Ojal¨¢ este PRI se pareciera al viejo PRI
El PAN ha dilapidado el capital pol¨ªtico con el que lleg¨® al poder en julio de 2000
El 2 de julio del a?o 2000, en unas elecciones que se convirtieron en un plebiscito cuya ¨²nica pregunta ofrec¨ªa estas dos opciones de respuesta, cambio s¨ª o cambio no, los mexicanos decidieron poner fin a los m¨¢s de 70 a?os de gobiernos encabezados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), sin¨®nimo entonces, seg¨²n varias encuestas, de corrupci¨®n, impunidad, injusticia, desigualdad y pobreza.
Mor¨ªa as¨ª ¡ªcreyeron la mayor¨ªa de electores, que en la noche de aquel 2 de julio celebraron la victoria del candidato del Partido Acci¨®n Nacional (PAN), Vicente Fox Quesada¡ª, el partido que hizo de la Revoluci¨®n Mexicana r¨¦gimen de gobierno, un partido que cambi¨® de nombre, principios, idearios, lealtades y promesas tanto como cambiaron los principios, las ideas y las lealtades de sus m¨¢ximas cabezas: no puede compararse a Ernesto Zedillo o Carlos Salinas con L¨¢zaro C¨¢rdenas, Manuel ?vila Camacho o Miguel Alem¨¢n. Como tampoco puede creerse que sea el mismo r¨¦gimen el que a finales de los a?os treinta y principios de los cuarenta lleva a cabo una campa?a de alfabetizaci¨®n nacional imponente y el que a finales de los a?os sesenta y principios de los setenta persigue, reprime, tortura y hace desaparecer estudiantes y maestros. O el que reparte la tierra entre los campesinos, amparando la tenencia de esta bajo la figura del ejido, y el que reprime, golpea, viola y asesina campesinos por defender sus tierras del expolio que implica la construcci¨®n de un nuevo aeropuerto para el valle de M¨¦xico. Insisto: no puede compararse el viejo PRI con el nuevo, con el PRI de Enrique Pe?a Nieto, gobernador del Estado de M¨¦xico, bajo cuyo mandato tuvo lugar la represi¨®n de Atenco, y actual candidato, favorito en casi todas las encuestas, a la presidencia de M¨¦xico. El PRI que amenaza con volver, desgraciadamente, no es el viejo, es el m¨¢s nuevo, el del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte, el de la represi¨®n contra el Ej¨¦rcito Zapatista, el de las violaciones constantes y corrientes a los derechos humanos, el del Fobaproa de rescate de los bancos, el hacedor de monopolios y el de los expolios.
Porque los electores que el 2 de julio de 2000 echaron al PRI de Los Pinos, favoreciendo, desgraciadamente al PAN, un partido tan descompuesto, impotente e ineficaz que en tan solo 12 a?os ha dilapidado el enorme capital pol¨ªtico con el que lleg¨® al poder (su candidata actual a la presidencia es tercera en todas las encuestas y en algunas no alcanza ni las preferencias de una quinta parte del electorado) y ha permitido que la gente, harta de la violencia (ejemplificada por la guerra contra el narcotr¨¢fico), de la corrupci¨®n (cuyo m¨¢ximo exponente sea quiz¨¢ la muerte impune de 49 ni?os en una guarder¨ªa), de la desigualdad (el hombre m¨¢s rico del mundo es mexicano y este, M¨¦xico, es el pa¨ªs con m¨¢s emigrantes de la tierra), de la distancia que hay entre Gobierno y gobernados (el 97% del electorado no ha visto nunca a ninguno de sus representantes) y de la impunidad generalizada extra?e y anhele la vuelta del PRI pues, como dice la calle: ¡°m¨¢s vale un ratero que un pendejo¡±, no debieron celebrar ning¨²n velorio: el PRI no solo no ha muerto sino que est¨¢ de nuevo ante nosotros. A menos que de veras M¨¦xico se atreva a enterrarlo y vote el pr¨®ximo domingo por Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, candidato de las izquierdas mexicanas. Las mismas izquierdas que han luchado contra el PRI durante los ¨²ltimos 70 a?os.
Emiliano Monge es escritor y polit¨®logo mexicano.
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