una guerra civil en Siria, lo que, adem¨¢s de hacer m¨¢s dif¨ªcil la b¨²squeda de una soluci¨®n negociada de ese conflicto, crea una enorme incertidumbre sobre las relaciones entre los dos antiguos enemigos de la Guerra Fr¨ªa.

Frustrado por el obstruccionismo de Rusia en Naciones Unidas y por su continuado apoyo al r¨¦gimen de Bashar el Asad, la Administraci¨®n norteamericana ha ido paulatinamente elevando el tono de sus cr¨ªticas al Gobierno de Mosc¨² hasta llegar a acusarle de suministrarle a las autoridades sirias las armas con la que reprimen a los opositores.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha recordado este mi¨¦rcoles que su pa¨ªs ha reclamado reiteradamente a Rusia que ¡°suspenda completamente el abastecimiento de armas a Siria¡±. ¡°Sabemos, porque ellos mismos [los rusos] lo confirman, que los suministros contin¨²an, y creemos que la situaci¨®n est¨¢ escalando hacia un estado de guerra civil¡±, dijo Clinton.

La Administraci¨®n norteamericana ha ido? elevando el tono de sus cr¨ªticas al Gobierno de Mosc¨² hasta llegar a acusarle de suministrar a las autoridades sirias las armas con la que reprimen a los opositores

La secretaria de Estado denunci¨® un env¨ªo reciente de helic¨®pteros de combate que ser¨ªan utilizados contra los rebeldes. Posteriormente, el portavoz del Pent¨¢gono, John Kirby, asegur¨® que dispone de pruebas de que ¡°el r¨¦gimen de Asad est¨¢ utilizando helic¨®pteros contra su propio pueblo¡±. Una semana antes, Clinton hab¨ªa declarado que, pese a manifestar una voluntad en sentido contrario, la pol¨ªtica de Rusia en Siria ¡°est¨¢ facilitando de hecho la guerra civil¡±.

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, respondi¨® ayer acusando a su vez al Gobierno norteamericano, en una entrevista en la televisi¨®n iran¨ª, de ¡°facilitar a la oposici¨®n siria armas que pueden ser utilizadas contra el Gobierno de Damasco¡±.

Este cruce de acusaciones pone en evidencia las escasas posibilidades que existen en estos momentos de alcanzar una posici¨®n un¨¢nime en el Consejo de Seguridad de la ONU para alguna forma de intervenci¨®n en Siria. Adem¨¢s, internacionaliza gravemente un conflicto que encierre un enorme riesgo de desestabilizar todo Oriente Pr¨®ximo.

La guerra civil en Siria podr¨ªa acabar convirti¨¦ndose en un enfrentamiento entre un bando apoyado por Rusia y otro por Estados Unidos, algo que no hab¨ªa ocurrido de forma tan patente desde la desaparici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.

La guerra civil en Siria podr¨ªa acabar convirti¨¦ndose en un enfrentamiento entre un bando apoyado por Rusia y otro por Estados Unidos

Rusia est¨¢ protegiendo en Siria una posici¨®n estrat¨¦gica muy relevante, su ¨²ltimo reducto de presencia militar en el extranjero. EE UU pretende poner a prueba hasta d¨®nde est¨¢ dispuesto a llegar el retornado presidente Vladimir Putin en la defensa de esa prioridad, provocando el riesgo de un aislamiento de Rusia del resto de la comunidad internacional.

De esa manera, adem¨¢s, la Administraci¨®n norteamericana oculta su propia impotencia para influir de forma significativa en la situaci¨®n de Siria. El bloqueo de Rusia en la ONU ha dado tiempo y legitimidad al r¨¦gimen de Asad, pero no es la ¨²nica raz¨®n por la que no se ha producido una intervenci¨®n militar que EE UU tampoco desea.

Las autoridades norteamericanas han descartado desde el principio una actuaci¨®n en Siria similar a la que se produjo en Libia. Ni siquiera la entrega de armas a los rebeldes, que ahora denuncia Rusia, es una opci¨®n que Washington ha apoyado oficialmente, aunque podr¨ªa haber dado luz verde a que algunos aliados en el mundo ¨¢rabe lo hicieran. Tampoco los republicanos en el Congreso est¨¢n reclamando una acci¨®n militar en Siria.

El choque con Rusia a prop¨®sito de ese pa¨ªs puede tener, por tanto, m¨¢s repercusi¨®n en las relaciones generales entre Washington y Mosc¨² que sobre el terreno en Siria. Despu¨¦s de varios a?os relativamente apacibles con Dimitri Medvedev en la presidencia, EE UU sabe que le espera un tiempo mucho m¨¢s dif¨ªcil con Putin. Y este momento, a cinco meses de las elecciones presidenciales aqu¨ª, no es el mejor para que Barack Obama suene prudente y conciliatorio con el viejo enemigo.