Europa incuba una crisis pol¨ªtica
Una conferencia organizada por la Fundaci¨®n Alternativas reflexiona sobre los fallos pol¨ªticos que agravan el vendaval financiero
La crisis econ¨®mica que azota Europa es un aterrador monstruo que atrae todas las atenciones y que, entre otras cosas, deja en la sombra muchos aspectos de la crisis pol¨ªtica que dificulta la salida del continente del lodazal en el que se halla. Mientras las emergencias de las primas de riesgo, de los bancos al borde de la quiebra y de los rescates financieros acaparan titulares y esfuerzos diplom¨¢ticos, otras grietas espantosas resquebrajan los pilares del futuro europeo: la ausencia de una clara y compartida idea pol¨ªtica de futuro; el avance de los populismos; el d¨¦ficit democr¨¢tico de las instituciones comunes; los fracasos de la acci¨®n exterior europea.
A esta segunda crisis ¡ªla pol¨ªtica¡ª y a c¨®mo los representantes espa?oles deber¨ªan enfrentarse a ella dedicaron sus reflexiones los analistas, periodistas y diputados invitados a la conferencia ¡°Espa?a ante el nuevo ciclo europeo: construyendo una pol¨ªtica de Estado¡±, organizada en Madrid por la Fundaci¨®n Alternativas en colaboraci¨®n con el Ministerio de Asuntos Exteriores. La necesidad de una mayor integraci¨®n europea que desemboque en un aut¨¦ntico federalismo fue el denominador com¨²n de la gran parte de las intervenciones.
Nicol¨¢s Sartorius, vicepresidente ejecutivo de la fundaci¨®n, abri¨® el debate considerando que la ¨²nica salida eficaz a la crisis actual es ¡°una Europa federal¡± que ¡°no esquive el proceso democr¨¢tico¡±. Sartorius aplic¨® el principio a uno de los principales elementos del debate pol¨ªtico: la mutualizaci¨®n de la deuda, ansiada por muchos pa¨ªses como piedra angular de la soluci¨®n a las turbulencias actuales. Seg¨²n el analista, solo podr¨¢ implementarse si acompa?ada por un control comunitario de los presupuestos nacionales, lo que ¡°exigir¨ªa una federalizaci¨®n¡±. Pero, alerta Sartorius, es esencial que ese probable futuro control com¨²n del gasto no quede en manos de los Ejecutivos, sino de la dimensi¨®n parlamentaria. En ello reside un componente clave de esa naturaleza democr¨¢tica que hay que defender.
Diego L¨®pez-Garrido, diputado del PSOE y ex secretario de Estado para la UE, constat¨® con crudeza los bandazos europeos. ¡°Sustancialmente, no se sabe ad¨®nde vamos¡±, dijo. En su opini¨®n, ¡°la hoja de ruta deber¨ªa ser la constituci¨®n de una uni¨®n econ¨®mica y monetaria real, con un verdadero Gobierno del euro; y posteriormente, una uni¨®n pol¨ªtica¡±. L¨®pez-Garrido constat¨® con satisfacci¨®n la aparici¨®n en la escena pol¨ªtica europea de ideas de impulsos para el crecimiento no financiados por los Estados, tal y como consentir¨ªa un impuesto sobre las transacciones financieras.
Berna Gonz¨¢lez Harbour, subdirectora de EL PA?S, se?al¨® que ¡°Europa se est¨¢ enfrentando a un fracaso m¨¢s grave que el econ¨®mico. Se enfrenta al riesgo de quiebra o grave deterioro de la democracia¡±. Harbour alert¨® acerca de los efectos colaterales de las tecnocracias o de los Gobiernos pol¨ªticos que eluden someterse a pasajes clave de la vida institucional democr¨¢tica. ¡°Se esquilma la democracia si, como hace el actual Ejecutivo espa?ol, se impiden comisiones de investigaci¨®n para aclarar responsabilidades o la celebraci¨®n del debate del Estado de la naci¨®n. El resultado es una ciudadan¨ªa que se siente desamparada¡±, dijo.
Jos¨¦ Ignacio Salafranca, eurodiputado del PP, coincidi¨® en que la actual crisis tiene un car¨¢cter profundamente pol¨ªtico, y opin¨® que su soluci¨®n ¡°exige¡± una Euroc¨¢mara fuerte. Su compa?ero de partido y c¨¢mara Salvador Garrido consider¨® que ¡°el federalismo es la ¨²nica soluci¨®n¡±, y se?al¨® que las medidas en gestaci¨®n a favor del crecimiento tienen los pies de barro. ¡°Supuestamente, el impulso deber¨ªa proceder de fondos europeos sin gastar, del impuesto a las transacciones financieras y de mayores aportaciones y apalancamiento del Banco de Inversiones Europeas. El primer caso es un espejismo, porque los fondos sin gastar ya est¨¢n destinados a varios proyectos; en el segundo, se trata de una medida con muchas complicaciones derivadas, y que tardar¨¢ a entrar en vigor en el mejor de los casos; en el tercero, se trata de una hip¨®tesis optimista que habr¨¢ que ver hasta qu¨¦ punto podr¨¢ convertirse en realidad¡±.
Llu¨ªs Bassets, director adjunto de EL PA?S, alert¨® contra la consideraci¨®n simplista, a menudo repetida, de que Europa se hace de crisis en crisis. ¡°Esta no es una crisis normal. Es existencial. Pone en cuesti¨®n las ideas fundacionales¡±, observ¨® Bassets, quien subray¨® c¨®mo las actuales turbulencias repercuten tambi¨¦n en la acci¨®n exterior de Europa.
¡°Es el correlato exterior de la crisis interior. No solo Europa se desentiende de ciertas cosas: desocupa el espacio¡±, consider¨®. ¡°Yo no creo que los pa¨ªses emergentes vayan necesariamente a convertirse en superpotencias. Tienen sus problemas, y estos aflorar¨¢n en los pr¨®ximos a?os. Pero esto no significa que, mientras tanto, no est¨¦n ocupando espacios¡±. Entre ellos, los que deja libre Europa.
Ana de Palacios, exministra de Asuntos Exteriores espa?ola, observ¨® que si la Uni¨®n Europea fue ¡°aspiraci¨®n de muchos, inspiraci¨®n de todos¡±, ese estatus se halla ahora gravemente da?ado. Por la crisis econ¨®mica, y por las deficiencias pol¨ªticas que contribuyeron a su gestaci¨®n y que dificultan ahora su soluci¨®n.
Pero quiso invitar al optimismo con algunos datos: ¡°no solo somos el primer bloque comercial del mundo; no nos olvidemos que nuestro gasto militar conjunto es todav¨ªa superior al de todos los pa¨ªses BRICS juntos¡±, se?al¨® Palacios.
Salafranca tambi¨¦n ofreci¨® sorprendentes datos acerca de c¨®mo incluso peque?os pa¨ªses europeos todav¨ªa superan en resultados acad¨¦micos, de investigaci¨®n o deportivos a grandes naciones emergentes. Urgen ideas pol¨ªticas que amparen del actual vendaval econ¨®mico esas grandes conquistas europeas.
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