Los ind¨ªgenas de Colombia se rebelan contra la violencia de las FARC
Los nativos piden al presidente Santos el fin de los combates en sus territorios
Los ind¨ªgenas de Torib¨ªo no aguantaron m¨¢s. Unos 1.000 abor¨ªgenes de la comunidad nasa se armaron de coraje, tomaron sus bastones de mando, sus banderas de colores, dejaron a sus mujeres y ni?os en casa, y el pasado lunes a las ocho de la ma?ana subieron en fila por las empinadas monta?as de este fr¨ªo pueblo del Cauca, al suroeste de Colombia, para buscar ellos mismos a los guerrilleros del Frente Sexto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que entre el viernes y el s¨¢bado pasados lanzaron bombas que hirieron a dos personas, destruyeron 40 casas y obligaron a desplazarse a 600 habitantes.
A la misma hora otros 300 nativos se reunieron en sus casas e invocaron a sus ancestros antes de tomar el camino contrario: desfilaron hasta la estaci¨®n de polic¨ªa de Torib¨ªo, en el centro del pueblo, donde en medio de la resistencia de los uniformados y las arengas de los ind¨ªgenas, comenzaron a quitar uno por uno los sacos de arena en los que se atrincheran los uniformados cuando desde los cerros la guerrilla lanza cohetes artesanales o dispara durante horas con sus fusiles. Este a?o van 12 ataques contra Torib¨ªo y la mitad de ellos han ocurrido en julio. En total, han muerto seis personas. En esta zona de Colombia, a 300 kil¨®metros de Bogot¨¢, la violencia es parte del paisaje: el martes, una motocicleta bomba colocada por la guerrilla mat¨® a un ni?o de 9 a?os y dej¨® heridas a otras cinco personas en el municipio de Argelia. Y el mismo d¨ªa, las autoridades descubrieron explosivos en una cancha de f¨²tbol de Torib¨ªo, donde en esta ¨¦poca de vacaciones ni?os y j¨®venes suelen encontrarse para jugar, y donde ayer iba a aterrizar el helic¨®ptero del presidente Juan Manuel Santos, que ten¨ªa previsto presidir un consejo de seguridad para atender la emergencia.
A pesar de que la pelea entre las fuerzas del Estado y guerrillas como las FARC o las bandas criminales dedicadas al narcotr¨¢fico se siente con fuerza en otras zonas como Caquet¨¢, norte de Santander o Guaviare, en poblaciones caucanas como Torib¨ªo, Jambal¨®, Caldono, Caloto y Miranda la diferencia la marcan los 110.000 ind¨ªgenas nasas, guambianos y paeces que se resisten a quedar en medio del conflicto que desde 2002, seg¨²n la Asociaci¨®n Ind¨ªgena del Norte del Cauca, ha dejado 110 muertos en sus comunidades.
El lunes, cuando los nativos decidieron buscar en las monta?as a las FARC para decirles una vez m¨¢s que se fueran de sus territorios, no los encontraron. Feliciano Valencia, portavoz del Comit¨¦ Regional Ind¨ªgena del Cauca, asegur¨® que los guerrilleros los eludieron. ¡°No nos dieron la cara y se fueron. Pero tarde o temprano volver¨¢n¡±, asegur¨®. Entonces, la Asociaci¨®n de Cabildos Ind¨ªgenas decidi¨® escribir una carta a Timochenko, m¨¢ximo jefe de las FARC: ¡°Est¨¢n tan metidos en esa l¨®gica de la guerra que no ven las cosas de otro modo que no sea el de mandar y hacer cumplir con el fusil en la mano, aunque lo que manden no tenga ning¨²n sentido¡±.
Pero as¨ª como rechazan a la guerrilla, critican a la fuerza p¨²blica, que, seg¨²n varios de los l¨ªderes ind¨ªgenas, ¡°no se ha sabido ganar los corazones de la poblaci¨®n¡±. El Cauca solo tiene el 10% de las carreteras pavimentadas y el 60% de la poblaci¨®n est¨¢ bajo el umbral de pobreza, lo que desde luego facilita que los grupos armados ilegales tengan en esa zona un lugar de retaguardia. ¡°No queremos la militarizaci¨®n, ni las armas, ni sus tanquetas de guerra. Nuestra propuesta al Gobierno es que los 4.000 guardias ind¨ªgenas de ocho municipios del Cauca ejerzan el control territorial con las comunidades y los gobernadores de la regi¨®n¡±, a?ade Feliciano Valencia. Sin embargo, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinz¨®n, ya ha dicho varias veces que ¡°la polic¨ªa y el Ej¨¦rcito no se mueven ni de esa, ni de ninguna otra zona del pa¨ªs¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.