Cesi¨®n de soberan¨ªa
Lo que se ha dado en llamar ¡°los mercados¡± van m¨¢s deprisa que nosotros
Despu¨¦s de la minicumbre de Roma, celebrada una semana antes que la del conjunto de la Uni¨®n Europea, habr¨ªa que ser muy perspicaz para poder afirmar que hemos dado, o no, un paso adelante hacia la salida de la crisis y el retorno del crecimiento. En todo caso, predomina el pesimismo, pues el m¨¦todo no ha cambiado demasiado y la Uni¨®n Europea parece seguir avanzando a tientas en la gesti¨®n de la crisis. Y ?c¨®mo podr¨ªa ser de otro modo, en una Europa que contin¨²a siendo fundamentalmente una yuxtaposici¨®n de soberan¨ªas y una superposici¨®n de centros de decisi¨®n, los unos m¨¢s limitados que los otros? El resultado es que, vistas desde el exterior, y pese a la crisis y la obligaci¨®n impuesta a los europeos de unirse m¨¢s, la UE y la eurozona siguen siendo muy poco inteligibles.
?Si partimos de la idea de que el problema n¨²mero uno es la p¨¦rdida de confianza del ¡°resto del mundo¡± en la UE, habr¨ªa que impulsar un avance significativo hacia una uni¨®n m¨¢s pol¨ªtica. Sin embargo, hoy, los mecanismos de toma de decisiones siguen siendo igual de lentos y complejos.
S¨ª, Europa contin¨²a avanzando. Pero, por desgracia, no lo suficiente, y eso que se ha dado en llamar ¡°los mercados¡± va m¨¢s deprisa que nosotros. Las fuerzas que persiguen la fragmentaci¨®n de la eurozona y la desaparici¨®n del euro todav¨ªa siguen ah¨ª.
Observemos la cumbre de Roma. Balance positivo: la adopci¨®n de las grandes l¨ªneas de un pacto por el crecimiento que deber¨ªa ascender a 130.000 millones de euros. Era una demanda francesa. Se ha convertido en un punto de consenso, a partir de las propuestas de Fran?ois Hollande: aumento del capital del BEI, utilizaci¨®n de los fondos estructurales que los Gobiernos no han gastado y project bonds para financiar grandes infraestructuras. Acuerdo tambi¨¦n alrededor de una tasa sobre las transacciones financieras por los pa¨ªses voluntarios. Y declaraci¨®n solemne de Mario Monti y Angela Merkel para reafirmar la confianza en el euro. Balance negativo: persistencia de la negativa alemana a una recapitalizaci¨®n directa de los bancos mediante los fondos europeos de emergencia; negativa a que el BCE compre directamente las obligaciones de los Estados en dificultades, pese a las demandas italiana y espa?ola. Y en lo que respecta a las euroobligaciones, tan caras a Hollande, la espera puede ser larga.
As¨ª enunciado, Europa parece seguir refrenada por el mismo obst¨¢culo: Alemania, que vuelve a insistir en el respeto a las reglas y en el retorno al equilibrio de las cuentas, cuando los dem¨¢s quisieran ir m¨¢s lejos para reactivar el crecimiento. Y, hasta ahora, el que mejor ha quedado ha sido Hollande, pues el consenso en torno al pacto sobre el crecimiento data de su nombramiento como presidente de Francia .
Pero este mismo Fran?ois Hollande se encuentra entre la espada y la pared y va a tener que superar una contradicci¨®n fundamental. Angela Merkel ha fijado el precio de otras concesiones, a saber, de progresos significativos en direcci¨®n hacia una Europa pol¨ªtica. ¡°La soluci¨®n a la crisis es m¨¢s Europa¡±, repiti¨® en Roma la canciller. Uni¨®n pol¨ªtica quiere decir nuevos mecanismos de control para garantizar el respeto a las reglas, as¨ª como mayor armonizaci¨®n presupuestaria y, un d¨ªa, tambi¨¦n fiscal, lo cual constituir¨¢ el sustrato de nuevos mecanismos de solidaridad. A esto, Francia responde que cada uno debe seguir siendo due?o de sus pol¨ªticas presupuestarias, fiscales y sociales, y que la perspectiva de una uni¨®n pol¨ªtica debe venir precedida por unos mecanismos de solidaridad que necesitamos urgentemente. Aqu¨ª nos encontramos ante la principal contradicci¨®n pol¨ªtica de Fran?ois Hollande y ante lo que no queda m¨¢s remedio que llamar ¡°permanencia de cierta hipocres¨ªa francesa¡±. Es la contradicci¨®n entre el Fran?ois Hollande que siempre fue europe¨ªsta y el que sali¨® elegido gracias a una izquierda que, en parte, no ha dejado de ser soberanista. Eso explica que, desde su toma de posesi¨®n, haya puesto una condici¨®n a esa perspectiva de uni¨®n pol¨ªtica que juzga necesaria: reconciliar antes a los europeos con Europa de tal forma que esta ya no sea sin¨®nimo de austeridad, sino de crecimiento. La hipocres¨ªa francesa siempre ha consistido en proclamarse favorable a la uni¨®n pol¨ªtica, pero rechazarla, o encontrar un pretexto para aplazarla, cada vez que los alemanes hacen un avance significativo en ese sentido. Ahora bien, hay que tomar en serio la ambici¨®n europe¨ªsta proclamada por Angela Merkel y no dejarla retroceder. Pues ella tambi¨¦n debe lidiar con los sectores soberanistas de su opini¨®n p¨²blica: el Tribunal Constitucional alem¨¢n acaba de boicotear el calendario previsto para la entrada en vigor del mecanismo europeo de estabilidad, so pretexto del respeto a los derechos del Bundestag.
Traducci¨®n: Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva.
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