El Tribunal Supremo de Pakist¨¢n ordena la destituci¨®n del primer ministro
Yousuf Gilani fue condenado por desacato hace dos meses La medida supone un golpe a las fr¨¢giles instituciones del pa¨ªs, aliado clave de EE UU
El Tribunal Supremo de Pakist¨¢n ha ordenado la destituci¨®n inmediata del primer ministro, Yousuf Gilani, debido a la condena por desacato que le impuso hace dos meses. La medida no s¨®lo abre una crisis pol¨ªtica, sino que supone un nuevo golpe a las fr¨¢giles instituciones democr¨¢ticas de ese pa¨ªs centroasi¨¢tico clave en la lucha de EEUU contra Al Qaeda. El presidente paquistan¨ª, Asif Ali Zardari, convoc¨® de inmediato una reuni¨®n urgente de la direcci¨®n del Partido Popular (PPP), que lidera la coalici¨®n de Gobierno, para estudiar su respuesta.
El caso contra el primer ministro forma parte de un rifirrafe entre los poderes Ejecutivo y Judicial, tras el que algunos observadores ven la mano del Ej¨¦rcito. El pasado abril, el Supremo conden¨® a Gilani por ¡°negarse a presentar cargos de corrupci¨®n contra el presidente¡±. Entonces, recibi¨® una condena simb¨®lica y se libr¨® de una pena de c¨¢rcel. Sin embargo ahora no parece que le quede ninguna salida legal.
¡°Dado que no se present¨® recurso [contra la sentencia del 26 de abril], Syed Yousuf Raza Gilani est¨¢ descalificado como miembro del Parlamento. Tambi¨¦n ha cesado como primer ministro de Pakist¨¢n¡±, ley¨® el magistrado jefe de tribunal, el juez Iftikhar Chaudhry, citado por las agencias de noticias. ¡°La Comisi¨®n Electoral deber¨¢ notificar oficialmente esta destituci¨®n y el presidente deber¨¢ tomar las medidas necesarias para asegurar la continuidad del proceso democr¨¢tico¡±.
Aunque el PPP parece contar con suficientes apoyos en la Asamblea Nacional para nombrar un sustituto de Gilani, la decisi¨®n judicial abre como m¨ªnimo una crisis institucional. A ra¨ªz de la condena del pasado abril, tanto el propio Gilani como la presidenta de esa C¨¢mara, Fahmida Mirza (tambi¨¦n del PPP), han defendido que la inmunidad del primer ministro s¨®lo pod¨ªa ser revocada por la v¨ªa parlamentaria, no por la judicial. Es la primera vez desde la fundaci¨®n del pa¨ªs en 1947 que un primer ministro resulta condenado.
Tras aquella sentencia, el abogado de Gilani dijo que no iba a recurrir porque tem¨ªa una resoluci¨®n menos favorable. Era el resultado del intento del Supremo por reabrir un proceso de corrupci¨®n contra Zardari que se remonta a los a?os de Gobierno de su fallecida esposa, Benazir Bhutto. Se le acusaba de haber usado varias cuentas en Suiza para lavar dinero. El primer ministro se neg¨® a ordenar una investigaci¨®n con el argumento de que un juez suizo hab¨ªa cerrado el caso ¡°en base a los antecedentes¡± y que el presidente era constitucionalmente inmune.
Sin embargo, los enemigos pol¨ªticos de Gilani no quedaron satisfechos y presentaron varias demandas contra ¨¦l por no haber dimitido tras la condena. La Constituci¨®n paquistan¨ª establece que puede negarse el acta de diputado a quien haya sido declarado culpable de deshonrar o ridiculizar a la justicia. Y para ser primer ministro es requisito imprescindible haber logrado un esca?o en el Parlamento.
¡°No s¨¦ hasta qu¨¦ punto esto puede debilitar m¨¢s de lo que ya lo est¨¢n a las instituciones¡±, declara un observador pol¨ªtico desde Islamabad. ¡°Es posible que simplemente sustituyan a Gilani por otro primer ministro. De hecho, a pesar de lo que se comenta sobre la falta de popularidad del Gobierno, cada vez que haya elecciones parciales para cubrir esca?os vacantes gana el PPP¡±.
A este analista no le cabe duda de que ¡°Chaudhry est¨¢ haci¨¦ndole el trabajo al Ej¨¦rcito por la v¨ªa legal¡±. Recuerda que el presidente Zardari y el juez ¡°llevan ya tiempo intentando destruirse el uno al otro¡±. ¡°El ¨²ltimo golpe bajo desde el Gobierno han sido las acusaciones de corrupci¨®n de un hombre de negocios pr¨®ximo al PPP contra el hijo del magistrado¡±, apunta en referencia a la denuncia de Malik Riaz de haber pagado sobornos por valor de 3,6 millones de d¨®lares a Arsalan Iftikhar.
El juez Chaudhry emergi¨® como un s¨ªmbolo de resistencia al general-presidente Pervez Musharraf en 2007, cuando desafi¨® sus presiones para que dimitiera. Su inusual pulso, en un pa¨ªs acostumbrado a un poder judicial plegado a la voluntad de sus pol¨ªticos, desat¨® una tan prometedora como breve movilizaci¨®n de abogados en todo el pa¨ªs. Conseguida su reinstalaci¨®n al frente del Tribunal Supremo, los abogados volvieron a sus quehaceres y su movimiento no fue m¨¢s all¨¢. Sin embargo, Chaudhry, imbuido de ese nuevo prestigio, ha adoptado el papel de azote de corruptos lo que ha vuelto a ponerle en curso de colisi¨®n con el Gobierno.
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