Mercosur se va al Caribe
El ingreso de Venezuela en la organizaci¨®n del Cono Sur favorece a Ch¨¢vez para las pr¨®ximas elecciones
El presidente venezolano est¨¢ hoy m¨¢s cerca que ayer de revalidar su mandato el pr¨®ximo 7 de octubre. Hugo Ch¨¢vez dispone de todo el poder y recursos del Estado para asegurar la victoria multando a sus cr¨ªticos ¡ªla cadena de TV Globovisi¨®n¡ª; forzando a todas las emisoras a que emitan sus interminables proclamas; procurando que los medios p¨²blicos o asimilados obren con parcialidad descarada en favor del poder; haciendo que los empleados estatales donen un d¨ªa de salario para la campa?a electoral; y, por a?adidura, un notable ¨¦xito de su pol¨ªtica exterior, el ingreso de Venezuela en Mercosur, sit¨²a desde la semana pasada al presidente a¨²n en mejor posici¨®n ante los comicios de octubre. La utilizaci¨®n de p¨²blico, dinero, persuasi¨®n medi¨¢tica y seducci¨®n personal la justifica el l¨ªder bolivariano argumentando que estas no son elecciones entre propuestas igualmente leg¨ªtimas, sino que enfrentan a Cristo y Anticristo, la revoluci¨®n popular a la reacci¨®n imperialista encabezada por un esforzado pero nulamente carism¨¢tico Henrique Capriles, que recorre decenas de kil¨®metros a pie en campa?a para demostrar cuando menos que, a diferencia de Ch¨¢vez, a sus 39 a?os no tiene que temer a la parca. Ch¨¢vez ha calificado de ¡°derrota del imperialismo¡± el ingreso en la organizaci¨®n econ¨®mico-pol¨ªtica del Cono Sur que integran Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, y que Asunci¨®n bloqueaba desde 2006, pero la suspensi¨®n temporal del pa¨ªs guaran¨ª de la organizaci¨®n ha, por fin, permitido que se hiciera realidad. Y aunque el imperialismo norteamericano tiene expectativas de derrota mucho m¨¢s ominosas en Asia central, seguro que Washington preferir¨ªa que Caracas siguiera de trabajador aut¨®nomo.
Ch¨¢vez ha hecho un negocio excelente con el ingreso. Se le ha visto en plena forma en las ceremonias de admisi¨®n; ha desmentido que Venezuela est¨¦ aislada, junto a aliados tan poco vistosos internacionalmente como Cuba, Ir¨¢n y la Siria de Bachar el Asad; y, especialmente, ha colmado de orgullo a su base partidaria y a los que fluct¨²en entre su totalitarismo light, como lo defini¨® Teodoro Petkof, l¨ªder intelectual de la oposici¨®n, y la modesta normalidad democr¨¢tica que ofrece Henrique Capriles. Venezuela jam¨¢s hab¨ªa tenido un l¨ªder de renombre universal que el mundo entero, aunque haya quien se refiera a su persona con grave desaprobaci¨®n, tenga siempre presente. Y el ingreso en Mercosur parece probar que el inventor del siglo XXI sabe moverse en esa arena, donde nada puede ocurrir, al menos en Am¨¦rica Latina, sin que Ch¨¢vez haga su jugada.
Se ha organizado una especie de encuesta internacional sobre qui¨¦n sale ganando con el ingreso. Venezuela, por encima de todos, y Ch¨¢vez por encima de Venezuela. Brasil, a continuaci¨®n, que, aunque con sus yacimientos pre-sal de no muy distante explotaci¨®n, necesita mucho menos que otros el crudo del Orinoco, puede convertirse en el primer proveedor de alimentos de un pa¨ªs que hoy bajo el chavismo importa el 70% de lo que come. Malas noticias, en cambio, para Colombia que antes de que el presidente Uribe rompiera estrepitosamente con el chavismo ten¨ªa m¨¢s de 5.000 millones de euros de comercio bilateral con su vecino, y con el presidente Santos ya hab¨ªa recuperado este a?o la mitad del negocio.
Brasil tiene s¨®lidas razones econ¨®micas para querer a Caracas de cliente: sus empresarios han invertido en los ¨²ltimos 10 a?os en Venezuela m¨¢s de 15.000 millones de euros. Pero tampoco le faltan razones pol¨ªtico-psicol¨®gicas. Con el decorativo alborozo con que Dilma Rousseff ha acogido a su nuevo socio la presidenta brasile?a muestra su independencia de Washington y, seguramente, prefiere tener a Ch¨¢vez cerca que por libre disparando contra todo lo que se menea. No es, sin embargo, universal el entusiasmo: el Ministerio de Exteriores en Brasilia ha secundado apenas tibiamente la diplomacia presidencial. Y la tambi¨¦n aparatosa satisfacci¨®n argentina resulta particularmente enigm¨¢tica, salvo quiz¨¢s si se justifica por la carrera que la presidenta Cristina Fern¨¢ndez sostiene con el bolivariano por la medalla de oro en los JJ OO del anti-imperialismo. Buenos Aires juega reserv¨®n en Mercosur, elimina productos libres de gravamen y, a lo sumo, puede esperar que Caracas limite m¨¢s que agrande el papel de Brasilia en la organizaci¨®n.
El 7 de octubre decidir¨¢ entre el magnetismo m¨¢s que populista populoide de Ch¨¢vez, sustentado por la mejora de la situaci¨®n econ¨®mica de los m¨¢s desfavorecidos contra una larga relaci¨®n de insuficiencias: vertiginoso aumento de la criminalidad; corrupci¨®n y desmanejo administrativo; democracia de baj¨ªsima densidad. Pero, a no dudarlo, Mercosur es un gran activo para el presidente.
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