Los islamistas cantan victoria mientras el Ej¨¦rcito apuntala su poder
Los Hermanos Musulmanes se atribuyen el 52% de los votos mientras la campa?a de Shafiq tambi¨¦n anuncia el triunfo del ex primer ministro de Mubarak
Las horas que han seguido a la celebraci¨®n de las elecciones presidenciales egipcias han estado cargadas de tensi¨®n y sobre todo de confusi¨®n. La ausencia de certidumbres es tal que el lunes ni siquiera ha sido posible saber qui¨¦n hab¨ªa ganado las elecciones. Tratar de dilucidar qu¨¦ funciones tendr¨¢ el nuevo presidente o cu¨¢l es la magnitud de las maniobras de ¨²ltima hora con las que los militares se han aferrado al poder que prometieron traspasar, fue algo en lo que ni los sabios fueron capaces de ponerse de acuerdo. Lo que s¨ª han dejado claro las ¨²ltimos movimientos de la Junta militar es que la transici¨®n egipcia, la que ilusion¨® al mundo ¨¢rabe como ninguna otra, va para largo.
Los hechos son los siguientes: a primera hora de la ma?ana del lunes Mohamed Morsi, el candidato de los Hermanos Musulmanes se ha declarado vencedor ante sus seguidores, ha dado gracias a dios por la victoria y ha prometido gobernar para todos los egipcios. Ha ganado seg¨²n sus c¨¢lculos el 52,5% de los votos frente a un 47,5% que le ha atribuido a Ahmed Shafiq, el ¨²ltimo primer ministro del antiguo r¨¦gimen. Horas m¨¢s tarde, los responsables de campa?a de Shafiq han dicho que la supuesta victoria de la Hermandad en las primeras elecciones libres de la historia de Egipto era una falsedad. La Comisi¨®n electoral sigue contando votos. Y aunque estaba anunciado que los resultados definitivos se dar¨ªan a conocer el jueves, la Comisi¨®n Electoral anunciaba el martes por la noche que podr¨ªa prorrogarse ese plazo.??
Mientras, la Junta Militar sal¨ªa a la palestra para anunciar que entregar¨ªa el poder que acapar¨® tras la ca¨ªda de Mubarak hace 16 meses al nuevo presidente antes del 1 de julio y asegur¨® que el rais entrante tendr¨¢ todo el poder ejecutivo a su disposici¨®n. El general Mahmud Shahin ha dicho adem¨¢s que su concentraci¨®n de poder es temporal; tan solo una etapa m¨¢s de la tortuosa transici¨®n egipcia. Con esta intervenci¨®n, los militares han querido desmentir la lectura que tanto islamistas como activistas revolucionarios hicieron de la declaraci¨®n constitucional que la Junta dio a conocer la noche del domingo tras el cierre de las urnas y que consideraron un "golpe de Estado blando". El anejo constitucional reduce los poderes del nuevo presidente y reserva a los militares un amplio margen de actuaci¨®n. El texto ha causado una "honda preocupaci¨®n" en Washington.
"Ahora ya s¨ª queda claro que la Junta no piensa ceder el poder. Que quiere quedarse con el legislativo y tener la ¨²ltima palabra a la hora de redactar la constituci¨®n", opina por tel¨¦fono Khaled Fahmy, historiador de la Universidad Americana de El Cairo. "Buscan la impunidad. Utilizar¨¢n la constituci¨®n para situarse por encima de la ley, porque les aterroriza la idea de que se persigan sus cr¨ªmenes", a?ade el experto.
El texto enmienda la declaraci¨®n constitucional de marzo y dicta que la Junta militar decidir¨¢ sobre todo lo relacionado con la Defensa del pa¨ªs (art¨ªculo 53). Se har¨¢ cargo adem¨¢s del poder legislativo despu¨¦s de que una sentencia del Constitucional disolviera el Parlamento 48 horas antes de las presidenciales (art¨ªculo 56B). El anejo de ocho puntos establece que primero se redactar¨¢ la Constituci¨®n del pa¨ªs y solo despu¨¦s habr¨¢ elecciones legislativas. La idea es que el proceso termine antes de fin de a?o.
La redacci¨®n de la Constituci¨®n, que de alguna manera queda ahora en manos de la Junta, que se reserva una suerte de derecho de veto de facto, aunque luego debe ser aprobada en refer¨¦ndum (art¨ªculo60B), es una de las cuestiones m¨¢s espinosas de la nueva adenda constitucional.
Shafiq, ¨²ltimo primer ministro de la era Mubarak y considerado el candidato del Ej¨¦rcito no ha protestado ante el vuelco pol¨ªtico y jur¨ªdico que ha sufrido la transici¨®n egipcia en cuesti¨®n de horas. Los Hermanos Musulmanes se han quejado de momento con la boca peque?a y planean sacar a sus seguidores a la calle. Pero est¨¢ por ver si finalmente aceptan una presidencia descafeinada y encuentran f¨®rmulas para cohabitar con los militares o si por el contrario se lanzan a una segunda revoluci¨®n.
Los Hermanos musulmanes s¨ª se oponen sin embargo de manera furibunda a la disoluci¨®n del Parlamento que hasta ahora dominaban y al que han amenazado con acudir el martes a pesar de que se encuentra precintado y acordonado por el Ej¨¦rcito.
La calle ha permanecido hoy en relativa calma a pesar de que no faltaron observadores que vaticinaron una traslaci¨®n de la tensi¨®n pol¨ªtica a la plaza Tahrir. All¨ª, cientos de seguidores de Morsi se han congregado durante buena parte del d¨ªa, durante el cual han cortado el tr¨¢fico a ratos y han coreado todo tipo de consignas. La confusi¨®n que ha marcado el d¨ªa ha sido tal, que ni siquiera estaba claro si aquello era una manifestaci¨®n en contra de las maniobras de la Junta militar o si por el contrario se trataba de una celebraci¨®n electoral.
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