Militares y polic¨ªas argentinos salen a la calle por una demanda salarial
Relevados veinte generales de dos c¨²pulas policiales a causa de las manifestaciones El Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez anuncia que suspende la revisi¨®n de sueldos a la baja
Las calles de Buenos Aires est¨¢n muy acostumbradas a los cortes de tr¨¢fico a causa de manifestantes que reclaman mejoras salariales. Pero no hab¨ªan visto hasta ahora a miles de polic¨ªas concentrados en pleno centro de la capital exigiendo aumentos de sueldo. Aseguran cobrar un sueldo b¨¢sico de 3.000 pesos (unos 400 euros) y reclaman m¨¢s del doble, 7.000 pesos (933 euros en el mercado paralelo). Ese es el origen del problema. Primero empezaron manifest¨¢ndose los guardacostas de la prefectura el pasado martes y ayer se sumaron miles de agentes de la gendarmer¨ªa y 200 suboficiales de la Armada.
No iba a ser una protesta m¨¢s. Una cosa es o¨ªr a miles de sindicalistas gritando ¡°el pueblo unido jam¨¢s ser¨¢ vencido¡± y otra bien distinta es ver en Argentina a miles de agentes saltarse la cadena de mando y gritar en plena calle: ¡°Las fuerzas unidas, jam¨¢s ser¨¢n vencidas¡±. El Gobierno ten¨ªa que hacer todo lo posible por atajarla. Y lo hizo. El Gobierno hab¨ªa decidido dos d¨ªas atr¨¢s retirar las pagas extras de los agentes, lo cual supon¨ªa una merma en sus salarios de entre un 30% o un 60%. Por la ma?ana, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, anunci¨® que quedaba en suspenso la medida durante un mes. Abal Medina a?adi¨® que se abrir¨ªa una investigaci¨®n para averiguar si los altos mandos hab¨ªan tratado de "manipular" a los agentes de base con tal de preservar sus propios privilegios.
Pero las protestas continuaron. Horas despu¨¦s, la ministra de Defensa, Nilda Garr¨¦, entregaba otra pieza a los manifestantes. En realidad fueron 20 piezas y todas ellas con rango de general: ¡°Se ha tomado la decisi¨®n de relevar a la c¨²pula de la Prefectura Naval Argentina y de la gendarmer¨ªa, en el d¨ªa de la fecha. Han pasado a retiro diez comandantes generales de la gendarmer¨ªa general. Con relaci¨®n con la Prefectura Naval, han pasado a retiro diez prefectos generales. (¡) Con lo cual queda as¨ª normalizada la situaci¨®n en las dos fuerzas de seguridad¡±, anunci¨® Garr¨¦ en una comparecencia p¨²blica donde no admiti¨® preguntas.
Los polic¨ªas dicen que cobran unos 400 euros y piden que les pague m¨¢s del doble, 933 euros
Pero la situaci¨®n en las calles estaba muy lejos de la normalidad. Los polic¨ªas siguieron concentrados frente al edificio de Guardacostas, en el centro de Buenos Aires y dieron al Gobierno un plazo de dos horas para que un representante acudiese all¨ª a negociar con ellos. Aclararon que sus m¨¦todos iban a ser siempre pac¨ªficos.
Apenas a un kil¨®metro de donde se encontraban los polic¨ªas concentrados, se produc¨ªa otro hecho absolutamente extraordinario en Argentina: 200 suboficiales de la Armada vestidos de civil se concentraban frente al Edificio Libertad, sede de la Armada, en la calle Comodoro Py. Y exig¨ªan tambi¨¦n aumentos salariales.
¡°Estamos reclamando un sueldo b¨¢sico de 7.000 pesos, porque ahora el b¨¢sico es de 3.000¡±, indic¨® a este peri¨®dico el suboficial Marcelo Pereyra Cueva. ¡°Empezamos la protesta despu¨¦s de ver lo que hac¨ªan los de gendarmer¨ªa. Esto es hist¨®rico, jam¨¢s se hizo un reclamo as¨ª [salarial] de suboficiales. Pero hay que dejar claro que no queremos tomar ning¨²n Gobierno. Cada vez que se hizo eso fue ordenado por los oficiales. Ac¨¢ solo hay un reclamo salarial dentro de la democracia. Hemos ingresado a la Marina en la democracia, nos hemos criado en democracia y queremos seguir en democracia. No hay nadie armado. Los que hemos venido aqu¨ª no estamos en horario laboral. El jefe de la Armada nos ha dicho: ¡®Si ustedes se manifiestan van a tener sanciones disciplinarias. La falta es grav¨ªsima. Pueden ser destituidos¡¯. Pero a m¨ª no me importa, tengo 31 a?os de servicio y gano muy poco¡±.
"No somos golpistas, venimos con la palabra", dice un agente retirado
La ley en Argentina proh¨ªbe manifestarse a los militares. ¡°Es cierto que estamos fuera de la ley¡±, reconoci¨® Pereyra. ¡°Pero hoy en d¨ªa cualquiera corta un camino, un villero [habitante de los barrios m¨¢s marginales], por ejemplo¡±. Ante el recordatorio de que nunca un villero perpetr¨® un golpe de Estado, mientras algunos militares, s¨ª, un suboficial que quiso mantenerse en el anonimato, se?al¨®: ¡°Nosotros no hacemos golpes de Estado. No vino nadie de la CIA¡±. ¡°Ya agotamos todos los canales. Hubo juicios individuales para solicitar que se incorporara al salario las pagas adicionales. Hubo incluso fallos a favor de la Corte Suprema, pero el Gobierno no los concret¨®¡±, a?adi¨® Pereyra Cueva.
Cuando se le dijo que estaban incumpliendo la ley, otro suboficial, Jorge Quisbert, indic¨® ¡°Nosotros somos parte de la sociedad¡±. Carlos, un suboficial retirado que no quiso aportar su apellido, indic¨®: ¡°Es cierto que no es legal lo que estamos haciendo, pero la ley dice que el personal militar debe tener un sueldo digno¡±. Cuando se le record¨® a Carlos que en 1987 ya se produjo un alzamiento militar en el pa¨ªs, el de los Carapintadas, se?al¨®: ¡°Ellos estaban armados y nosotros no¡±.
Mientras tanto, frente al edificio de Guardacostas, en la Avenida Madero, Luis Romero, un prefecto retirado, indic¨®: ¡°Nosotros, al no tener armas no somos golpistas. Venimos con la palabra. A m¨ª me sacaron [quitaron] 1.300 pesos del sueldo. Si el pa¨ªs estuviese en emergencia, se entender¨ªa. Pero hay recursos¡±.
Ante la gravedad de la situaci¨®n, los diputados opositores y del Gobierno lograron firmar un escueto comunicado conjunto en el que apelaban al cumplimiento de la ley: ¡°Los Diputados nacionales representantes de los diferentes partidos pol¨ªticos instamos a los integrantes de las Fuerzas de Seguridad y otras a adecuar sus acciones a pautas de funcionamiento democr¨¢tico y subordinaci¨®n a las autoridades legalmente constituidas, en todo de acuerdo con la Constituci¨®n Nacional¡±.
En el fondo de las protestas se encuentra el problema de la inflaci¨®n. Aunque el Gobierno la sit¨²a solo en el 10%, la mayor¨ªa de los sindicatos y los estudios de economistas privados la cifran en torno al 25%.
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