Una muerte anunciada
EE UU ha decidido acabar con el Asadato en Siria y nada le har¨¢ desistir de su prop¨®sito
Estados Unidos ha decidido acabar con el Asadato en Siria y nada le har¨¢ desistir de su prop¨®sito. La predicci¨®n de cu¨¢ndo lo lograr¨¢ ha desafiado ya los calendarios m¨¢s convincentes y no parece estar al caer, al menos mientras no haya tropas occidentales sobre el terreno o su fuerza a¨¦rea literalmente destruya el poder en Damasco. El r¨¦gimen resiste porque la minor¨ªa alau¨ª, con el presidente Bachar el Asad, familiares y allegados a la cabeza, teme que su derrota origine las m¨¢s feroces represalias.Y la reciente Cumbre de No Alineados en Teher¨¢n dio amplia cobertura a esos temores cuando el presidente egipcio Mohamed Morsi, de la Hermandad Musulmana, tom¨® beligerantemente partido por los rebeldes sirios. La Ikhwan [milicia isl¨¢mica] no puede olvidar la represi¨®n de los a?os ochenta cuando el Ej¨¦rcito sirio, de alta oficialidad alau¨ª, sofoc¨® en la sangre de millares de hermanos el alzamiento de la mayor¨ªa sun¨ª del pa¨ªs.
La insurrecci¨®n dif¨ªcilmente habr¨ªa estallado ¨²nicamente contra el Gobierno desp¨®tico y sanguinario del Asadato: Hafez, el padre, desde 1970 hasta su muerte en 2000, y Bachar, el hijo, de esa fecha hasta cuando resistan sus unidades de ¨¦lite. Las caracter¨ªsticas de la sublevaci¨®n, de tan cl¨¢sicas, habr¨ªan fascinado a Tocqueville. Una mejora progresiva de las condiciones de vida gener¨® un crecimiento demogr¨¢fico que hizo pasar al pa¨ªs de seis millones de habitantes en 1946 a 23 en 2011. Y una pertinaz sequ¨ªa, como no se conoc¨ªa desde hac¨ªa un siglo, arras¨® la peque?a propiedad agraria entre 2006 y 2010, arrojando a varios millones de campesinos a las ciudades en busca de trabajo, como subraya el periodista brit¨¢nico Patrick Seale. En 2011, cuando un incidente hizo que prendiera la protesta, las condiciones eran perfectas para el tumulto. El Asadato a¨²n habr¨ªa podido canalizar la situaci¨®n adoptando reformas, pero cuando una minor¨ªa y su clientela se sienten acosadas ceder terreno puede parecerles ceder el poder. Y eso, no.
Entre marzo y el verano de 2011 las manifestaciones fueron b¨¢sicamente pac¨ªficas, pero no as¨ª la represi¨®n que en unos meses caus¨® cientos de muertos. La segunda fase de la revuelta comenz¨® entonces con la intervenci¨®n de los pa¨ªses lim¨ªtrofes, todos de gobernaci¨®n sun¨ª, que siempre hab¨ªan temido la formaci¨®n de un arco de dominaci¨®n chi¨ª, centrado en Teher¨¢n y Damasco, que provocara la agitaci¨®n de sus propias minor¨ªas chi¨ªes, notablemente en Arabia Saud¨ª y los emiratos del Golfo. Y con ellos se sumaron a la refriega EE UU, Francia y Turqu¨ªa, cuya ayuda se ha concentrado hasta la fecha en suministros de boca y guerra, as¨ª como en el caso turco, en una banda fronteriza que la insurrecci¨®n llama liberada.
En esta segunda fase se ha formado un pelot¨®n de fuerzas irregulares, bajo la advocaci¨®n de Ej¨¦rcito Libre Sirio, que ha llevado la lucha a las ciudades, y en la que el atentado del 18 de julio pasado, en el que muri¨® el viceministro de Defensa en pleno coraz¨®n del establishment militar damasceno, parec¨ªa que auguraba el principio del fin. Pero las unidades especiales que permanecen fieles al presidente lograron expulsar a los rebeldes de algunos barrios que hab¨ªan ocupado en la capital y en la segunda ciudad del pa¨ªs, Alepo. Y, por ello, cabe hoy preguntarse si tiene soluci¨®n militar el conflicto o si los occidentales se resignar¨¢n a practicar una intervenci¨®n m¨¢s musculosa para imponer una nueva configuraci¨®n pol¨ªtica de Oriente Medio. ?A d¨®nde se va desde este punto, tan concienzudamente muerto?
Estados Unidos complace a Israel torpedeando la negociaci¨®n de Kofi Annan para llegar a un compromiso que ponga fin a la violencia, pero no necesariamente al Asadato. Washington trata, posiblemente, de ahorrarse as¨ª la operaci¨®n de castigo contra Ir¨¢n que le exige Israel. Turqu¨ªa ha pretendido salvar su pol¨ªtica exterior de primus inter pares y ¨¢rbitro natural de la zona, basada en la colaboraci¨®n de Siria, eligiendo caballo ganador, pero aunque caiga Damasco quien recoger¨¢ los beneficios de la operaci¨®n ser¨¢ Estados Unidos, dejando el proyecto del ministro de Exteriores turco, Davotoglu, en ruinas. Rusia, blandamente sostenida por China, no quiere perder toda su inversi¨®n, militar y civil, en el pa¨ªs, pero se conformar¨ªa con que los sucesores del Asadato respetaran sus intereses, y por ello defiende la salida negociada. Israel, finalmente, un convidado de piedra pero muy activo entre bastidores, ser¨ªa feliz si el conflicto dividiera Siria en un peque?o ducado alau¨ª al noroeste en torno a Latakia, y el resto para un sunismo gravemente debilitado. Muy parecido a Irak: kurdos al norte, chi¨ªes al sur, y nadie en el centro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.