El morm¨®n avanza
Aunque Obama corra con ventaja, Romney podr¨ªa ser el primer presidente seguidor de a Iglesia de los Santos del ?ltimo D¨ªa
¡°Todav¨ªa no tenemos un presidente morm¨®n en Estados Unidos y quiz¨¢s no lo tengamos nunca, pero nuestros presidentes son cada vez m¨¢s receptivos a la sensibilidad mormona, m¨¢s de lo que podr¨ªa esperarse de un movimiento religioso que representa tan solo un 2% de nuestra poblaci¨®n¡±.
Estas frases son del cr¨ªtico literario Harold Bloom, escritas hace veinte a?os en un libro singular e imprescindible para entender EE UU, que lleva por t¨ªtulo La religi¨®n americana (Taurus). Es una buena lectura para quienes est¨¦n todav¨ªa sorprendidos de la nominaci¨®n de un obispo morm¨®n como Mitt Romney como candidato republicano a la presidencia.
Deber¨¢n darse prisa. Los dados no est¨¢n jugados, y aunque Obama corra con aparente ventaja, Romney puede colmar la intuici¨®n apenas formulada hace 20 a?os. Bloom ha escrito m¨¢s recientemente que, incluso si gana Obama, ¡°se habr¨¢ establecido un precedente crucial¡±. Si nos atenemos a sus teor¨ªas sobre el mormonismo, cabr¨ªa observar como un hito normalizador de la vida pol¨ªtica americana que un morm¨®n llegue a la Casa Blanca como lo fue la del cat¨®lico Kennedy en 1961 o la del afroamericano Obama en 2009.
En el caso de la Iglesia de los Santos del ?ltimo D¨ªa, que tal es el nombre de la confesi¨®n, la normalizaci¨®n ser¨ªa mayor, puesto que, seg¨²n Bloom, es una de las dos sectas religiosas genuinamente americanas, hasta el punto de que las considera variantes de lo que denomina la Religi¨®n Americana. Se trata de un cristianismo sin cruz, que diviniza al individuo y adora a un Jes¨²s resucitado y victorioso, profundamente americano, hasta el punto de que en la revelaci¨®n mormona se incluye una estancia en Am¨¦rica con una repetici¨®n del Serm¨®n de la Monta?a.
Es verdad que el gran cr¨ªtico literario, profundamente enamorado del talento religioso ¡ªy po¨¦tico, puntualiza¡ª del fundador de la Iglesia del Morm¨®n, su profeta Joseph Smith, m¨¢s tarde ha modulado su entusiasmo y ha se?alado una p¨¦rdida del valor original hasta convertirse en una secta protestante m¨¢s. Sus actuales dirigentes, entre los que se encuentra Romney, son ¡°indistinguibles de las oligarqu¨ªas plutocr¨¢ticas seculares que ejercen el poder¡±.
Esta objeci¨®n se suma a las cr¨ªticas contra Romney como candidato de los m¨¢s ricos y desv¨ªa la atenci¨®n de los prejuicios cl¨¢sicos contra los mormones, incluso los que sosten¨ªan sus m¨¢s directos competidores en la apropiaci¨®n religiosa de Estados Unidos, esos baptistas sure?os que dudan de su cristianismo, sospechan de su renuncia hace m¨¢s de un siglo a la poligamia, y se irritan ante la opacidad de su funcionamiento, doctrinas y ceremonias, de acceso prohibido a quienes no pertenecen a la Iglesia. Como se?ala Bloom, mormones y evangelistas cada vez se parecen m¨¢s.
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