La sequ¨ªa ciega el r¨ªo Misisipi

El Misisipi est¨¢ casi sin agua y con la brusca ca¨ªda del nivel comienzan las restricciones al tr¨¢fico de embarcaciones en el mayor r¨ªo de EE UU, una de sus arterias comerciales. Es el efecto m¨¢s visible de la grave sequ¨ªa que azota este verano al pa¨ªs y que tiene secas como piedras el 78% de las tierras de cultivo de cereal, con el consiguiente efecto para el precio de los alimentos.

El bloqueo del tr¨¢fico fluvial se hizo el lunes para que el servicio de guardacostas pudiera medir la profundidad y poner nuevos marcadores que permitan a los nav¨ªos circular sin riesgo de encallar. Un centenar de embarcaciones se han visto afectadas, esperando a que se abriera el paso a la altura de Greenville, donde el agua est¨¢ a un nivel que no se ve¨ªa desde 1988.

El Cuerpo de Ingenieros de la armada, entre tanto, ya retira tierra del fondo con el fin de habilitar la profundidad necesaria para que pueda seguir siendo navegable. Por ese canal transitan las barcazas que transportan materias primas como carb¨®n y productos agr¨ªcolas desde el centro del pa¨ªs hacia el golfo de M¨¦xico. Si se pierde el r¨ªo, el efecto es como el de cerrar una autopista interestatal.

Los cultivos de soja y trigo necesitan con urgencia la lluvia; los de ma¨ªz ya sufren da?os irreversibles

Se trata de la mayor sequ¨ªa que sufre EE UU desde 1956. Empez¨® en el medio oeste y la mancha roja de los mapas que distribuye el Departamento de Agricultura se hace cada m¨¢s intensa y cubre ya m¨¢s de la mitad de los condados. El primer efecto se not¨® en las plantaciones de ma¨ªz. La falta de agua afect¨® al proceso de polinizaci¨®n del cereal, lo que provoc¨® da?os irreversibles.

Ahora lo que est¨¢ en peligro son la soja y el trigo, que necesita con urgencia de las lluvias. Eso explica los precios r¨¦cord en los mercados mundiales de derivados y la preocupaci¨®n creciente tanto de Naciones Unidas como del Banco Mundial por su impacto en la cadena de suministro de alimentos con origen en EE UU hacia pa¨ªses importadores de cereal m¨¢s vulnerables.

El pasado julio ha sido el m¨¢s caluroso desde que se iniciaron los registros de temperaturas. Los precios para las entregas de ma¨ªz ya estaban ese mes al doble de lo que se pagaba hace cuatro a?os, cuando la ¨²ltima crisis alimentaria inici¨® su espiral e hizo temblar a las pa¨ªses asi¨¢ticos y africanos. Rusia ya se est¨¢ planteando limitar sus exportaciones para cubrir la demanda interna.

EE UU es el mayor productor mundial tanto de ma¨ªz como de soja. La sequ¨ªa va a provocar que la producci¨®n del cereal se sit¨²e este a?o en su nivel m¨¢s bajo desde 2006. En el caso del trigo, es el tercer mayor exportador del mundo, pero el valor nutricional de este es mucho mayor que el del ma¨ªz, lo que crea mayores problemas para los pa¨ªses que dependen de esta materia prima.

Si las lluvias no llegan pronto, el impacto econ¨®mico de la sequ¨ªa puede tambi¨¦n trastocar la campa?a a las presidenciales de noviembre. La Casa Blanca asegura a los agricultores y ganaderos afectados que se movilizar¨¢n recursos para ayudarlos. Pero las arcas p¨²blicas en EE UU tambi¨¦n est¨¢n secas por la abultada deuda que arrastra la naci¨®n, que supera su producto interior bruto.

Para complicar a¨²n m¨¢s las cosas, la sequ¨ªa se cuela tambi¨¦n en el debate sobre la dependencia energ¨¦tica de EE UU. Los productores de carne, como tambi¨¦n hizo d¨ªas atr¨¢s la ONU, piden a Washington que reduzca la cuota del cereal destinado a la producci¨®n de etanol para as¨ª reducir la presi¨®n en el precio de los alimentos. La industria cree que esta medida no tendr¨¢ un gran efecto.