Turqu¨ªa da un paso al frente

Recep Tayyip Erdogan se subi¨® el pasado mi¨¦rcoles a un avi¨®n de entrenamiento militar Hurcus en una base de Ankara. Su gesto no ten¨ªa otro sentido que ser fotografiado, y lo fue abundantemente. En las im¨¢genes se ve al primer ministro de Turqu¨ªa con cazadora de piloto, gafas de sol y alzando el pulgar en la abierta carlinga del avi¨®n. Como en Top gun.

El mensaje era inequ¨ªvoco: Erdogan, ganador de tres elecciones legislativas, no se va a arredrar a la hora de ordenar a sus tropas que respondan a cualquier provocaci¨®n de las huestes del tirano sirio, Bachar el Asad, al que nadie ha votado. Para subrayarlo, al d¨ªa siguiente, fuerzas turcas con lanzacohetes y artiller¨ªa antia¨¦rea se desplazaron con mucha alharaca a la frontera con Siria.

No es que Turqu¨ªa arda en deseos de invadir Siria; lejos de Erdogan y la gran mayor¨ªa de sus compatriotas tal cosa. Pero, d¨ªas antes, la defensa a¨¦rea de El Asad hab¨ªa abatido un avi¨®n de reconocimiento desarmado turco, un RF-4E Phantom, que volaba bordeando el espacio a¨¦reo sirio y el internacional. En contra de lo habitual en este tipo de incidentes entre vecinos, Siria no dio una advertencia formal y no envi¨® aparatos de interceptaci¨®n antes de apretar el gatillo.

As¨ª que ya tenemos a Turqu¨ªa m¨¢s cerca de alg¨²n tipo de intervenci¨®n activa en el conflicto sirio, lo que viene a ser lo mismo que asumir a¨²n m¨¢s protagonismo en la primavera ¨¢rabe. Desde el comienzo de las protestas democr¨¢ticas en el norte de ?frica y Oriente Pr¨®ximo se dijo que estas pod¨ªan revalorizar el papel regional de la Turqu¨ªa de Erdogan. Su modelo de una democracia razonable gobernada por un partido islamista moderado pod¨ªa ser atractivo para Marruecos, T¨²nez, Egipto y otros. Tambi¨¦n, su espectacular crecimiento econ¨®mico de los ¨²ltimos a?os, visible en el florecimiento en Estambul y otras ciudades de flamantes barrios de clase media.

Esa intuici¨®n era acertada. Tras a?o y medio de transici¨®n turbulenta, Egipto, con la victoria en las presidenciales de Mohamed Morsi, candidato de los Hermanos Musulmanes, abre un periodo de cohabitaci¨®n entre unos islamistas que se pretenden moderados y el poder militar de siempre.

En Turqu¨ªa, la victoria en las legislativas de 2002 del islamista AKP, el Partido de la Justicia y el Desarrollo liderado por Erdogan, despert¨® muchos recelos entre los militares herederos del secularismo nacionalista de Mustaf¨¢ Kemal, Atat¨¹rk, y amos del pa¨ªs durante d¨¦cadas. Y el AKP, aun sosteniendo los ¡°valores morales isl¨¢micos¡±, ha aportado a Turqu¨ªa el periodo m¨¢s largo de su historia en democracia. No es una democracia perfecta, y tambi¨¦n es cierto que se ha producido una cierta ¡°reislamizaci¨®n¡± de la vida cotidiana, pero Turqu¨ªa es un oasis en el mayormente desierto dictatorial de la zona.

Pero ser¨¢ dif¨ªcil que islamistas y militares consigan en Egipto una entente como la que rige en Turqu¨ªa. El valle del Nilo est¨¢ menos desarrollado, secularizado y pr¨®ximo a Occidente de lo que estaba Turqu¨ªa a comienzos de este siglo. Y ni sus barbudos ni sus uniformados tienen ese aliciente de una posible incorporaci¨®n a Europa que ha templado los ¨¢nimos en el Estado naci¨®n fundado en 1923 por Atat¨¹rk sobre los restos del Imperio Otomano.

Hasta Erdogan la pol¨ªtica exterior turca se limitaba a la relaci¨®n monog¨¢mica con EE UU, con sus derivados de pertenencia a la OTAN y compadreo con Israel. Turqu¨ªa no exist¨ªa en escenarios del norte de ?frica, Oriente Pr¨®ximo, golfo P¨¦rsico y Asia Central que hab¨ªan sido provincias del imperio otomano. Pero los 10 ¨²ltimos a?os se han caracterizado tambi¨¦n por el regreso de Turqu¨ªa a los tableros de juego regionales. No es el islam lo que gu¨ªa ese regreso, sino lo que se ha dado en llamar neootomanismo: en defensa de sus intereses nacionales, Turqu¨ªa es ahora m¨¢s activa en su vecindad. La expresi¨®n de esa actitud fue la protesta de Erdogan frente a Simon Peres en Davos, en un momento, enero de 2009, en que Israel aplastaba a los palestinos de Gaza. Ese gesto vali¨® a la Turqu¨ªa de Erdogan amplia simpat¨ªa en el mundo ¨¢rabe.

Dos a?os despu¨¦s, el estallido de revueltas democr¨¢ticas en T¨²nez, Egipto, Libia, Yemen, Bahr¨¦in y Siria hac¨ªa visible que Turqu¨ªa estaba tan lejos del sistema autocr¨¢tico de esos pa¨ªses como del sistema teocr¨¢tico de la Arabia Saud¨ª sun¨ª y el Ir¨¢n chi¨ª. Erdogan comprendi¨® que comenzaba una nueva partida y apost¨® por la primavera ¨¢rabe.

Ha sido en Siria donde Erdogan se ha comprometido m¨¢s. Sosten¨ªa con Bachar el Asad una buena relaci¨®n hasta que comenzaron en Siria las manifestaciones contra el tirano y estas fueron brutalmente reprimidas. Desde entonces, Turqu¨ªa es uno de los m¨¢s en¨¦rgicos miembros de la coalici¨®n internacional contra El Asad. Su larga frontera con Siria da refugio a m¨¢s de 30.000 fugitivos de la violencia del r¨¦gimen de Damasco y sirve de base para los grupos opositores armados.

La tensi¨®n se ha disparado con el derribo sirio del avi¨®n turco. Ankara no invoc¨® ante sus aliados de la OTAN el art¨ªculo 5 del tratado de esa organizaci¨®n, que les hubiera forzado a actuar militarmente contra Damasco, pero consigui¨® que la OTAN declarara que ese derribo es ¡°otro ejemplo de la falta de respeto de las autoridades sirias por las reglas internacionales, la paz y la vida humana¡±. Erdogan declar¨® el martes en el Parlamento de Ankara, al que fueron invitados diplom¨¢ticos ¨¢rabes, que Turqu¨ªa considerar¨¢ hostil y, en consecuencia, objetivo militar cualquier acercamiento ¡°amenazador¡± a su frontera.

?Qu¨¦ cartas tiene Turqu¨ªa? En un art¨ªculo publicado esta semana en el diario Milliyet, Asli Aydintasbas avanz¨® la creaci¨®n de una zona tamp¨®n en su frontera con Siria que pondr¨ªa bajo el control de los rebeldes. A?adi¨® que no dudar¨ªa en abatir los helic¨®pteros sirios que se acercaran demasiado. Se crear¨ªa as¨ª, se?al¨® Nihat Ali Ozcan en Hurriyet, ¡°un santuario para los insurgentes¡±.

Su hostilidad a El Asad termin¨® por romper la breve luna de miel que Erdogan tuvo en sus comienzos con Ir¨¢n. As¨ª que el l¨ªder del AKP tambi¨¦n compite con los ayatol¨¢s que, en represalia, apoyan a los separatistas kurdos. Hete aqu¨ª a Turqu¨ªa manejando de nuevo un secular arte otomano: la gesti¨®n de las contradicciones entre Europa y Asia, entre el islam y las minor¨ªas cristianas y jud¨ªas, entre los sun¨ªes y los chi¨ªes del islam, entre los ¨¢rabes y los no ¨¢rabes (como turcos e iran¨ªes). De preferencia con mano izquierda, pero sin excluir el garrote. ¡°Aunque el eje de una pol¨ªtica sea la paz y la democracia, en una regi¨®n tan conflictiva como Oriente Pr¨®ximo, el uso de la fuerza es inevitable a veces¡±, escribi¨® Ali Bayramoglu, del diario progubernamental turco Yeni Safak.