El mayordomo del Papa ser¨¢ juzgado por robo de documentos junto a un c¨®mplice
Un inform¨¢tico colabor¨® con Gabriele en el robo de documentos del Vaticano El juicio se abrir¨¢ en oto?o y el acusado afronta una pena de seis a?os
Paolo Gabriele ir¨¢ a juicio. El mayordomo de Benedicto XVI, a quien el Pont¨ªfice sol¨ªa llamar familiarmente Paoletto, ser¨¢ procesado por el robo con agravantes de documentos secretos de la Santa Sede. Ahora bien, no se sentar¨¢ solo en el banquillo porque el juez instructor del Tribunal de Estado vaticano, Piero Antonio Bonnet, pide que tambi¨¦n sea juzgado Claudio Sciarpelletti, un programador inform¨¢tico de 48 a?os empleado en la Secretar¨ªa de Estado de la Santa Sede. El delito del inform¨¢tico se refiere a que supuestamente ayud¨® a Paolo Gabriele en el tr¨¢fico de documentos. Estas son las principales novedades que cierran la fase de instrucci¨®n del caso sobre la enorme filtraci¨®n de documentos que el pasado mes de mayo destap¨® todo tipo de intrigas y maquinaciones en la cuna de la Iglesia cat¨®lica.
La decisi¨®n del juez ¡ªque fue publicada junto al sumario del fiscal Nicola Picardi¡ª confirma el protagonismo de Gabriele, que podr¨ªa enfrentarse a una condena de hasta seis a?os de c¨¢rcel al final del juicio que comenzar¨¢ en oto?o. ¡°Todav¨ªa no sabemos cu¨¢ndo¡±, detall¨® el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi. ¡°Hasta el 20 de agosto el tribunal permanecer¨¢ cerrado y solo despu¨¦s los magistrados fijar¨¢n la primera vista¡±, precis¨® el jesuita.
El hombre de confianza del Papa, de 46 a?os, casado, padre de tres hijos y bajo arresto domiciliario desde el 21 de julio, est¨¢ oficialmente acusado de haber sustra¨ªdo del despacho de su superior jer¨¢rquico, el secretario de Ratzinger, monse?or Georg G?nswein, numerosos mensajes, cartas y correos secretos. Durante el registro de su piso, situado en el territorio de la Ciudad del Vaticano, la polic¨ªa del peque?o Estado encontr¨® fotocopias de varios documentos y tambi¨¦n algunos objetos del Papa, como una pepita que parece de oro y una edici¨®n del siglo XVI de La Eneida. La polic¨ªa hall¨® asimismo un cheque, por valor de 100.000 euros, que la Universidad Cat¨®lica de San Antonio, ubicada en Guadalupe (Murcia), firm¨® para el Papa el 26 de marzo de este a?o.
Estos hallazgos fueron suficientes para decretar la detenci¨®n inmediata, el pasado 23 de mayo, del hasta entonces fiel colaborador del Pont¨ªfice. Desde aquella fecha, el mayordomo ha sido interrogado tres veces y, al parecer, ha colaborado con las investigaciones. ?l mismo confes¨® haber entrado en contacto con el periodista Gianluigi Nuzzi para pasarle material sensible sobre la corte vaticana. Se trata de un material que Nuzzi recopil¨® en su ensayo Sua Santit¨¤, que lleg¨® a las librer¨ªas italianas cuatro d¨ªas antes de las pesquisas en casa de Gabriele.
El camarero, que desde el a?o 2006 logr¨® la confianza de Ratzinger, declar¨® sentirse ¡°invadido por el Esp¨ªritu Santo¡±, que le animaba a poner orden en el Vaticano. Por este detalle, que est¨¢ incluido en sus confesiones, los investigadores pidieron que Paoletto fuera sometido a un examen psiqui¨¢trico. El resultado fue que Gabriele est¨¢ sano mentalmente y, por tanto, pod¨ªa ser imputado.
El auto que decreta la apertura de juicio contra los dos laicos significa el cierre parcial de la fase de instrucci¨®n. ¡°Parcial significa que queda mucho por investigar¡±, subray¨® Lombardi, que dio a entender que la acusaci¨®n por el delito de robo podr¨ªa acompa?arse de otra por difusi¨®n de secretos: ¡°De momento los investigadores pensaron dejar claro que fue ¨¦l quien sustrajo il¨ªcitamente los archivos. Pero sus mismas confesiones van m¨¢s all¨¢¡±, apostill¨®.
Del sumario sobresale tambi¨¦n que Sciarpelletti mantuvo solo ¡°un papel marginal¡±. Esta circunstancia explica que fuera arrestado el 25 de mayo sin que la noticia trascendiera hasta ayer. Pero enseguida fue puesto en libertad provisional. En las 35 p¨¢ginas que recogen las conclusiones del fiscal aparecen muchas m¨¢s personas a las que se cita con letras del alfabeto. ¡°All¨ª est¨¢ el punto de mayor inter¨¦s¡±, comenta Alessandro Speciale, corresponsal en la ciudad vaticana de la agencia Religion News Service. ¡°Por fin aparece negro sobre blanco¡±, a?ade Speciale, ¡°lo que todos sospech¨¢bamos: hay m¨¢s personas implicadas. Los magistrados interrogaron a dos docenas de personas informadas sobre los hechos. Lo m¨¢s probable es que alguien acabe siendo investigado¡±. Se trata de una hip¨®tesis que parece barajar tambi¨¦n el portavoz de la Santa Sede, que en una larga rueda de prensa explic¨® el informe: ¡°No creemos haber terminado el trabajo. La investigaci¨®n sigue abierta con respecto a otras personas¡±.
Benedicto XVI sigue la investigaci¨®n, que hace temblar con sacudidas muy terrenales su Santa Sede al otro lado del r¨ªo T¨ªber, desde la residencia estival de Castelgandolfo, a las afueras de Roma. El 27 de julio convoc¨® a la comisi¨®n cardenalicia ¡ªpresidida por el espa?ol Juli¨¢n Herranz, que est¨¢ llevando a cabo una investigaci¨®n interna, como desarrollar¨ªa una comisi¨®n parlamentaria en un Estado normal¡ª a los magistrados; a su secretario, Georg G?nswein; y al comandante de la Gendarmer¨ªa, Domenico Giani, para informarse. En aquella reuni¨®n Ratzinger anim¨® a los investigadores a proseguir su labor ¡°con diligencia¡± para llegar a la verdad.
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