Las cr¨ªticas de antisemitismo salpican la imagen de Hungr¨ªa
La petici¨®n de 50 congresistas de EE UU para que el Gobierno h¨²ngaro ataje los actos y declaraciones contra los jud¨ªos se suma a la protesta del Premio Nobel de la paz Elie Wiesel por la rehabilitaci¨®n de figuras hist¨®ricos pronazis
El rabino J¨®zsef Schweitzer, de 90 a?os, regresaba el 5 de junio a su casa en el centro de Budapest cuando un hombre le grit¨®: ¡°Odio a todos los jud¨ªos¡±. Diez d¨ªas antes, un grupo de turistas estadounidenses se hab¨ªa encontrado con cinco pezu?as de cerdo ensangrentadas colgadas de la estatua que hay en la capital en memoria de Raoul Wallenberg, el diplom¨¢tico sueco que salv¨® la vida de miles de jud¨ªos h¨²ngaros durante el Holocausto y del que Hungr¨ªa conmemora el centenario de su nacimiento. El Consejo de Investigaci¨®n M¨¦dica de Hungr¨ªa, ¨®rgano asesor del Gobierno, pidi¨® a la Fiscal¨ªa hace 15 d¨ªas que investigase al laboratorio Nagy G¨¦n Diagnostic por certificar a un diputado que no ten¨ªa herencia gen¨¦tica jud¨ªa ni gitana. El premio Nobel de la Paz Elie Wiesel ha devuelto a Hungr¨ªa una alta condecoraci¨®n que le hab¨ªa sido concedida en 2009 en protesta por la rehabilitaci¨®n de la figura del escritor pronazi J¨®zsef Nyir¨® y del dictador Mikl¨®s Horthy.
La queja de una autoridad moral como Wiesel, superviviente del Holocausto, supone un pu?etazo en la mesa ante el enaltecimiento de estos personajes en medio de la concatenaci¨®n de actos antisemitas que ha visto Hungr¨ªa en el ¨²ltimo mes. En una carta dirigida al presidente del Parlamento h¨²ngaro, L¨¢szl¨® Kov¨¦r, Wiesel le expresa su ¡°consternaci¨®n¡± al saber de su participaci¨®n en una ceremonia funeraria por J¨®zsef Nyir¨®, miembro del siniestro partido pronazi de la Cruz Flechada. En la misiva asegura que ¡°cada vez est¨¢ m¨¢s claro que las autoridades h¨²ngaras alientan el encubrimiento de los tr¨¢gicos y criminales episodios del pasado h¨²ngaro¡±. Tambi¨¦n devuelve la Gran Cruz de la Orden del M¨¦rito Civil ¡°porque el dictador durante la guerra Mikl¨®s Horthy, que envi¨® a 500.000 jud¨ªos a Auschwitz en 1944, se est¨¢ convirtiendo en una figura heroica otra vez en su pa¨ªs¡±, dijo Wiesel a Associated Press.
¡°El antisemitismo se est¨¢ haciendo m¨¢s llamativo y fuerte en Hungr¨ªa¡±, explica P¨¦ter Feldm¨¢jer, presidente de la Federaci¨®n de Comunidades Jud¨ªas en Hungr¨ªa (Mazsihisz), el principal ¨®rgano de representaci¨®n de los alrededor de 100.000 jud¨ªos h¨²ngaros. ¡°Estamos viendo se?ales alarmantes no solo por parte de los que apoyan a Jobbik [el partido de la extrema derecha, segundo de la oposici¨®n], sino tambi¨¦n de los conservadores. Los insultos contra los jud¨ªos ocurren en la calle a diario, y son m¨¢s frecuentes los ataques contra instalaciones jud¨ªas, profanaciones de cementerios y monumentos¡±.
La presi¨®n sobre el Ejecutivo h¨²ngaro para que ataje la situaci¨®n aumenta despu¨¦s de que el viernes pasado 50 congresistas estadounidenses hayan pedido al primer ministro h¨²ngaro, el conservador Viktor Orb¨¢n ¨Ccuyo partido, Fidesz, controla dos tercios del Parlamento-, que plante cara ¡°a los comentarios antisemitas y hom¨®fobos apoyados por miembros de Jobbik¡±.
La enviada de EE UU para vigilar y combatir el antisemitismo, integrada en el Departamento de Estado, Hannah Rosenthal, constata en un comunicado el incremento de actos antisemitas en Hungr¨ªa y, aunque celebra la condena del Gobierno h¨²ngaro ante ellos, advierte que el homenaje a ¡°personajes hist¨®ricos manchados por su apoyo al fascismo y antisemitismo contribuye a un clima de aceptaci¨®n de la ideolog¨ªa extremista en el que el racismo, el antisemitismo y otras formas de intolerancia pueden prosperar¡±.
El Gobierno salt¨® como un resorte cuando se produjo el ataque al rabino e hizo saber de inmediato que condenaba la vejaci¨®n a Schweitzer. F¨¦ldm¨¢jer aprecia este gesto, pero asegura que ¡°el papel del Gobierno es bastante incoherente: por un lado subrayan que no toleran el antisemitismo, pero por otro ponen como ejemplo a personas conocidas por su antisemitismo¡±. Menciona el hecho de que se haya incluido en el plan de estudios la obra de escritores como Albert Wass, condenado a muerte en rebeld¨ªa por cr¨ªmenes de guerra en Ruman¨ªa, y del propio Nyir¨®.
Mientras, los homenajes al viejo almirante Horthy contin¨²an. El ¨²ltimo fue hace diez d¨ªas, al inaugurarse un busto en el pueblo de Cs¨®kak?. Su legado pol¨ªtico es muy controvertido: sus partidarios ven en sus 24 a?os de dictadura al patriota que estabiliz¨® el pa¨ªs tras la Gran Guerra y que trat¨® de recuperar el territorio perdido por Hungr¨ªa tras el Tratado de Trianon en 1920. Sin embargo, pasan por alto que meti¨® a Hungr¨ªa en la II Guerra mundial de la mano de Hitler, y sobre todo, que fue el responsable ¨²ltimo de la deportaci¨®n a Auschwitz de 400.000 jud¨ªos h¨²ngaros entre marzo y octubre de 1944 -cuando el regente se someti¨® a la ocupaci¨®n de la Wehrmacht y a la condici¨®n de establecer un gobierno pronazi-, hasta que perdi¨® por completo el control del pa¨ªs y fue arrestado por los nazis junto a su hijo. Saul Friedl?nder, en El tercer Reich y los jud¨ªos, sostiene que intent¨® resistirse a la presi¨®n alemana, y que fren¨® temporalmente, despu¨¦s de meses de dilaci¨®n, la deportaci¨®n de jud¨ªos en Budapest el 9 de julio de 1944. Solo entre el 10% y el 20% de los jud¨ªos h¨²ngaros sobrevivi¨®.
El Ejecutivo no se ha pronunciado oficialmente sobre la rehabilitaci¨®n de Horthy ni Nyir¨®. Solo vagamente, y en una entrevista al diario conservador austriaco Die Presse, Orb¨¢n dijo que colocar estatuas en honor de Horthy es ¡°decisi¨®n exclusiva de los Ayuntamientos¡±. La pasividad ante estas rehabilitaciones es la que m¨¢s cr¨ªticas le acarrea al Gobierno.
Pese a estas incongruencias, Andr¨¢s Z¨¢goni-Bogsch, analista del instituto Political Capital de Budapest, aclara que ¡°Fidesz no es un partido antisemita¡±. Sin embargo, explica que ¡°puede tener un papel indirecto en el auge del extremismo y el antisemitismo en Hungr¨ªa porque su estrategia consiste en integrar partes del programa de Jobbik, ya que lo consideran un rival pol¨ªtico importante por la derecha¡±.
La revista Nature sostiene que es precisamente un diputado de Jobbik el que pidi¨® -y obtuvo- un certificado de pureza racial. El encargado de relaciones internacionales del partido ultra, M¨¢rton Gy?ngy?si, lo niega. De momento su identidad es un misterio, ya que el nombre del solicitante est¨¢ borrado del diagn¨®stico. Pertenezca o no a Jobbik, el rastreo de supuestos genes jud¨ªos y genes gitanos que llev¨® a cabo la empresa Nagy G¨¦n ha generado una ¡°explosi¨®n en la opini¨®n p¨²blica¡±, explica Gyorgy Kosztolanyi, miembro del Consejo m¨¦dico, integrado en el Ministerio de Salud, que puso el caso en manos de la Fiscal¨ªa. Aunque se ha sabido ahora, el certificado gen¨¦tico se hizo en 2010. La ley del pa¨ªs establece que solo se pueden hacer ex¨¢menes gen¨¦ticos con fines sanitarios. ¡°Sin duda, Nagy G¨¦n ha violado la ley¡±, se?ala Kosztolanyi, y a?ade que toda la comunidad cient¨ªfica ¡°ha protestado y considera que el servicio de esta empresa es cient¨ªficamente incorrecto y ¨¦tica y legalmente inaceptable¡±.
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