¡°Pedimos ayuda para frenar las inmolaciones en T¨ªbet¡±
¡°La ocupaci¨®n y la continua represi¨®n son las causas de las inmolaciones", dice el dirigente
Lobsang Sangay se ve relajado y sonriente. Hace un a?o que este abogado de Harvard recibi¨® del Dalai Lama el poder pol¨ªtico del Gobierno del T¨ªbet en el exilio. ¡°De vez en cuando acudo al Dalai Lama para pedirle su gu¨ªa y sus consejos. ?l ha sido nuestro l¨ªder por 60 a?os y sabe mucho m¨¢s, pero, al final, la decisi¨®n es m¨ªa¡±, dice sentado en su oficina en Dharamsala, la ciudad del norte de India donde est¨¢ la sede del Gobierno en el exilio. All¨ª recibi¨® a EL PA?S poco antes de empezar la reuni¨®n especial a la que acuden los l¨ªderes tibetanos y observadores internacionales y que hasta el viernes discutir¨¢n sobre las inmolaciones en T¨ªbet.
En la pared de atr¨¢s de su escritorio cuelga una enorme fotograf¨ªa de un joven Tenzin Gyatso, el actual Dalai Lama. En marzo del a?o pasado el a¨²n l¨ªder religioso de los tibetanos anunci¨® su retiro de la pol¨ªtica y por votaci¨®n Sangay fue electo primer ministro, cargo del que tomo posesi¨®n en agosto. Hasta entonces el premio Nobel de la Paz en 1989 era la ¨²nica voz de los tibetanos. As¨ª que, con un l¨ªder pol¨ªtico, elegido democr¨¢ticamente, el movimiento por la autonom¨ªa ha ganado fuerza al no depender de un solo individuo, dice. El l¨ªder religioso forz¨® la democracia y ¡°ha sido apoyado mucho en la transici¨®n¡±.
¡°Entre los tibetanos ha disminuido la ansiedad que se vivi¨® al principio por la transferencia de la autoridad pol¨ªtica. Por otra parte, la solidaridad por la causa tibetana se ha mantenido fuerte¡±, menciona como parte de sus logros en el Gobierno. Pero, Sangay no pierde de vista que el mayor problema para los tibetanos sigue siendo el mismo: ¡°La pol¨ªtica intransigente de China¡±.
El fen¨®meno de las inmolaciones en T¨ªbet es una prueba contundente. En los ¨²ltimos dos a?os, 51 personas se han prendido fuego y 41 de ellas han muerto. ¡°La ocupaci¨®n y la continua represi¨®n son las causas de las inmolaciones: un grito desesperado que dice que prefieren morir a vivir bajo el dominio chino¡±. El Gobierno en el exilio ha pedido a los tibetanos que detengan los suicidios. ¡°Pero tenemos que reconocer que podemos hacer muy poco para evitarlo mientras no les podamos ofrecer mejores alternativas de vida¡±, dice una fuente oficial.
Podemos hacer muy poco para evitar [las inmolaciones] mientras no les podamos ofrecer mejores alternativas de vida
El l¨ªder pol¨ªtico dice que, como budista, reza por los que se han quitado la vida y que, como tibetano, ¡°apoya su aspiraci¨®n de libertad para T¨ªbet y el regreso del Dalai Lama¡±. Agradece a pa¨ªses como Estados Unidos, la Uni¨®n Europea y Jap¨®n las resoluciones parlamentarias que muestran solidaridad por los suicidios, pero pide a la comunidad internacional ¡°acciones concretas¡± para terminar con ellas.
Una forma ser¨ªa presionando a China para que permita entrar en el T¨ªbet a medios de comunicaci¨®n, delegaciones internacionales o acad¨¦micos chinos independientes para que inspeccionen la situaci¨®n dentro e informen al mundo.
¡°No tenemos bases para ser optimistas, pero los seres humanos vivimos de la esperanza¡±, dice sobre una posible reapertura de China al di¨¢logo con su pr¨®ximo l¨ªder, que casi seguramente sea Xi Jinping. Para Sangay los tiempos han cambiado y la primavera ¨¢rabe y la liberaci¨®n de la l¨ªder opositora birmana, Aung San Suu Kyi, son buenas se?ales.
Los tibetanos ¡°seguimos comprometidos con el di¨¢logo y la paz¡±. Remarca que, como el Dalai Lama, ¨¦l y la inmensa mayor¨ªa de los tibetanos quieren el ¡°camino medio¡±, lo que significa que no buscan la independencia, sino una autonom¨ªa genuina dentro de China y en el marco de su Constituci¨®n. ¡°Es una posici¨®n muy moderada y razonable. De aceptarlo China se ver¨ªa beneficiada en su imagen como potencia negociadora y en su unidad como pa¨ªs¡±. De no aceptarlo, China, est¨¢ mostrando intransigencia, y para el resto del mundo ¡°es una lecci¨®n de lo que son capaces los chinos¡±.
Con su experiencia jurista, Sangay explica que dentro del pa¨ªs asi¨¢tico ya existe este tipo de arreglo de autonom¨ªa con Hong Kong y Macao. ¡°Pero tal vez ellos les creen porque son chinos y a nosotros no, porque somos tibetanos¡±.
China ha rechazado recientemente al abogado como interlocutor por haber pertenecido al Congreso de los J¨®venes Tibetanos, que pide la independencia. ¡°Pero es irrazonable. Hasta un d¨ªa antes de las elecciones no ten¨ªan problema conmigo. En 2005 hasta me permitieron entrar en China. Y en mis 16 a?os de Harvard interactu¨¦ con muchos chinos e Incluso con gente del Partido Comunista y nunca tuvieron problemas por ello¡±. Sangay se mud¨® el a?o pasado de Boston a Dharamsala al ser elegido primer ministro. En Estados Unidos se quedaron su esposa y su hija de seis a?os, pero espera que pronto se muden con ¨¦l.
En Dharamsala, los tibetanos cuentan que, durante el Gobierno de Sangay, India ha aceptado que la renovaci¨®n de los permisos de residencia de los exiliados sea cada cinco a?os y no cada seis meses o un a?o, lo que les ahorra tiempo en burocracia y les da tranquilidad. ¡°Esta medida hace m¨¢s c¨®moda la vida de la gente. Beneficia al 90% de la comunidad en India, a los que han nacido aqu¨ª o los que tienen m¨¢s de 20 a?os de vivir aqu¨ª¡±. Pr¨®ximamente India podr¨ªa transferir la administraci¨®n de las escuelas tibetanas al Gobierno en el exilio, lo que se considerar¨ªa un gran paso para fortalecer la conservaci¨®n de la cultura.
En su a?o como l¨ªder pol¨ªtico de los tibetanos, Sangay ha viajado a varios pa¨ªses entre ellos Estados Unidos, Jap¨®n, Suiza, Austria, Alemania o Noruega, donde ha sido recibido por algunos parlamentarios. ¡°Tambi¨¦n alguna gente del Gobierno me ha recibido, pero extraoficialmente. Eso est¨¢ bien mientras pueda interactuar con ellos¡±. Asegura que gran parte de su trabajo es mantener viva la causa tibetana a nivel internacional.
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