¡°Quieren mi cabeza y mi cabellera¡±
La candidata socialista a la Asamblea Nacional francesa califica de "situaci¨®n violenta" el mensaje de apoyo de Val¨¦rie Trierweiler a su rival
¡°?Buena suerte, madame Royal!¡±, le anima el frutero. ¡°T¨¦nez bon¡¯ (aguante), vamos a ganar¡±, le canta una se?ora desde el coche. Muchos vecinos de La Rochelle (oeste de Francia) tratan de animar a S¨¦gol¨¨ne Royal, pero la gran mayor¨ªa ignora ol¨ªmpicamente a la ¡°candidata de Par¨ªs¡±, como la llama la se?ora Ang¨¦lique, due?a de un peque?o hotel. Esa indiferencia anuncia un severo castigo en las legislativas del domingo. La Rochelle, una ciudad de 70.000 habitantes cuyo lema es ¡°bella y rebelde¡±, es un lugar fetiche para los socialistas franceses, que tienen aqu¨ª su universidad de verano, pero est¨¢ a punto de convertirse en la tumba pol¨ªtica de Royal.
Un tr¨¢nsfuga del PS, Olivier Falorni, amigo de Fran?ois Hollande y de Val¨¦rie Trierweiler y expulsado del partido en febrero, es el gran favorito para dejar sin esca?o a la excandidata a la presidencia de la Rep¨²blica, que en 2006 declar¨® que no se volver¨ªa a presentar como diputada. Royal (Dakar, Senegal, 1953) buscaba el viernes los ¨²ltimos votos en el mercado seguida por una peque?a corte de asistentes y periodistas. Con su fular y los zapatos planos de campa?a, parec¨ªa una diva a punto de dar su ¨²ltima funci¨®n en provincias. Y sus sonrisas no escond¨ªan la furia. ¡°La derecha se ha aliado con mi rival y con el viejo aparato socialista¡±, explicaba. ¡°Quieren mi cabeza y mi cabellera. S¨¦ que soy el gran trofeo de estas elecciones¡±.
Los sondeos estiman que la presidenta de la regi¨®n de Poitou-Charentes perder¨¢ por 10 puntos ante el disidente apoyado por Trierweiler y desautorizado por Hollande. Si la expareja del presidente cae, ser¨¢ su tercera derrota sonada en cinco a?os tras perder en 2007 ante Nicolas Sarkozy y quedar cuarta en las primarias socialistas de 2011. Royal sabe que su sue?o (ser la primera mujer en presidir la Asamblea Nacional) es imposible: ¡°No, eso se acab¨®. Los grandes machos no lo han permitido¡±, afirma en la entrevista.
Pregunta. ?C¨®mo se siente?
Respuesta. Es dif¨ªcil ganar, pero no imposible. Mi rival tiene los votos de la extrema derecha y de la derecha, pero hay un 20% de indecisos, y necesitamos a los abstencionistas.
P. ?Qu¨¦ har¨¢ si pierde?
R. No lo he pensado, prefiero no contemplar esa hip¨®tesis. Aqu¨ª se juega una batalla m¨¢s grande que mi propia persona, de alcance nacional: un disidente socialista puede ganar con los votos de la derecha. ?Es una estafa pol¨ªtica! Mi rival se ali¨® con la derecha antes del primer turno para dejar caer a la candidata de la UMP y as¨ª poder votar contra m¨ª en la segunda.
P. ?Y por qu¨¦ el PS permiti¨® la disidencia?
R. No se entiende. Martine Aubry est¨¢ escandalizada y ha hecho todo lo que ha podido. Ha venido a apoyarme, pero Falorni no se ha retirado.
P. ?Qu¨¦ le pareci¨® el mensaje de apoyo de Val¨¦rie Trierweiler a su rival?
R. No quiero comentar nada sobre eso. Ha sido una situaci¨®n violenta.
P. Y extra?a, porque perjudica m¨¢s a Hollande que a usted.
R. S¨ª, es incomprensible. Parece que no importan los principios pol¨ªticos. Yo tengo el apoyo del jefe del Estado, del primer ministro y del partido.
P. Su caso ense?a que el PS est¨¢ m¨¢s dividido de lo que parece.
R. Los disidentes son una cat¨¢strofe pol¨ªtica. En las presidenciales y el Senado conseguimos la victoria de la unidad y ahora han surgido estos tr¨¢nsfugas que aprovechan la din¨¢mica de victoria para ser elegidos con los votos de la derecha.
P. ?Su rival formar¨¢ parte de la mayor¨ªa parlamentaria?
R. No, el partido ha dicho claramente que no.
P. Pues su cartel electoral pone que s¨ª.
R. ?Por eso es una estafa!
P. Usted no estar¨¢ en la mayor¨ªa; ?c¨®mo ayudar¨¢?
R. Intentar¨¦ ayudar como pueda... Pero todav¨ªa puede haber una sorpresa.
P. ?Seguro? Da la impresi¨®n de que usted es el ¨²nico consuelo que le queda a la derecha para compensar su derrota nacional.
R. Es as¨ª (sonr¨ªe), van a por m¨ª, quieren mi cabeza y mi cabellera. S¨¦gol¨¨ne Royal es el ¨²nico trofeo que la UMP va a conseguir en estas elecciones.
P. Muchos rochelleses se quejan de que el aparato del PS la impuso en esta circunscripci¨®n. ?Admite ese error?
R. No. Vengo a La Rochelle desde hace 20 a?os y presido esta regi¨®n desde 2004. El alcalde no se quiso presentar a diputado y me pidi¨® que lo hiciera yo. Al venir sab¨ªa que era un riesgo. Sin las trampas de la derecha hubiera ganado.
P. ?Se acab¨® el sue?o de presidir la Asamblea Nacional?
R. S¨ª, eso est¨¢ grill¨¨ (quemado, terminado), los grandes machos no pod¨ªan tolerarlo.
P. ?Cu¨¢les?
R. Hay muchos celos, rencores y machismo. Los viejos aparatos de la derecha y la izquierda no pueden aceptar que yo presida la Asamblea Nacional. Mi error fue decir que quer¨ªa ese cargo, no presentarme por La Rochelle. El antiguo aparato socialista, de Philippe Marchand y Lionel Jospin, y el de la derecha, de Jean-Pierre Raffarin, que no pudo ser presidente del Senado, no pod¨ªan aguantar eso. Son los mismos que no soportaron que fuera candidata presidencial.
P. ?Se plantea entrar en el Gobierno, ser ministra?
R. Ya veremos, no quiero pensarlo todav¨ªa.
P. ?Y no es una iron¨ªa que pese a las promesas de paridad usted no vaya a ser presidenta de la Asamblea y Martine Aubry no sea primera ministra?
R. Lo de Aubry no fue por ser mujer sino porque Hollande eligi¨® a una persona m¨¢s cercana. Mi caso y el suyo no tienen nada que ver. Pero es cierto que el balance de este proceso es ese.
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