Francia estrena Parlamento multicolor
Una docena de diputados hijos de inmigrantes se sientan en la Asamblea Nacional. Todos compet¨ªan bajo la bandera socialista
¡°Un Hemiciclo menos blanco¡±, titulaba el pasado martes la edici¨®n digital del diario Le R¨¦publicain Lorrain. ¡°La diversidad progresa en el Hemiciclo¡±, informaba Le Monde. ¡°M¨¢s mujeres y diputados ¡°salidos de la diversidad¡± en el Hemiciclo¡±, completaba francetv. Alud¨ªan al hecho de que, dos d¨ªas antes, en las elecciones legislativas, los franceses hab¨ªan enviado a su Asamblea Nacional a un pu?ado de diputados surgidos de la inmigraci¨®n. Una docena de se?or¨ªas con apellidos de indudable ra¨ªz magreb¨ª o africana se sientan ahora en la sede de la soberan¨ªa popular de la Rep¨²blica Francesa junto a los europeos de toda la vida.
?Vuelve el black, blanc, beur, ese lema positivo de negro, blanco y ¨¢rabe que, a fines de los a?os noventa, propon¨ªa la aceptaci¨®n por parte de Francia de su car¨¢cter multirracial, que defend¨ªa que, lejos de ser un problema, eso supon¨ªa un capital para el siglo XXI? Es dif¨ªcil aseverarlo con rotundidad. Por un lado, la ultraderecha del Frente Nacional obtuvo un buen resultado en la primera ronda de las presidenciales y consigui¨® el pasado domingo introducir dos diputados en la Asamblea Nacional. Millones de franceses siguen viendo a los inmigrantes, y tambi¨¦n a los franceses hijos de inmigrantes no europeos, como el chivo expiatorio de su inseguridad y su angustia por el paro, el deterioro del sistema de protecci¨®n social y la erosi¨®n del peso internacional de su pa¨ªs. Pero tambi¨¦n algo muy rese?able se mueve en la otra direcci¨®n.
Todos han ganado sus esca?os individualmente, no en listas cerradas, y bajo la etiqueta del Partido Socialista
Esta Asamblea Nacional es m¨¢s multicolor, m¨¢s pr¨®xima a la realidad del pa¨ªs que nunca. En el Palais Bourbon se sientan ahora diputados de origen magreb¨ª y africano, gente de piel oscura de las regiones de ultramar (DOM-TOM) y hasta uno nacido en Brasil y otro en Ir¨¢n. Todos ganaron sus esca?os individualmente, no en listas cerradas, y bajo la etiqueta del Partido Socialista (PS) franc¨¦s.
Decir que Nicolas Sarkozy y su UMP han perdido las presidenciales y las legislativas a causa de la crisis econ¨®mica es quedarse en un primer nivel de an¨¢lisis. Es cierto, pero no lo es menos que, en los ¨²ltimos dos a?os, los socialistas franceses han hecho muy bien sus deberes, abri¨¦ndose al peuple de gauche, al conjunto del electorado de izquierda, a trav¨¦s de primarias abiertas, y refrescando su programa en una direcci¨®n claramente progresista. Ah¨ª est¨¢n sus propuestas a favor del crecimiento y la subida de la presi¨®n fiscal a los m¨¢s ricos, ah¨ª est¨¢ el nuevo aliento a favor de la paridad de g¨¦neros y ah¨ª est¨¢ la apuesta por la diversidad racial.
La tasa de paro entre los franceses descendientes de inmigrantes no europeos es del 24%, tres veces superior a la de los franceses nacidos de padres franceses
Francia gan¨® el Mundial de f¨²tbol en 1998 con un equipo black, blanc, beur. Liderado por Zinedine Zidane, nacido en Marsella de padres argelinos, y Lillian Thuram, nacido en Guadalupe y crecido en un suburbio parisiense, aquella selecci¨®n encarnaba una Francia joven, multirracial y triunfadora. ¡°?Qu¨¦ mayor ejemplo de nuestra unidad y nuestra diversidad que este magn¨ªfico equipo?¡±, declar¨® Lionel Jospin, entonces primer ministro socialista de Francia. Un mill¨®n de franceses de todos los colores celebraron fraternalmente la victoria en los Campos El¨ªseos.
Fue un espejismo. ¡°Francia es un melting pot que se niega a aceptarlo¡±, escribi¨® The Economist en 1999. Esta vez, ese semanario ten¨ªa raz¨®n. La integraci¨®n no estaba tan conseguida. Muchos de los adolescentes y los j¨®venes de origen magreb¨ª y africano que vibraron en 1998 con los bleus de Zidane estaban pocos a?os despu¨¦s, en 2005, quemando coches en los suburbios franceses. La derecha hab¨ªa vuelto a recuperar todo el poder pol¨ªtico ¨Cel presidencial y el parlamentario- y daba por terminado el sue?o black, blanc, beur. Jacques Chirac viv¨ªa en el El¨ªseo, pero iba siendo desplazado por un muy derechista e hiperactivo Nicolas Sarkozy, que hac¨ªa de ministro del Interior, cultivaba al electorado de Le Pen y no ocultaba su sede de poder. Francia no acababa de aceptar a sus hijos de pelo crespo y piel oscura; el lema de Libert¨¦, Egalit¨¦,Fraternit¨¦ quedaba reservado a los escudos.
La integraci¨®n sigue sin producirse. La tasa de paro entre los franceses descendientes de inmigrantes no europeos es hoy del 24%, tres veces superior a la de los franceses nacidos de padres franceses (8?7%), seg¨²n acaba de informar L?Express citando un reciente estudio. ¡°Aunque hayan cursado estudios en Francia y tengan la nacionalidad francesa, los descendientes de inmigrantes no europeos encuentran m¨¢s dificultades para acceder al empleo¡±, sentencia el informe.
O sea, el dominio de la lengua francesa, la aceptaci¨®n de las leyes de la Rep¨²blica y de los usos y costumbres del pa¨ªs no son suficientes para este colectivo. Ni tan siquiera lo es un alto nivel de titulaci¨®n. Entre los titulados universitarios, la tasa de paro de los descendientes de inmigrantes no europeos (14,1%) es muy superior a la de los franceses nacidos de padres franceses (4?6%). Francia tiene un serio problema de sociedad, uno que afecta a varios millones de sus ciudadanos.
En este y otros terrenos, el PS franc¨¦s ha optado en estas legislativas por la autenticidad progresista. Mientras Sarkozy se iba escorando m¨¢s y m¨¢s a la ultraderecha, en un vano intento por hacerse con los votos de un electorado del Frente Nacional que, como todos, prefiere el original a la copia, y mientras perd¨ªa as¨ª la simpat¨ªa de los conservadores ilustrados, los socialistas presentaron en muchas circunscripciones a candidatos surgidos de la inmigraci¨®n.
Los resultados han sido muy interesantes. George Pau-Langevin, una abogada nacida en Guadalupe, que ya fue la ¨²nica diputada negra elegida en 2007 en la metr¨®polis, revalid¨® el domingo su esca?o por una circunscripci¨®n de Par¨ªs. Seybah Dagoma, abogada de 34 a?os, nacida en Nantes de una familia procedente del Chad, consigui¨® el 70?1% de los votos en la quinta circunscripci¨®n de Par¨ªs. Y Kheira Bouziane, profesora de Econom¨ªa nacida hace 58 a?os en Or¨¢n (Argelia), gan¨® en la tercera circunscripci¨®n de C?te d?Or.
Entre los hombres, Malek Boutih, ex presidente de SOS Racismo, nacido hace 47 a?os en Francia en una familia procedente de Argelia, consigui¨® lo que no consigui¨® en 2007: hacerse con un esca?o, por una circunscripci¨®n de L?Essonne, en la Asamblea Nacional. Kader Arif, nacido en Argelia y llegado a Francia a los 4 a?os de edad del brazo de sus padres, fue elegido en la d¨¦cima circunscripci¨®n de la Haute-Garonne.
Hay unos cuantos m¨¢s. Entre ellos, uno nacido en Brasil, Eduardo Rihan Cypel, de 36 a?os, conocido por su combate tenaz contra las pol¨ªticas de inmigraci¨®n de Sarkoz y elegido ahora en la octava circunscripci¨®n de Seine-et-Marne. Y otro nacido en Ir¨¢n, Pouria Amirshahi, que lleg¨® a Francia a los 5 a?os, se crio en un suburbio obrero de Par¨ªs y es ahora diputado de los franceses residentes en el extranjero.
Por el contrario, ¡°no hay una solo diputado surgido de la diversidad en las filas de los grupos parlamentarios de la derecha¡±, se?ala el Consejo Representativo de las Asociaciones Negras de Francia (CRAN), Como los franceses le dan varias vueltas a las cosas, algunos analistas apuntan a que, una vez m¨¢s, se ha confirmado la capacidad de la izquierda para anticipar los movimientos profundos de las sociedades y la tardanza de la derecha para identificarlos y, a¨²n m¨¢s, aceptarlos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.